[De fondo: Sleepy Brown Ft Pharrell & Big Boi - Margarita (Dirty)]
Hace mucho que no hacía un meme…
En esta ocasión viene por parte de Minerva el llamado “Si yo fuera…”. Más que nada es un ejercicio de imaginación. A mí me encantan este tipo de cosas, por lo que me voy a poner a jugar un rato, pensando lo que no soy: un blogstar.
Si yo fuera un blogstar escribiría mejor de lo que ahora escribo, es más, solo necesitaría poner mi linda cara con la frase “hoy tengo hueva” y zas! Tendría 20 comentarios de mujeres babeando por mis huesitos, que no soy ruquitos, sino muy tiernitos para el paladar. =)
Si yo fuera blogstar quizá no sería hombre. Creo que a las mujeres bonitas les va mejor que a los wannabes; es más, los novatillos son los que más me comentarían tratando de ligarme o diciendo cosas repugnantes como si eso les gustara a las féminas. Creo que si fuera éste un blog erótico femenino mejor, si pusiera fotos de piernas, de chichi-chocho-nalga, tendría 20 veces más mis comentarios mensuales.
Si fuera blogstar sería un friki más clavado de lo que soy, quizá me iría a vivir a España con las ganancias de mi blog (claro, porque ganaría dinero por copiar, traducir y linkear información) y criticaría cualquier cosa que se me antojara. Tendría hordas de trolls que en parte serían críticos y en parte envidiosos, me dedicarían páginas como “yo odio a Gerson Obrajero”, en donde los post tendrían un 99% de gilipolleses. No sé, quizá yo hubiera trabajado más en la comunidad blogger mexicana…Tendría muchos más contactos en jaifaiv, mesenyer, maispeis, tuiiter, jaicu, feisbuc, fliquer y cualquier otra red social.
Si yo fuera un blogstar ya habría salido antes en los medios de comunicación, sería un actor famoso, un ex locutor, sería un escritor de novelas o cuentos, un diseñador de la Ibero, trabajaría en editorial televisa o en expansión, en la industria de la música, tendría enemil influencias y hasta me invitarían para conferencias en universidades porque mi blog está en el top cien de blogs del pato donald.
Si fuera blogstar habría creado algo como blogpuntocompuntoemeequis, blogsmejico, blogalacsia, dicso y el “grande blogger”. Crearía una página para descargar música o utilidades de la red: sería el mercader del rapidshit, jigashare, megaoploud y esas páginas que sirven para almacenar álbumes completos de música y video.
Si yo fuese blogstar tendría muchísimos fans que me defendieran de ataques de otros bloggers, llenaría de comentarios en cualquier proyecto en el que estuviese, estaría mi blog en su blogroll diario, tendría más lectores que me comentaran y menos vouyeristas y mis visitas ascenderían a diez mil al mes cuando menos. Yo sería bien chido con ellos, como he sido la mayoría de las veces en este espacio… como siempre agradecería la deferencia que tienen con mi blog y mis publicaciones.
En fin, si yo fuera blogstar; para tener “éxito” es estos menesteres, no tendría nada más que hacer que ser yo… y eso sería suficiente.
Nos vemos en el futuro. =)
Bienvenido: ¿Quieres conocerme? Todo está aquí: mis días, lo que me gusta, mis ambiciones y sueños. En línea desde octubre de 2004.
jueves, octubre 25, 2007
domingo, octubre 21, 2007
CRUZANDO EL LABERINTO
[De fondo:Eros Ramazzotti & Ricky Martin - No Estamos Solos]
¿Es que acaso estamos solos?
Durante mucho tiempo, cuando era niño, le tuve miedo a la soledad, pero tampoco supe como dejar ese estado, aun acompañado de amigos y sobretodo de familiares: el vacío, la carencia y la falta de contacto… todo esto lo recordé al terminar de leer El laberinto de la soledad.
