lunes, agosto 31, 2009

LET'S SPEND THE NIGHT TOGETHER

No sé por qué me rehusé al momento. Puedo dar muchas razones y al mismo tiempo rechazarlas todas. En realidad no había ningún inconveniente, no le gustan los hoteles, no tengo dinero para uno y podía quedarme de sábado a domingo en su casa. Pasar del continuo jugueteo en el cine a la hora cuchi cuchi (Beto le Boticuá dixit). Me encanta postergar lo inevitable.

“Ahora sí” dije, se quedó bastante sorprendida. “¿No te vas a echar para atrás?” de seguro pasó por su mente mil veces. Y cuando menos me doy cuenta ya estoy en el metro, mirando afuera del vagón a Calzada de Tlalpan. El transporte pasa de largo por aquel hotel sabinesco, quizá él tenga razón cuando escribió que “al lugar donde has sido feliz es mejor que no trates nunca de regresar”.

Ella moría sueño, había tenido días bastante pesados; sin embargo se rehusó a cancelar para dormir un poco. De aquí en adelante sería mi responsabilidad que no se durmiera, eso me quedaba bastante claro. Ya vamos en un micro para su casa. El sur es bastante raro, me siento un extranjero internándome en una nación enemiga. La plática hace la inmersión más rápida y de repente llegamos a ese departamento oscuro, falto de muebles con dos puertas cerradas, una de ellas mi destino.

El plan era que ella se iba a bañar, mismo que se acabó cuando la tomé entre mis brazos, cuando acabó con mis quiénsabecuántos días sin ejercer. Ella ya me había prevenido que había comprado vino, yo no soy de tomar vino, pero me gustaba a cada sorbo. Aprendí que había que tomarlo de a poquito porque cada que lo ingería, sabía mejor… después fuimos por una caguama.

Se iba a dormir, no la dejé, después se nos quitó el cansancio, invitamos al insomnio, la lluvia nos acompañó gran parte de la noche. Le puse la rolita que da título al post. Jagger cantando y provocando a la vez. Piano, guitarra bajo y batería dictando qué hacer. Pongo en práctica el aprendizaje del tacto, como en ninja que ya sabe qué puntos atacar con precisión. Tengo bastante éxito y sonrío de satisfacción, como hace años que no lo hago.

Dormí cerca de cuatro horas. Era temprano, me vestí silencioso para no despertarla. Tenía que regresar a casa y me esperaba un largo regreso. Los puestos de comida apenas comenzaban a organizarse y yo quería detenerme para comer al menos un taco. Dos horas y media después, ya estaba en casa.

Ha sido de las mejores noches del año, ahora que lo pienso. Lo necesitaba, he estado tan en mis broncas, tan falto de pasión, tan fuera de mí que esto es una bocanada de aire. Todo eso se disipó cuando, entre besos en la espalda y el cuello, susurraba cantando:



♪Let's spend the night together
Now I need you more than ever
Let's spend the night together now♫

Nos vemos en el futuro.

jueves, agosto 27, 2009

DE ESO SE TRATA

Mi tío ya está mejor, de hecho, se supone que sale el día de hoy de hospital, lo cual me tiene muy contento. La semana pasada lo vi, estaba bastante compuesto. Mis papás aseguran que su recuperación ha sido sorprendente, veo la alegría en sus rostros. Mi mamá tiene recompensada su esperanza.

Sí, como decía en mi post anterior, ya valió, mi último sueño de la vida se fue al carajo. Creo que no pudo llegar en mejor ocasión esta pequeña chambita, como que he podido lograr una pequeña rutina en la que puedo hacer más cosas. Haría más si pudiera despertarme temprano y aprovechar el día. Tengo que definir el rumbo ahora que el mapa anterior se ha hecho añicos.

Hablando de sueños perdidos, uno mío siempre fue escribir cómics, sobre todo como los que había leído en la infancia: historias sorprendentes y épicas, que aparentemente caían en convencionalismos pero en realidad estaban cargadas de profundidad. Ahora que están los cómics por descarga y que algunas personas altruistamente los traducen (algunas veces mal, pero es lo que hay y se agradece), he podido estar al corriente. Últimamente, además de JMS, hay dos escritores que me hacen querer volver a los guiones de historieta que tengo en el cajón, y me hace desear querer escribir como ellos (cosa que no sucedía desde John Byrne, Mark Waid y Alan Moore): son Ed Brubaker y Matt Fraction.

