jueves, febrero 25, 2010

LAS AMISTADES AUSENTES

[De Fondo: Elvis Costello & The Attractions - The Comedians]

Estoy viendo el partido y me acabo de terminar el combo de botanas que usualmente acostumbro comprar para los partidos.

Mi padre ha estado triste. Ayer en la noche se enteró que uno de sus amigos de la infancia falleció. Creí que se había dormido pero él se encontraba desanimado. Había llorado un poco, invadido por los recuerdos de tantas aventuras, pedas, peleas, de la amistad que sólo se crea cuando creces en la misma calle, tienes la misma edad y buscas las mismas cosas.

Él me comentó que no pudo dormir. Fe a comprar la carne para el negocio y quien se la vendió se dio cuenta que no estaba bien. Era evidente: los ojos rojos, el rostro desencajado, la voz con menor volumen de lo normal, a paso lento. Es una persona seria pero ahora su actitud era lapidaria.

Como decía, fui a ver a Leo. Lo veo con una buena salud, aunque está adolorido por la cirugía, pero su semblante luce como siempre, lo único raro en él fue que tenía el cabello largo. Ya me contó cómo estuvo la intervención y las vicisitudes que tiene con su niño. De hecho, el miércoles le voy a acompañar para ir a su cita con el médico. Al final me da las gracias por haberlo visitado. Yo le respondo “para eso están los amigos”. =)

Yo no tuve amigos con los que haya crecido como mi padre. Nos hemos cambiado muchas veces de domicilio y estuve en 4 diferentes primarias, todo lejos del hogar. Tengo pocos a quienes puedo llamar amigos, con quienes haya pasado muchas experiencias buenas y malas, que me hayan acompañado en diferentes momentos de mi vida, pocos son los que puedo decir “le puedo contar todo de mí”. Estaría igual que don Raúl si alguno de los míos se adelantara en el camino.

Esto del negocio me ha ayudado a estar más cerca de mi papá. Todas las tardes, cuando no hay clientes nos ponemos a platicar, a planear un bizne en otro lugar, de sus experiencias de trabajo o de algún recuerdo que se le viene a la mente. Le platico sobre mis ideas de cómo mejorar lo que hacemos diario y trato de escuchar tan bien como lo haría con el mejor de mis amigos. Han sido días buenos para mejorar mi relación con él, siempre tan llena de reclamos mutuos, de peleas donde siempre salimos heridos los dos.

Ayer no estuvo tan conversador como de costumbre, pero con el tiempo fue cobrando ánimo. Tomó el papel y el lápiz, empezó a dibujar la casa que construyó hace años y me empezó a contar qué haríamos si nos cambiamos allá. Mi papá siempre ha intentado hacerse el fuerte y en casi todas las ocasiones lo ha logrado. Poco a poco vuelve a ser quien es; aunque sé que la herida está abierta. Perdió a una persona muy importante para él, alguien que representa la juventud que se diluyó e el tiempo.

Eso me hizo recordar a esos amigos, algunos ya no los veo y con otros he perdido contacto. Si están leyendo esto, sepan que los quiero a pesar de todo, que sé que también formo parte de sus vidas como ustedes de la mía y que muy pronto nos volveremos a ver para compartir eso que apreciamos con ganas: la vida.

Nos vemos en el futuro.

lunes, febrero 22, 2010

ANTES DE LAS 12

[De Fondo: David Bowie – Hallo Spaceboy]

El sábado estaba caminando por Avenida Cuauhtémoc y vi un cartel de un tipo que estaba caracterizado como David Bowie. El anuncio invitaba a un tributo que se estaba realizando en esos momentos. Después escuché música que vagamente sonaba a unas cuadras. Cual ratón hipnotizado fui hacia aquel lugar, donde un grupo estaba tocando Hallo Spaceboy. Debí quedarme ahí…

El domingo con su insoportable levedad me agobiaba. Me había levantado tarde y el fútbol estaba aburrido. El Cruz Azul no tiene remedio, en verdad no lo tiene: un hombre más ante el peor equipo del torneo desde más de una hora de juego e Indios de Juárez tuvo las oportunidades más claras de anotar.

Un día más en el negocio. Vendimos la cantidad usual desde la segunda semana. Hoy no me preocupé, ni pensé que mi sueño se aleja más. Disfruté de unos tacos campechanos que preparó mi papá, del pozole que sobró del fin de semana y comencé a dibujar esos personajes que tengo abandonados en mi cerebro. El tiempo se diluyó rápido. Cuando menos lo esperé ya estaba tomando una taza de café en casa.

Acabo de leer un arco argumental del cómic Iron Man, escrito por Warren Ellis hace algunos años, que se llama Extremis. El escritor británico es de mis favoritos y me sigue demostrando página a página por qué. En una serie de 6 números revitaliza el origen del vengador dorado, lo vincula con la aventura actual y redirige el cauce para redefinir al personaje y dotarlo de habilidades inesperadas, pero acordes a los tiempos que vivimos.