El ensayo elaborado por Octavio Paz hace más de medio siglo si bien muestra particularidad des de un mexicano en soledad con el mundo el que lo rodea, podría aplicarse el mismo método para reconocernos, de manera individual con las características de el vacío que consume a nuestro pueblo.
Por historia, por cultura y por decisiones propias nos hemos aislado, nos reprimimos y en nuestra reclusión buscamos formas para romper las barreras de la soledad y estar, como alguna vez se ha estado, en comunión con el otro.
Hemos usado máscaras, nos hemos ocultado en la mentira, una que no podemos sostener y que estalla llena de presión, en la fiesta, que en vez de ser armoniosa, quebranta lo establecido con violencia. Alguna vez usé el nick del Tlalocman para negarme, para ser algo que no soy, para ocultar lo que me hace ser.
Según Paz, una de esas otredades, de esos misterios, a la que se usa como objeto y como instrumento, que al insultar, a diferencia que a otras zonas en donde se dice “hijo de puta” se dice “hijo de la chingada”. Deduce que la chingada es la madre violada y ultrajada… entonces pensé de inmediato en Marina, en la forma es que finiquité mi amistad con ella, en un arrepentimiento que ya no sirve de nada.
Recuerdo que en mi último post en big blogger decía que no tenía miedo de ser: estaba equivocado. Tenía temor, desde antes de que las miradas se acercaran a mí, del escarnio, de que empezaran a buscarme defectos. Desde hace algún tiempo trataba de cuidar mi imagen, de no arriesgar demasiado, aunque debo confesarlo, no pude evitar entrar al juego del exhibicionismo descarado: mi necesidad fue la misma que la que tuve al hacer un blog como este, es decir, mi deseo inconsciente de salir de mi soledad, de buscar a ese otro.
Hoy hay muchas cosas que debo cambiar, como dejar de negarme, aceptar y asimilar las derrotas y victorias, los defectos y las virtudes, mi historia y mis hechos, el no alejar a los que todavía están conmigo y el no tener miedo a acercarme a las personas que admiro; en aprender de mi soledad y tratar de salir de ella de a poco, no con expresiones violentas sino como la leve expresión del ser yo.
Al final del ensayo, Octavio Paz concluye que ya que estamos solos, podemos estar en contacto con las manos de otras soledades y ayudarnos, volver a estar en comunión, sin mentiras ni máscaras, amar sin importarnos las reglas establecidas, podremos soñar de nuevo con los ojos cerrados: después de todo, quizá estar solo es poco menos que temporal.
Nos vemos en el futuro.
¿Es que acaso estamos solos?
Durante mucho tiempo, cuando era niño, le tuve miedo a la soledad, pero tampoco supe como dejar ese estado, aun acompañado de amigos y sobretodo de familiares: el vacío, la carencia y la falta de contacto… todo esto lo recordé al terminar de leer El laberinto de la soledad.
El ensayo elaborado por Octavio Paz hace más de medio siglo si bien muestra particularidad des de un mexicano en soledad con el mundo el que lo rodea, podría aplicarse el mismo método para reconocernos, de manera individual con las características de el vacío que consume a nuestro pueblo.
Por historia, por cultura y por decisiones propias nos hemos aislado, nos reprimimos y en nuestra reclusión buscamos formas para romper las barreras de la soledad y estar, como alguna vez se ha estado, en comunión con el otro.
Hemos usado máscaras, nos hemos ocultado en la mentira, una que no podemos sostener y que estalla llena de presión, en la fiesta, que en vez de ser armoniosa, quebranta lo establecido con violencia. Alguna vez usé el nick del Tlalocman para negarme, para ser algo que no soy, para ocultar lo que me hace ser.