Odio que la gente me subestime, en verdad me saca de onda. Creo que lo único que puedo hacer es seguir trabajando para superarme, también para quitarme esa mala costumbre de que me importe lo que los demás piensan de mí. Me sorprendió mucho ver en un documental a Bob Dylan, cuando dejó la música folk, cómo las personas pensaron que era un vendido y él tomo una actitud de “voy a cantar, les guste o no”. Me gustaría llegar a esos niveles.

Al menos he podido escribir más en el blog. Con esto del shock emocional, hace días era en el único lugar donde podía dejar mis letras. Algunas cosas ya no van aquí y de vez en cuando se las digo a mis amigos, esa especie en extinción. Aunque creo que yo los extingo, no soy muy bueno haciendo adeptos y no conservo lo que tengo a la mano.

No sé cómo acabar el último párrafo, es un problema que tengo desde hace algunas semanas. Inclusive esta no es la excepción. Parece como si ya se me hubiera acabado el aire, como si en vez de poder englobar, dar sentido o cerrar, ya todo estuviese dicho. Quizá la última frase del post debería tratar sobre las ilusiones perdidas, añoradas, diluidas; sobre la esperanza que se tiene o sobre el carácter. De todo esto trata la vida, de lo que deseamos, lo que podemos tener o no.

De eso se trata. Tal vez el insomnio de hoy haya valido la pena.

Nos vemos en el futuro.

martes, agosto 25, 2009

LA PIEL TIENE MEMORIA

Lo ideal sería hacer un post sobre primeras veces, pero eso está muy choteado, aún para este blog.

En dos años han cambiado muchas cosas, de alguna forma ahora eres parte de esas mujeres a las que quise y perdí, un panteón que cada día crece. Sin embargo hace 730 días (justo a esta hora) fue para mí el génesis de algo, la iniciación moderna a la edad adulta, el recordatorio de la pérdida oficial de la inocencia (esa, aunque no lo crean, la perdí hace mucho tiempo). Era el momento como otra ausente de mi vida diría “ya no riegas las flores”, ya no más.

Esa rola famosa de Joaquín Sabina es lo más cercano a la experiencia que viví. Una noche, alcohol y canciones, de tu espalda desnuda y de mis ganas, de las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres. Hay noches en las que te recuerdo mientras me tapo con sábanas delgadas, un deja vu de aquella cama de hotel, enorme, suficiente para los dos.

Hoy tu vida es diferente. La mía es un poquito peor de cuando la encontraste. Poco después tuve una novia, pero después me batearon varias chavas. Hoy deseo a una pero creo que alguien más ya me la ganó. Me llena de satisfacción saber que nos disfrutamos en uno de los mejores momentos de mi existencia. Tú fuiste un momento definitivo.

¿Por qué este recuerdo se vuelve un acontecimiento épico, algo para recordar año con año, el aniversario luctuoso de la hombría? Quizá algún día olvide la fecha y mucho después tampoco haya necesidad de que lo recuerde. Hoy me aferro a ese fragmento de pasado y sonrío, mientras continúo en una existencia que no me satisface en nada. No importa lo que los demás crean de mí. Yo lo sé y me es suficiente.

A veces me dan ganas, para completar la experiencia sabinesca, ir a ese lugar y decir que no lo soñé. Repaso en mi mente cada detalle, como si fuera una de mis películas favoritas, como Cuatro Bodas y un Funeral, con el buen Hugh Grant. Y después de la reflexión de aquellos momentos, vienen los pensamientos que empiezan con “si hubiera”. En verdad te extraño, sobre todo porque un momento así como el de hace dos años, hoy es casi imposible que se vuelva a repetir.

Tal vez es nostalgia, o no hay otra cosa mejor en este momento. Todos mis sueños se fueron por el excusado, he tenido que replantearme muchas cosas y ahorita no son muy agradables mis días. Sin embargo, soy mejor que hace dos años y de eso tú tienes parte de culpa, un hombre que descubrió lo que era capaz, que se puso al corriente, que pasó de las letras al cuerpo como un profeta que ve cumplidas sus palabras. Es una de las tantas cosas por las que te quiero.

No sólo la mente y el corazón se acuerdan, también la piel tiene memoria.