Hoy hablé con mi amigo Leo por teléfono. Hace algunos días me había dicho que lo iban a operar el día 20, no pude comunicarme con él hasta hoy. Ahora sé que está bien y que está descansando en casa, pero con los dolores propios de la intervención. Mañana lo voy a visitar para verlo y platicar un rato.

Uno de los problemas de escribir de noche es que si empiezo entre 10 y 11 de la noche, debo terminar rápido de escribir, para no cambiar los “hoy” por “ayer”. Me distraigo mucho, me pongo a leer otras cosas, estoy de metiche en twitter y el post queda de lado. Ahora me quedan 5 minutos para publicar. Podría ajustar la fecha y hora antes de publicar pero quiero que esto salga completo.

En fin, extraño a varias personas, sobre todo a los amigos, a las ilusiones que no aterrizan de mi imaginación y con quien he platicado últimamente. A ver si puedo ver a alguno de ellos en esta semana. Ojalá que sí.

Mañana post. Quiero hacerlos diario.

Nos vemos en el futuro.

domingo, febrero 21, 2010

LA LUCHA COTIDIANA

Las palabras salen a cuentagotas. Es como un auto varado que tiene problemas eléctricos: necesita empujones, bombear un poco de gasolina con el acelerador y prender el interruptor para que dé un salto y encienda. No hay inspiración, he aprendido en este tiempo que no necesito estar inspirado para actuar; aunque piense que con algo en mente pueden salir mejor los post.

Una vez un diseñador que se convirtió en escritor, pero regularmente escribe cómics, me dijo que todos tenemos un libro entero lleno de páginas malas: debíamos seguir escribiendo para que salieran los textos malos de esa edición y poco a poco fluyeran lo que estaba bien escrito. No hay tema, no hay ganas y eso me preocupa. Si realmente quiero ser escritor debo seguir; lo que no sé es a dónde voy.

Es como si luchara contra mí mismo. Peleo contra mis deseos, la indecisión, mis propios límites (quizá los que creo tener), mis deficiencias técnicas, el desconocimiento de lo que hago, el cansancio del trabajo, las distracciones. Parecen pretextos para no hacer. Si así los considero, mayor razón para rechazarlos.

He llegado a un punto que me importa lo que los demás leen. Me explico: hay veces que me gustaría quejarme, demostrar lo que soy y he temido a lo que dirán los demás. Escriba o no, me exponga o no, hablan de todos modos, así que ya no veo razón para limitarme. Este blog me puede ayudar a escribir seguido, necesito hacerlo, me urge el desahogo y la práctica, ya ha pasado mucho tiempo para que las dudas me detengan.

Lucho para no detenerme, para que las pausas sean pocas, terminar mi cuartilla y escribir mi firma. Siento cómo mi cabeza quiere explotar y el pensamiento de que no lo hago bien me asalta en cada momento. Es mi batalla de todos los días, no sólo con la escritura; sino con todo: con mis sentimientos, la toma de decisiones, sobre uno de los problemas que me han perseguido desde que era niño y aún no he podido solucionar: nunca puedo terminar las cosas que empiezo.

De esta forma se han diluido muchos sueños, porque empiezo y dejo las cosas a la mitad. Esa es mi pelea eterna. La parte que finaliza las cosas necesita ganar. De otra manera nada de lo que vivo y siento va a cambiar. En verdad necesito algo diferente, no creo soportar otro año con los mismos problemas y debo demostrar que no quiero más mi realidad de esa manera. Y puedo empezar escribiendo, haciéndolo más, no dejándolo como muchas veces en ocasiones anteriores.

Disculpen si este blog no es cool, ni tiene el mejor humor del mundo, si no es divertido, creativo y en cambio tiene errores en la redacción, yo sé que puedes buscar un lugar mejor dónde leer. Si te quedas te prometo poner todo mi esfuerzo por hacer publicaciones inteligibles, dejando la vida en ello y con frecuencia. Tal vez no comentes, no me visites diario, no estés de acuerdo o no sepas de lo que hablo; pero en verdad prometo que no te arrepentirás.

Nos vemos en el futuro.

jueves, febrero 04, 2010

UN BREAK

Desde ayer en la noche comenzó a llover y el sonido constante de las gotas sobre el domo duraron hasta hace un par de horas. Acá se puso fea la cosa: según la información que circuló por la red, corroborada en carne propia por mi familia en la mañana, justo cuando pasaban por Río de los Remedios, que siempre se desborda en casos como éstos.

Esto sirvió para que mis papás dieran por pedido el día (llegaron a casa casi a la 1 pm) por lo que no fuimos a abrir el local. También para un descanso, que no se si sea merecido, pero sí lo necesitábamos. Ya se está empezando a ver que tengo razón en varias cosas, como que nos e puede gastar tanto dinero, diario, ni más de lo que se gana. También aprendimos a medir las raciones de cada taco, pero aún nos falta organizarnos en más en aspectos como las compras y la administración de la lana.

Amo llegar por las noches a leer feeds y estar en twitter hasta que me llega el sueño. Hoy que no fuimos al negocio lo estoy disfrutando mucho. La ciudad está inundada y es bueno no vivirlo. Puse el videojuego, rock ciento uno y entre suéteres y cobijas tomo fuerza para mañana. Parece como si me hubiera metido a una carrera que no tenía paradas en pits, al menos ya me estoy cambiando las llantas y poniendo combustible.