Según Paz, una de esas otredades, de esos misterios, a la que se usa como objeto y como instrumento, que al insultar, a diferencia que a otras zonas en donde se dice “hijo de puta” se dice “hijo de la chingada”. Deduce que la chingada es la madre violada y ultrajada… entonces pensé de inmediato en Marina, en la forma es que finiquité mi amistad con ella, en un arrepentimiento que ya no sirve de nada.
Recuerdo que en mi último post en big blogger decía que no tenía miedo de ser: estaba equivocado. Tenía temor, desde antes de que las miradas se acercaran a mí, del escarnio, de que empezaran a buscarme defectos. Desde hace algún tiempo trataba de cuidar mi imagen, de no arriesgar demasiado, aunque debo confesarlo, no pude evitar entrar al juego del exhibicionismo descarado: mi necesidad fue la misma que la que tuve al hacer un blog como este, es decir, mi deseo inconsciente de salir de mi soledad, de buscar a ese otro.
Hoy hay muchas cosas que debo cambiar, como dejar de negarme, aceptar y asimilar las derrotas y victorias, los defectos y las virtudes, mi historia y mis hechos, el no alejar a los que todavía están conmigo y el no tener miedo a acercarme a las personas que admiro; en aprender de mi soledad y tratar de salir de ella de a poco, no con expresiones violentas sino como la leve expresión del ser yo.
Al final del ensayo, Octavio Paz concluye que ya que estamos solos, podemos estar en contacto con las manos de otras soledades y ayudarnos, volver a estar en comunión, sin mentiras ni máscaras, amar sin importarnos las reglas establecidas, podremos soñar de nuevo con los ojos cerrados: después de todo, quizá estar solo es poco menos que temporal.
Nos vemos en el futuro.
jueves, octubre 11, 2007
LA HORA DEL CAFÉ. Podcast #2
En esta ocasión encontrarán:
* Reseña de : Un hilito de sangre de Eusebio Ruvalcaba.
* Comentarios del EMPO
* El Aniversario del Blog de Gerson
* Y la sección pirateada del Podcast show: Me zurró el culo!
Para escuchar el podcast, haz click aquí.
Para bajarlo a tu compu haz click acá.
Y para subscribirte por iTunes, haz click acuyá.
Nos vemos en el futuro.
* Reseña de : Un hilito de sangre de Eusebio Ruvalcaba.
* Comentarios del EMPO
* El Aniversario del Blog de Gerson
* Y la sección pirateada del Podcast show: Me zurró el culo!
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Nos vemos en el futuro.
lunes, octubre 08, 2007
VARADO
[De Fondo: Chicago - Colour My World]
De repente la parte final de la Autopista Pachuca-México se llena de coches, el acotamiento también. Alcanzo a ver una fila interminable de automóviles detenidos, no van ni “a vuelta de rueda”, puedo ver a los pasajeros a la expectativa de un milagro que haga mover a esa fila, que los ayude a no llegar tan tarde a su trabajo… pero nada: hasta el tiempo está varado.
Algunos choferes prefieren apagar sus motores, ves a algunos peatones que salen de sus transportes para caminar hacia un destino que será próximo, son más rápidos que los autos. Uno que otro golpea frustrado una parte del transporte, como si le quisiera dar un madrazo al destino por ser así de mamón y hacer un congestionamiento vial inamovible.
Yo por mi parte (y acostumbrado a este tipo de desasosiegos, más bien, a la resignación) agarro Inventando que sueño de José Agustín y me pongo a leer, porque sospecho que no habrá servido de nada salir antes porque llegaré hasta Coyoacán igual de tarde que las últimas semanas. A veces quisiera vivir en mi amado D.F., tan caótico pero entrañable, la tierra donde nací.
Al final de la autopista vislumbro “el meollo del asunto”: tres camiones del ADO y uno de Omnibus con los cristales del frente madreados, che carambola de camiones que seguramente tapaban uno o dos carriles. Cuando llegué ya estaban a un lado, con los agentes de las aseguradoras haciendo su chamba.