Nos vemos en el futuro.

sábado, agosto 22, 2009

GERSON DE TIERRA-2. Parte 3

DISCLAIMER: Este es un post FICTICIO, un ejercicio de desahogo (digno de mi blog) dónde divago sobre una persona que me gustaría ser en una realidad que no existe. Así de simple.

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Estuvo muy buena la peda de ayer. Lo chido fue que no manejé. Empezamos en la casa del buen Robert con unos six de Indio. De pronto ya estábamos en el carro yendo a un bar en la Condesa, no recuerdo cuál. Como siempre fue una bronca encontrar estacionamiento y ya a oscuras desconozco las calles, creo que era cerca de Tamaulipas. Como que se me bajó un poco al comer esas alitas de pollo. Como siempre, no me da cruda, pero bueno, este finde no fue lo mismo.

Corté con Ana. Todo empezó desde una vez que fuimos a una reunión de twitters, ella dice que me le quedé mirando a alguien y se puso bastante celosa. Digo, ella y yo siempre hemos tenido nuestras diferencias: ella que no cree en el matrimonio, yo que soy bien desordenado cuando ella es impecable. Lo que sí adoro de ella es que ama el fútbol, le va al Pachuca (nadie es perfecto), pero es la compañera ideal para ir al estadio, para ver el partido o alguna película en el cine o mejor en casa. Anidada en mi brazo derecho, su calor quitándome el frío. La extraño.

Bueno, sí vi a la twittera que dice (ser discreto nunca ha sido mi fuerte) y pues sí nos hablamos chido y todo, pero cuando ando con alguien soy fiel y mientras anduve con Ana nunca la engañé. Me encantaba cuando se quedaba en el depa, ver su silueta envuelta entre sábanas temprano, antes de irme a correr un finde. Ando en un periodo como de duelo.

Por cierto, la semana pasada mi tío se puso grave, pude hacer unas llamadas y lo trasladaron a un mejor hospital… lo querían llevar a Ecatepec siendo que vive en Valle de Chalco, qué pendejada. Por lo que sé ese hospital es una mierda, el servicio es bastante malo y no atienden como se debe a los pacientes. Bueno, ya está mejor, aunque un poco delicado por el páncreas.

Bueno, termino de escribir esto y me voy a Estadio Azul, esta vez sí tenemos que ganarle al América. En estos días estuve pensando en el sueño recurrente sobre ese “yo” de la tierra alternativa, sería buen escribir sobre él, pero ayudarlo un poquito más, no sé, con una chamba extra subiendo noticias a una página de internet y quizá con una perspectiva amorosa como la mía. Hasta se me antoja a esa twittera llamarla Venusina o algo así jajajaja. Desvarío, es hora de irme.

Nos vemos en el futuro.

miércoles, agosto 19, 2009

DE AGOSTO EL DIECINUEVE

El tío Chavo ya despertó, abrió los ojos y ha platicado un par de veces con mis papás aunque desvaría un poco. Los doctores están sorprendidos y dicen que su cuerpo está actuando raro, está desechando muchas de las cosas que le están haciendo daño, como si fuera auto inmune. Supongo que esas son buenas noticias.

Odio que mi hermana me haga un favor, casi siempre evito que lo haga pero hay ocasiones en las que ya no puedes rechazar la ayuda. Lo malo es que casi siempre te haces “dueño del deudor” y como en otras ocasiones, mi hermana tiene un papel más de jefa, queriéndome ordenar y echándome en cara el favor a la menor rebeldía. Ayer sucedió de nuevo y es horrible. Recordaré rechazar su ayuda para la próxima.

Estoy escribiendo diario con esto del nuevo ingreso, espero estar haciéndolo bien. Mis jefes sólo me han dado una que otra recomendación, supongo que quiere decir que ahí la voy llevando. Hasta la experiencia ha resultado educativa, porque me he topado con temas de los que sé poco o de los que he desechado por no ser de mi perfil.

Los brazos dejaron de dolerme cuando empecé a dormir más. Creo que aún no me acostumbro. Re repente siento mucho cansancio y a la hora de dormir desaparece. No sé, esto del cuerpo humano es raro, aún no consigo el equilibrio para no vivir una vida tan desperdiciada. También he reducido mi número de horas en línea, creo que eso es bueno.

