miércoles, octubre 11, 2006

SINCERO

[De Fondo: Alejandro Sanz – Lo ves]

Comprendí que no quieres estar conmigo, que mi más grande temor contigo, se volvió realidad…

Tengo derecho a defender esto, a decir que lo que siento es verdad, que nunca exageré al decirte todo lo que sentía, que me duele cada palabra que no hablas, cada cosa que ya no me dices, que tu belleza para mi siempre lo fue, que tu inteligencia nunca me fastidió, que te quiero. Que sí, soy un tonto, que creyó alcanzar las estrellas con sólo estirar la mano.

No entiendo por qué todo cambió enfrente de mis ojos, cómo, sin proponérmelo comencé a ser una molestia para ti, y cómo un “me esperas tantito” se puede convertir en un adiós indefinido. Cómo las preguntas que antes eran tan necesarias comenzaron a ser molestas, cómo la alegría de nuestras conversaciones se convirtió en el fastidio, en lo incómodo, en lo patético, en lo irreparable e iracundo.

Ya no te importo y creo que no te importaré, porque así eres. Cuando tomas una decisión, no habrá poder humano que te haga cambiar. No podría, aunque te lo rogara postrado ante tus pies, llorando, suplicando, implorando con todos los latidos de mi corazón, lograr que te quedes.

Hoy no soy feliz si no estás tú conmigo.

Odio perder contra los fantasmas, odio que la sombra de amores pasados me degolle cual verdugo y destroce cualquier intento para encontrar el amor. Quienes me conocen saben que yo no amo a nadie, pero me hubiera encantado amarte, darme a oportunidad de darme todo, de hacer hasta lo imposible, de dedicarte millones de palabras, de ir hasta a tu casa sólo para darte un abrazo y decirte con mis propias palabras cuánto… lo demasiado que te estoy queriendo.

No soy perfecto, aún no conozco a alguien que lo sea: soy tonto, poco distraído, repetitivo, insistente, poco imaginativo, castroso, voluble, terco, impulsivo. No te puedo obligar a amar tantos defectos, ni siquiera a quererlos, son tan parte de mí que no puedo pedirte que me ames por quién soy, que tendrías razón si no lo haces; que equiparable con el ser humano perfecto, yo sólo soy risible e insoportable.

Tampoco soy el mejor amigo…

¿Quererte fue sólo un acto estúpido de mi percepción?

Por qué sólo vi las virtudes tuyas? Por qué me negué a que este día llegara, el día en que te fueras? Por qué caí de nuevo en el mismo hoyo de donde juré no regresaría? Por qué esto no acabó con el “me gustas”? Por qué sigo pensando tu silencio me mata hasta en tu forma de sentir?

Mi caja llena de sorpresas, mis ojos iluminados, mujer de rosa, mi hacedora de lluvia, mi norteña graciosa, belleza sin igual, domadora de mis letras y de visceralidades también, doctora como las de greys anatomy, espíritu indomable, traductora de mis silencios, enemiga de la soledad, Mujer del Mar… Hoy sí hablé de ti.

Atte.


Tu incauto preferido.

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