En contraste, el metro está tan rápido como me gusta, qué diferencia la línea 3 a la maldita hija de su pinche Jefe de Gobierno línea B. Uno de los transbordes que más me gustan es el de Hidalgo: sólo tienes que caminar un poco y bajar unas escaleras para estar tomando el anden de la línea 2 (gracias controlzape), que va de Cuatro Caminos a Taxqueña.
Llegué quince minutos tarde, me caga en la madre, pero valió la pena al escuchar a viva voz que la idea para la novela es genial. Creo que eso me otorga una mayor responsabilidad al escribir que antes, lo que me gusta es que la novela prácticamente se está escribiendo sola. Últimamente he sido influenciado por los libros que me he chutado, me han dado ideas bastante buenas para agregarle a la premisa básica.
Por metro fui a recoger a mi novia de sus clases de francés y de ahí a casita. De esta manera el viaje de regreso, que de por sí fue rápido, se hizo más. Ojalá así fuera de ida, de veras que hay mucha gente que viven en las ciudades dormitorio (como Alejandro Aura llama a la Zona Metropolitana) aumente sus de por sí altos niveles de estrés (levantarse más temprano, ir corriendo, medio comer y medio dormir han de ser las causas más comunes) por culpa del maldito tráfico. En fin, somos muchos…
Así empiezo la cuarta temporada del blog. Gracias a los que me comentaron en el post anterior y a los que no, pero igual leen. No se pierdan el podcast #2 de La Hora del Café, que se va a poner bueno.
Nos vemos en el futuro.
De repente la parte final de la Autopista Pachuca-México se llena de coches, el acotamiento también. Alcanzo a ver una fila interminable de automóviles detenidos, no van ni “a vuelta de rueda”, puedo ver a los pasajeros a la expectativa de un milagro que haga mover a esa fila, que los ayude a no llegar tan tarde a su trabajo… pero nada: hasta el tiempo está varado.
Algunos choferes prefieren apagar sus motores, ves a algunos peatones que salen de sus transportes para caminar hacia un destino que será próximo, son más rápidos que los autos. Uno que otro golpea frustrado una parte del transporte, como si le quisiera dar un madrazo al destino por ser así de mamón y hacer un congestionamiento vial inamovible.
Yo por mi parte (y acostumbrado a este tipo de desasosiegos, más bien, a la resignación) agarro Inventando que sueño de José Agustín y me pongo a leer, porque sospecho que no habrá servido de nada salir antes porque llegaré hasta Coyoacán igual de tarde que las últimas semanas. A veces quisiera vivir en mi amado D.F., tan caótico pero entrañable, la tierra donde nací.
Al final de la autopista vislumbro “el meollo del asunto”: tres camiones del ADO y uno de Omnibus con los cristales del frente madreados, che carambola de camiones que seguramente tapaban uno o dos carriles. Cuando llegué ya estaban a un lado, con los agentes de las aseguradoras haciendo su chamba.
En contraste, el metro está tan rápido como me gusta, qué diferencia la línea 3 a la maldita hija de su pinche Jefe de Gobierno línea B. Uno de los transbordes que más me gustan es el de Hidalgo: sólo tienes que caminar un poco y bajar unas escaleras para estar tomando el anden de la línea 2 (gracias controlzape), que va de Cuatro Caminos a Taxqueña.
Llegué quince minutos tarde, me caga en la madre, pero valió la pena al escuchar a viva voz que la idea para la novela es genial. Creo que eso me otorga una mayor responsabilidad al escribir que antes, lo que me gusta es que la novela prácticamente se está escribiendo sola. Últimamente he sido influenciado por los libros que me he chutado, me han dado ideas bastante buenas para agregarle a la premisa básica.