Los audífonos que le compré al iPod han muerto por la patria. Intenté ponerles lo del celular pero están muy cortitos y el gadget cuelga de mi cabeza de mi cabeza. Creo que en lo que llega el fatídico “septiembre negro” (si julio y agosto estuvieron de la chingada, no sé que pasará el mes que viene), tendré que usar el tlalocphone para usar música, con su manos libres.

Bueno, ya terminó de llover y yo ya me voy. Gracias a todos los que me han dado palabras alentadoras en los comentarios y en otros medios.

Nos vemos en el futuro.

lunes, agosto 17, 2009

SHOCK EMOCIONAL

Es la una de la mañana y sigo pensando en la semana que se acaba de ir al diablo. Mi tío sigue igual de grave, la desilusión que se convirtió en una oportunidad, los brazos que duelen por días y ese sentimiento de que nada puede hacerte sentir bien por más que lo intentes.

Y es que así ha sucedido. Lo de mi tío me tiene mal, más distraído de lo normal. No quiero salir, siento que no es apropiado ni siquiera pensar en diversión, aún cuando (y a diferencia de otros meses) tengo la lana para hacerlo. De repente tengo la sensación de que estuviera como en una especie de cruda mental, un shock emocional, sacado de onda a cada instante. Yo sólo quiero saber más sobre su estado de salud, quiero escuchar buenas noticias; pero eso no ha sucedido.

Mis papás han ido diario a verlo, también algunos familiares más se han dado sus vueltas, pero nada parece mejorar desde el martes. Se supone que fue una cosa que comió, pero hasta que él no despierte los médicos andan como a ciegas, porque en concreto no saben qué le provocó ese estado grave de forma súbita. Una tía mía es doctora, vio el expediente y nos comunicó lo peor, sus posibilidades para sobrevivir son escazas, a pesar de que mis padres digan que su aspecto va mejorando.

Una de las que se niega a perder la esperanza es mi madre. Ella vio a su mamá, Sara Flores, en un aspecto igual de delicado sobrevivir para ver los 15 años de su última hija. Cree que Dios puede obrar de la misma manera con mi tío y creo que hasta el momento ha sido la más optimista de todos. Mi padre, que se muestra sereno y fuerte, con la certeza de lo que puede pasar y sin ocultarle a nadie la difícil situación de su hermano, quizá el más cercano, con quien mayor relación tiene; aún en este momento difícil, en el fondo también tiene un poco de fe, que guarda junto a la resignación, por si acaso.

Yo tampoco me puedo concentrar. Apliqué para un trabajo, resultó que sería menos de la oferta inicial, pero al menos tendré un poco más de dinero mientras sigo buscando algo más. En la prueba confundí la palabra “sintetizar” porque me pidieron “caracteres” y yo creí que me decían “palabras” en un texto. Me dieron chance de corregir y ahora tengo una ocupación más que aumentará mis ingresos. La alegría se desvanece, no puedo saborearla como es normal.

De repente miro las paredes con palabras que me invitan a dar el esfuerzo, reflejan la recompensa de las repeticiones, me duelen los brazos y quiero dejarlo todo, pero vuelvo a la rutina, a probar mi resistencia, a crear fuerza, a no ver a los que pasan a un lado de mí, ya más trabajados y expertos. Sin pensar regreso una vez más a lo mío y por un rato me olvido del mundo.

El shock permanece, mi último sueño perece, mi madre me dice que hasta que no me digan “no” lo descarte. Yo sé que ella hará lo mismo con su esperanza, no descansará hasta que le den el “no” definitivo.

Nos vemos en el futuro.

miércoles, agosto 12, 2009

FRÁGIL

La vida es un regalo frágil, hay que disfrutar con cuidado de no romperla.



Uno de mis primeros recuerdos fue sin duda aprender a caminar. En ese entonces apenas tenía un par de años y vivía en casa de mis abuelitos. Era lindo pasar a la sala y ver a todos mis tíos, esos gigantes con voz grave que sonreían cada que estaba con ellos. Para aprender a andar, intentaba ir de un sillón a otro, más atrabancado que acertado. Además de mis padres, uno de los que me animaban a caminar, esperándome con los brazos abiertos del otro lado, era mi tío Chavo.

