domingo, julio 03, 2011

EL FIN DEL SUEÑO

Está sentenciado desde tiempos inmemoriales: todo lo que tiene un principio tiene un fin.

En 2004 era una persona con muchos problemas, pero también con muchas expectativas. Había llegado a un terreno nuevo, uno que siempre había buscado y que se capitalizó en una herramienta que cambió mi vida: el blog.

Yo sólo quería un lugar para escribir de lo que quisiera. No quería ser famoso ni reconocido, sólo quería escribir. Desde siempre plasmar mis letras en un cuaderno había sido un desahogo perfecto, porque en la mente las ideas rebotan y al final desaparecen. Pero el blog me dio más de lo que yo esperaba: me dio dos novias muy especiales, como 6 o 7 crush, a mi mejor amiga y a una enorme cantidad de conocidos y uno que otro detractor. También me dio muchas experiencias que de no haber sido por este espacio, nunca hubiesen ocurrido.

Yo alguna vez pensé que podría deshacerme de todo, menos de mi blog, porque era tan parte de mi como mi piel. Yo siempre lo vi como la casa de mis ilusiones y de mis sueños: cualquiera que quisiera conocerme, pero hacerlo de verdad, sólo necesitaría echarse un chapuzón a este espacio y podría saber quién soy.

Como también este espacio sirvió como mi diario de mis triunfos y fracasos, debo confesarles una cosa: me he quedado sin ilusiones y sueños. He visto cómo se han derrumbado poco a poco y cómo la vida me ha subido a un tren donde no puedo parar ni siquiera a recoger los pedazos. El día a día es contundente: tienes que sobrevivir, tienes que hacer lo mejor posible las cosas, tienes que pagar otras más, tienes que recorrer distancias, las ilusiones tienen cabida en tu existencia sólo cuando eras niño.

Hoy tengo trabajo y una vida ascendente, pero esos sueños que algunas veces les compartí por aquí ya no tienen cabida en mi vida. Hoy sólo me queda trabajar para tener una casa, formar una buena familia y tratar de ser una buena y laboriosa persona hasta que muera, no hay más futuro qué ver que ese. Como ya no tengo ilusiones y sueños, me quedé sin qué escribir, por lo mismo: he decidido cerrar este blog.

Quiero agradecer a todos los que leyeron y aún más: a todos los que comentaron y en cada oportunidad me dijeron que les encantó este espacio. Los que me conocen y hasta los que no, ya saben dónde encontrarme. Si algún día vuelvo a tener razones para volver a escribir lo haré aquí y volveré; aunque siendo sincero, ya no las tengo.

Alguna vez en la prepa me habían comentando de una canción llamada Goodbye Horses y me decían que al hablar de caballos, se referían a las ilusiones que se habían ido, siempre me pregunté si eso era posible. También por esas épocas (en las que curiosamente apenas me acercaba a internet) leí la hermosa obra "La vida es sueño" de Pedro Calderón de la Barca y nunca olvidé el Soliloquio de Segismundo y su contundente final:
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Adiós.