Por metro fui a recoger a mi novia de sus clases de francés y de ahí a casita. De esta manera el viaje de regreso, que de por sí fue rápido, se hizo más. Ojalá así fuera de ida, de veras que hay mucha gente que viven en las ciudades dormitorio (como Alejandro Aura llama a la Zona Metropolitana) aumente sus de por sí altos niveles de estrés (levantarse más temprano, ir corriendo, medio comer y medio dormir han de ser las causas más comunes) por culpa del maldito tráfico. En fin, somos muchos…
Así empiezo la cuarta temporada del blog. Gracias a los que me comentaron en el post anterior y a los que no, pero igual leen. No se pierdan el podcast #2 de La Hora del Café, que se va a poner bueno.
Nos vemos en el futuro.
sábado, octubre 06, 2007
POST DE ANIVERSARIO: Fin de la Temporada III
[De Fondo: The Beatles - Birthday]
Recuerdo que comencé la tercera temporada con la primera (de varias) despedida de Skene, una de mis mejores amigas.
En este año han pasado muchas cosas, como mi inclusión a los reality blogs, primero por medio de Blogstars en octubre y en mi amado Big Blogger en Diciembre. También entré a trabajar, me corrieron después de nueve meses y me enamoré por última vez… quizá en mucho tiempo, espero.
En este año me alejé de mi mejor amigo, me he azotado como de costumbre; pero he notado con gusto que casi todas las cosas que he deseado en algún momento las he obtenido: igual y los reyes sí existen. Me he dado cuenta que hay cosas que valen la pena en la vida, que nunca hay que olvidarlas. He deseado varias me ha ido más o menos: tuve chance de ir a Puebla, varias veces de hecho, y una a Guadalajara.
Aunque a veces no deja de hacer frío en las noches y a pesar de eso todavía me guste celebrar en febrero, nunca pensé en rendirme. Hay personitas que ven lo que hay en mí y saben que no soy un dechado de dulzura y que tengo un lado oscuro, tanto que una tipa llamada “La dama de la lujuria” me retó a realizar un post fuera de lo convencional, creo que el alguien que no volverá a molestarme. Hablando de retos, tuve la osadía de poner aquí el Countdown, que me obligó a escribir diario, por primera vez en el blog.
Él no lo sabe, pero mi padre fue la chispa para poner en macha mis sueños, que más tarde se traducirían en Las Traigo Muertas; y en entrar a un Taller de novela (por cierto, debo agradecer a Kletova porque ella me sugirió mejorar mis textos de esa manera). Me cae que con esto, no sé cómo pude renegar del Maestro... me arrepiento de eso.
Parece que cuando perdí el empleo empezó a derrumbarse todo y empecé a cometer una infinidad de estupideces. Entré a prácticas profesionales en el Segnado de la Repbública y mis compas de ahí descubrieron mi blog y no fue el fin del mundo, de hecho fue muy chistoso.
También fue la boda de Skene y reté a Katsya, con quien descubrí que soy mejor de lo que me imaginaba. Después conocí a Minerva, mi novia actual, que me hizo regresar a la onda de los podcast y creo que esto durará un buen rato.
Así se pasó la tercera temporada de este blog. Como ven, desde hoy cambian algunas cosas, como el nombre de mi blog y mi nickname. Le decía a una amiga que son buenos los cambios cuando en esencia uno sea el mismo, así que espero que la cuarta temporada del blog sea fructífera y sobretodo que les agrade a ustedes estimados lectores (comentaristas o voyeristas), ya que sin ustedes yo habría dejado esto hace mucho tiempo.
Nos vemos el futuro: Muchas gracias por todo.
Recuerdo que comencé la tercera temporada con la primera (de varias) despedida de Skene, una de mis mejores amigas.
En este año han pasado muchas cosas, como mi inclusión a los reality blogs, primero por medio de Blogstars en octubre y en mi amado Big Blogger en Diciembre. También entré a trabajar, me corrieron después de nueve meses y me enamoré por última vez… quizá en mucho tiempo, espero.