Cesáreo Obrajero Fernández, o como lo conocen casi todos: “Chavo”, es el hijo más grande de la familia de mi padre. Trabajó desde muy joven, de carácter recio, crítico, siempre buscando la perfección en él y en los demás. Un hombre de juicios inquebrantables, terco, con apariencia de malhumorado pero con un gran corazón. Siempre con su bigote bien abultado, con algo cargando en la mano, yendo de un lado para otro.

Hace unos quince o veinte años le detectaron diabetes (misma enfermedad que sufrió mi abuelita, y que mi familia está propensa a padecer). Durante mucho tiempo, el tío Chavo pudo vivir su vida de manera normal, como lo venía haciendo, reservándose en unas cosas, sin embargo manteniendo otras, como las comidas callejeras y grasosas. Nunca se casó y cuando dejó la casa de mi abuelita vivió solo en una casa que se construyó en Valle de Chalco. Recogía perros de la calle y les daba de comer para que le hicieran compañía.

La diabetes va afectando poco a poco diferentes sistemas en el cuerpo y la salud de mi tío con el tiempo se fue deteriorando. Sumando a eso un mal cuidado y excesos en las cosas que no debe hacer lo han llevado varias veces al médico. Hace más de un año, mi tío, que no aguantaba el dolor, tomó de más una medicina que le había recetado. Esto hizo que se hinchara en diferentes partes del cuerpo y tuvo que se llevado a urgencias. Afortunadamente lo pudieron controlar y con ayuda de mi tía Tere, que de momento vive con él (le están construyendo una casa al lado de mi tío) le cuidaban la alimentación y mejoró significativamente su salud.

Ayer en la noche mis padres recibieron una llamada: mi tío se encontraba grave e iba a ser llevado a un hospital que está cerca de casa. Mi padre lo vio hace apenas unas horas, estaba con dos aparatos y una serie de válvulas sobre su cuerpo. El diagnóstico no es favorable, tiene problemas con el riñón y el corazón; aunque está respondiendo bien al tratamiento, mi tío se encuentra muy delicado de salud.

Ahora sólo resta esperar las próximas horas. Aún no logro acostumbrarme a que la vida cambie tan de repente, que se pueda perder en un instante o como consecuencia de tantos años, la vida es frágil. Yo sólo espero que mi tío se recupere, ha hecho tanto, ha dado mucho cariño, apoyo y ejemplo en todo este tiempo. No puedo olvidar que gracias a él aprendí a caminar.

No más palabras.

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Actualización: Me acaban de hablar por teléono. Mi tío ya está en piso. Al parecer lo grave está por pasar. Gracias a Dios.

Actualización 2: Recibí otra llamada. Mi tío aún no se recupera del todo, a mi papá le darán un pase de 24 horas para que esté con él. A ver que pasa.

sábado, agosto 08, 2009

ENTRE LA LUNA Y LA CIUDAD DE MÉXICO

No, nunca es suficiente una oportunidad para hablar de la luna… aunque esta vez la belleza que engalana los cielos nocturnos no es el tema principal.

Hay algo que yo llamo el show de la madrugada, que básicamente es el regreso a mi casa a altas horas de la noche, cuando escasea el transporte, cuando todo se vuelve más peligroso, cuando las ratas salen de la oscuridad para merodear en busca de comida, cuando ves a borrachos orinarse sin ningún pudor, cuando llegar a casa es un alivio que se produce sólo al final.

Sí, de nuevo me voy en el mejor momento de la reunión. Decidí no molestar a algún amigo para pedir asilo y mejor me aventuré de regreso al hogar. A media noche apenas estaba en la glorieta de Insurgentes y no sabía si aún alcanzaría el transporte final en la terminal de indios verdes. Como si estuviera esperándome, el último transporte que me acercaba a mi hogar se hallaba entre la soledad del paradero. Afortunadamente sólo fueron 5 minutos para que se llenara el camión y listo, ya estaba saliendo de mi ciudad natal, al exilio.

Entre las rolas que sonaban en el iPod justo a minutos de llegar estaba “Best that you can do” o mejor conocida como el tema de la película “Arthur”, que le diera el Óscar a Burt Bacharach en la música y a Christopher Cross en la interpretación. Me era imposible no recordar a Arturo, el millonario seductor (como titularon la película en México), personaje entrañable sumido en un casi permanente estado etílico, que era un irresponsable que usaba el dinero de su familia para salir todas las noches a parrandear. Claro ejemplo es esa primera escena de la película, donde el personaje interpretado por Dudley Moore cruza las calles de Nueva York a bordo de un Rolls-Royce con chofer, vestido con un smoking y un sombrero, con un whiskey en la mano, riéndose de chistes que están en su cabeza.