De mi chamba anterior todavía me deben una lana y creo que esta semana ganaré poco por lo que ahora no sólo me falta tiempo sino dinero. Afortunadamente la comida no es problema pero ya no hay mucho espacio para divertirse en mi vida, espero que eso pueda cambiar en breve. Quiero ir al cine y buscar el último twinkie de la colonia para comerlo.

A veces cuando pienso que esto del blog es pérdida de tiempo y que nadie me lee (a pesar de que analytics me dice lo contrario), pero ayer tuve una experiencia linda que no me hace más que agradecer que haya gente en silencio pero leyendo, encontrando sentido y gusto a este espacio.

Hace unos minutos salí. El cielo estaba despejado y en el había muchas estrellas. Es raro que se vean tantas, así que seguiré mirando para recordarlas mañana con mi trapo, el cuchillo, los limones y el zacate.

Nos vemos en el futuro.

martes, febrero 02, 2010

LOS DOS TÉRMINOS

¿Qué es mejor: la voluntad o el razonamiento?

Una de las cualidades de mis padres es que son osados, se arriesgan muchas veces sin pensar en las consecuencias. Parece como si no tuvieran miedo en sus corazones y por un momento llegan a creer que todo es posible. No ven empresa alguna imposible y si está en sus manos harán todo a su alcance por conseguirla, como si tuvieran una voluntad infranqueable de hacer cosas en el momento, de pensarlo después y recomponer lo necesario en el camino.

En cambio yo intento tener el control, pensar las posibilidades de cada opción, midiendo pros y contras, tratando de evitar situaciones y de generar otras, previendo los imprevistos y visualizando los beneficios. Trato de hacerme la vida fácil, de llegar lo más cómodo posible. Pienso demasiado, a tal grado de que si las dificultades previstas son muchas me hago a un lado. O si lo analizo de más termino dejándolo.

A veces me gustaría ser como ellos, sobre todo en este momento. Decidieron meterse al negocio de los antojitos. Mi papá tuvo la idea de vender tacos y mi madre de vender arrachera sola o en hamburguesa y costillas bbq. No es la primera vez que se meten a cosas que no saben hacer, como el negocio de la papelería, de la barbacoa o la venta de comida por kilo. En la pape y la comida les fue bien mientras lo administraron, al principio se dieron sus topes con la pared y después aprendieron poco a poco de qué se trataba el negocio. Antes era chico y miraba de lejos. Hoy por voluntad propia, en un afán de aprovechar mi circunstancia y estar más con ellos trabajo en su nuevo negocio.

Es imposible que ante dos actitudes tan contratantes no choquemos. Yo meto mi cuchara donde no debo y lanzo sugerencias como dardos, como si quisiera ser la voz de la razón que termina siendo una crítica inmisericorde. Ellos hacen bien en defender su postura y no escuchar mis reclamos, no desisten y salen librados del tiroteo. Y entonces sucede lo imposible: yo lo pienso menos y actúo más; ellos me escuchan y comienzan a planear para ejecutar en el segundo acto.

No puede haber queja sobre el esfuerzo que estamos poniendo en esta nueva empresa, lo hemos dado todo. No está exenta de errores: se compra de más, se pierden detalles, se olvidan cosas, se quema o se corta uno. Yo tampoco he sido perfecto (la primera cuenta la hice mal y la nula experiencia de mesero me ha pesado). Era una experiencia nueva, que no se comparaba cuando coordinaba gente en las convenciones me sentía tan fuera de control ni cuando escribía de tecnología sin entender ni papa. Algo que no quiero para mi vida le estoy empezando a tomar gusto y cariño… en verdad no me entiendo, pero estoy disfrutando de algo que no pensé que haría. En verdad amo servir.

Es lo que tengo, no hay más por el momento. Estoy con mis padres y a pesar de que somos diferentes, buscamos el punto de encuentro. Mi madre siempre impetuosa, mi padre que tiene fe que su idea va a pegar y yo, en metamorfosis, con el conocimiento de que si esto no funciona no habrá alguien que llegue a mi puerta para ofrecerme una vida que ya me urge tener. Tengo miedo porque no soy un hombre de ímpetu y mucho menos de fe. Siento como si el futuro fuera un vacío donde me dicen que hay un puente invisible, yo cierro los ojos y doy un paso esperando sentir algo que mis ojos no ven. Quizá por eso mi actitud crítica del principio. Cambió el pensamiento por el esfuerzo y comienzo a sentir un piso bajo mis pies, aunque sigo sin verlo con ojos abiertos.

Lo que me consuela, en cambio, es lo intangible. Si todo sale bien, a finales de septiembre estaré cruzando Abbey Road sin zapatos ni calcetines, como lo hiciera McCartney hace 40 años atrás.

Aún sigo sin saber si es mejor la voluntad o el razonamiento; sin embargo puedo ver que en algún momento esos dos términos se encuentran para lograr grandes cosas.

Nos vemos en el futuro.