En este año me alejé de mi mejor amigo, me he azotado como de costumbre; pero he notado con gusto que casi todas las cosas que he deseado en algún momento las he obtenido: igual y los reyes sí existen. Me he dado cuenta que hay cosas que valen la pena en la vida, que nunca hay que olvidarlas. He deseado varias me ha ido más o menos: tuve chance de ir a Puebla, varias veces de hecho, y una a Guadalajara.
Aunque a veces no deja de hacer frío en las noches y a pesar de eso todavía me guste celebrar en febrero, nunca pensé en rendirme. Hay personitas que ven lo que hay en mí y saben que no soy un dechado de dulzura y que tengo un lado oscuro, tanto que una tipa llamada “La dama de la lujuria” me retó a realizar un post fuera de lo convencional, creo que el alguien que no volverá a molestarme. Hablando de retos, tuve la osadía de poner aquí el Countdown, que me obligó a escribir diario, por primera vez en el blog.
Él no lo sabe, pero mi padre fue la chispa para poner en macha mis sueños, que más tarde se traducirían en Las Traigo Muertas; y en entrar a un Taller de novela (por cierto, debo agradecer a Kletova porque ella me sugirió mejorar mis textos de esa manera). Me cae que con esto, no sé cómo pude renegar del Maestro... me arrepiento de eso.
Parece que cuando perdí el empleo empezó a derrumbarse todo y empecé a cometer una infinidad de estupideces. Entré a prácticas profesionales en el Segnado de la Repbública y mis compas de ahí descubrieron mi blog y no fue el fin del mundo, de hecho fue muy chistoso.
También fue la boda de Skene y reté a Katsya, con quien descubrí que soy mejor de lo que me imaginaba. Después conocí a Minerva, mi novia actual, que me hizo regresar a la onda de los podcast y creo que esto durará un buen rato.
Así se pasó la tercera temporada de este blog. Como ven, desde hoy cambian algunas cosas, como el nombre de mi blog y mi nickname. Le decía a una amiga que son buenos los cambios cuando en esencia uno sea el mismo, así que espero que la cuarta temporada del blog sea fructífera y sobretodo que les agrade a ustedes estimados lectores (comentaristas o voyeristas), ya que sin ustedes yo habría dejado esto hace mucho tiempo.
Nos vemos el futuro: Muchas gracias por todo.
viernes, octubre 05, 2007
LA HORA DEL CAFÉ. Podcast #1
Aquí está el primer podcast oficial de La Hora del Café.
Para escuchar el podcast, haz click aquí.
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Nos vemos en el futuro.
Hablaremos de:
*Las Fiestas de Noviembre
*Libro: Tiempo de Alacranes de Bernardo Fernández
*Película: Todo sucede en Elizabethtown de Cameron Crow
*La copiadísima sección: Me zurró el culo
Y no, esta vez tampoco está "el cuarteto de la muerte"
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Nos vemos en el futuro.
miércoles, octubre 03, 2007
DE VOLVERTE A LEER
¡Cuánto tiempo he perdido al no releer mis textos!
Ayer estaba revisando el primer capítulo de “¡Las Traigo Muertas!” como si yo no fuera yo, como si un tipo ajeno a mis pensamientos viera el texto y empezara a notar sus deficiencias, no sólo las clásicas del dedazo que, como fiel lector, has leído en incontables ocasiones, sino terribles incoherencias en la sucesión de palabras.
Yo daba por sentado que el escrito “estaba terminado”, sentía que era lo suficientemente claro como para todos. Al ir revisando de a poco ese primer capítulo por última vez, empecé anotar cosas que eran coherentes para mí pero no lo serían para el que me lee, ciertas omisiones de las cuáles sólo yo sabía lo que faltaba, pero el texto mismo no. Peor aún, encontré frases que ni yo mismo supe cómo quedaron hiladas.