Si ahorita me preguntaran que quiero ser de grande, en verdad diría que quiero ser Arthur.

En esa canción que tanto me gusta, aparte de describir al personaje principal (Arthur he does as he pleases. All of his life, he's mastered choice. Deep in his heart, he's just, he's just a boy. Living his life one day at a time and showing himself a really good time, laughing about the way they want him to be) hay una frase que verdaderamente exacta, como hecha a mano, que involucra la noche, la ciudad y las cosas que pueden suceder dentro de ellas (If you get caught between the Moon and New York City, the best that you can do is fall in love). Aquí les dejo un video de una presentación que hizo Christopher Cross junto con Dudley Moore (entre sus gracias estaba el ser músico, uno muy bueno) tocando el tema que los hizo inmortales.



Hoy quería ver a Venusina, pero no fue a la reunión. Entre la luna y la Ciudad de México, lo mejor que puedes hacer es enamorarte.

Nos vemos en el futuro.

jueves, agosto 06, 2009

LUNA LLENA EN AGOSTO

La luna llena de ayer estaba hermosa. Ya saben, redonda, brillante, en lo más alto de un cielo carente de estrellas. Siempre pensé que la luna era el principal testigo de la noche, ya sea completa o en fases, siempre está ahí, logra atravesar con sus rayos a las nubes que de repente le quieren tapar la vista pero ahí está.

En mis épocas pseudo románticas de la prepa, gustaba pensar que la luna podía ver a la mujer que yo quería y que de algún modo, sin palabras y por medio de la belleza aquella forma esférica, podría expresarle mis sentimientos. Les digo, eran tiempos más inocentes. Debo confesar que, obviando la cursilería de ese pensamiento o de lo ilógico que pueda resultar, hay veces en las que me gustaría que fuera verdad.

Me gusta cuando la luna se puede ver de día. A veces no se nota por las nubes o porque no muy seguido miramos hacia el cielo. Puedo pasar bastantes minutos con sólo mirarla, es hipnotizante, un narcótico a los ojos, inspiración al entendimiento, locura a las aguas. Dicen que las lunas de octubre son las más bonitas, pero hay ocasiones en las que uno no puede abstenerse de mencionar la hermosura de la luna.

Algo muy raro de mi personalidad es que quiero y deseo las cosas que me son difíciles o casi imposibles de alcanzar y lo que tengo a la mano suelo desecharlo. De ese modo, casi siempre mis sueños son grandes, mis aspiraciones altas y las mujeres que me gustan no están a mi disposición, regularmente suelen ignorarme. La luna es una fascinación más. No dudo que sea imposible llegar (hace poco se celebró el aniversario de que el hombre pisó el satélite; mi abuelito siempre pensó que eso se grabó en un estudio de televisión), claro, no tengo la preparación ni los conocimientos y mucho menos el dinero para hacer semejante proeza. Quizá sólo pueda imaginarlo, mirando desde abajo al astro que refleja una luz que no es suya, pero que usa para reinar la noche.

Me encanta Fly me to the moon. Canción hecha famosa por Frank Sinatra y covereada hasta el cansancio. Yo recuerdo algunas versiones, como la de Julie London, Diana Krall y muchas más (hasta aquella de esa serie de animación japonesa que nunca me llamó la atención, excepto por la rola). La bossa nova, como saben, es de mis ritmos predilectos y uno de las interpretaciones favoritas de esta canción es la de Astrud Gilberto, los arreglos son geniales, ese coro (el “parapa” es letal) es el calzador perfecto para la letra, sensualmente interpretada por la brasileña.

Mientras sigo fascinado por la luna, es dejo esta escena de Down with love, donde utilizan una secuencia para mezclar la versión de Astrud Gilberto con la de Frank Sinatra. Bastante bien realizada la secuencia, quizá lo único rescatable de una película exageradamente mala, a pesar de los actores que en ella participan.



Empieza agosto y aún hay mucho qué contar.

En otras palabras... Nos vemos en el futuro.