En un ejercicio que creí tardarme unos minutos (porque con antelación había “releído” mi discurso), me llevó a la exhaustiva una de la mañana, siendo que en cuatro horas más tenía que despertar. Si no fuera por el café que ahorita me estoy tomando y la siesta en el asiento del metro, sería un verdadero zombie.
Una de las excusas que siempre he tomado para no volverme a leer es la pérdida de tiempo. Siempre alegaba que podía tener fresca la idea en mi mente, leer rápidamente cada párrafo, mantener cierta congruencia y una redacción entendible para todos. Así podía evitar pensar demasiado, en consecuencia, caer en la desidia de no escribir y dejar en paz a la hoja en blanco.
Pero creo que el ejercicio de ayer fue aleccionador. Le comentaba a mi novia que comparo esta onda de escribir al noble trabajo de la albañilería: levantar los muros es relativamente fácil y rápido; lo que se lleva más tiempo son los acabados y los detalles.
Ayer rechacé un empleo más por seguir mis sueños (no, mi sueño no es ser un desempleado). Escribir me está dando un cierto tipo de placer, unas “ñáñaras” que se producen entre el estómago y el pecho. Es como descubrir un mundo nuevo y diferente donde uno es explorador.
He leído y releído este post, así que espero que haya sido un texto inteligible. Sé que he fallado en hacer buenos post, por lo que prometo mejorar desde ahora y en toda la tercera temporada, que empieza el sábado. Tres años… ¡Ya ni la chingo!. =)
Sigue: La Hora del Café: Podcast #1 y el post de aniversario el sábado.
Nos vemos en el futuro.
Ayer estaba revisando el primer capítulo de “¡Las Traigo Muertas!” como si yo no fuera yo, como si un tipo ajeno a mis pensamientos viera el texto y empezara a notar sus deficiencias, no sólo las clásicas del dedazo que, como fiel lector, has leído en incontables ocasiones, sino terribles incoherencias en la sucesión de palabras.
Yo daba por sentado que el escrito “estaba terminado”, sentía que era lo suficientemente claro como para todos. Al ir revisando de a poco ese primer capítulo por última vez, empecé anotar cosas que eran coherentes para mí pero no lo serían para el que me lee, ciertas omisiones de las cuáles sólo yo sabía lo que faltaba, pero el texto mismo no. Peor aún, encontré frases que ni yo mismo supe cómo quedaron hiladas.
En un ejercicio que creí tardarme unos minutos (porque con antelación había “releído” mi discurso), me llevó a la exhaustiva una de la mañana, siendo que en cuatro horas más tenía que despertar. Si no fuera por el café que ahorita me estoy tomando y la siesta en el asiento del metro, sería un verdadero zombie.
Una de las excusas que siempre he tomado para no volverme a leer es la pérdida de tiempo. Siempre alegaba que podía tener fresca la idea en mi mente, leer rápidamente cada párrafo, mantener cierta congruencia y una redacción entendible para todos. Así podía evitar pensar demasiado, en consecuencia, caer en la desidia de no escribir y dejar en paz a la hoja en blanco.
Pero creo que el ejercicio de ayer fue aleccionador. Le comentaba a mi novia que comparo esta onda de escribir al noble trabajo de la albañilería: levantar los muros es relativamente fácil y rápido; lo que se lleva más tiempo son los acabados y los detalles.
Ayer rechacé un empleo más por seguir mis sueños (no, mi sueño no es ser un desempleado). Escribir me está dando un cierto tipo de placer, unas “ñáñaras” que se producen entre el estómago y el pecho. Es como descubrir un mundo nuevo y diferente donde uno es explorador.
He leído y releído este post, así que espero que haya sido un texto inteligible. Sé que he fallado en hacer buenos post, por lo que prometo mejorar desde ahora y en toda la tercera temporada, que empieza el sábado. Tres años… ¡Ya ni la chingo!. =)
Sigue: La Hora del Café: Podcast #1 y el post de aniversario el sábado.
Nos vemos en el futuro.
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