Hay tanto que escribir que a veces no se cómo empezar... quizá lo más adecuado para esos casos sea por comenzar desde el principio:
El martes ví a Leo, no puedo ni siquiera imaginarme el dolor que está sintiendo, pero creo que mi visita ha reafirmado nuestra amistad como nunca, quizá en el momento en que pensé que la perdía.
Ayer, seguí rompiendo récords y me levanté temprano y me dispuse para ir al cinito con mi amiguis Blackstar, vimos Las aventuras de Dick y Jane, una película buena, de esas en las que Jim Carrey no es el "mismos gestos" que conocemos, cosa que no creí capaz que pudiera lograr, en un guión que explota el humor negro hasta rayar en el placer culpable, uno no sabe si llorar o echarse a reir por las circunstancias de los personajes.
Hace mucho que no iba al cine con un amigo, desde aquella vez que fuí con Leo en Otubre pasado, realmente lo disfruté horrores, porque yo por lo regular voy solo y me compro chuchería y media que no me acabo, es padre de repente comentar qué estuvo chido de la película.
Después lo que le da título al post, una tarde de café y pláticas con Blackstar, fue muy agradable y platicamos de muchas cosas, tanto así que cuando menos nos dimos cuenta ya era noche y nos despedimos con un abrazo en el metro.
La cafeina nunca provocó sus conocidos efectos en mi hasta ayer, en que, mientras platicaba con mi amiguis, la mano izquierda se empezó a sentir extraña... un poco inquieta. Al llegar a la casa de todos ustedes, de repente me empecé a sentir muy extraño, tenía el block de notas en blanco y con la completa disponibilidad de escribir algo para este amado blog, cuando de repente empiezo a sentirme raro, primero fue como sacado de pex, después me sentí con mucha energía y el sueño que arrastraba desde el camión se había ido...
Me dormí a las cinco de la mañana... maldita cafeína.
Mi hermana siempre he ha recomendado el descafeinado, pero nunca hago caso y el Americano es siempre mi elección principal. Nunca sentí reacciones como las que mi hermana me ha descrito cuando se le había ocurrido tomar de ese café, pero bueno, nunca había probado el de Sanborns, que además de super cargado, es asqueroso... jajajajaja.
Al rato empieza mi seminario, voy a echarle todas las ganas del mundo para tener mi título y acabar con la larga etapa escolar. Dependiendo de la disponiblidad de tiempo, voy a ver si ya busco algo en un periódico o en algo para no estar en mi casita (jajaja... a ver si no me trago esas palabras).
Saludos de amanecer al mediodía.
El martes ví a Leo, no puedo ni siquiera imaginarme el dolor que está sintiendo, pero creo que mi visita ha reafirmado nuestra amistad como nunca, quizá en el momento en que pensé que la perdía.
Ayer, seguí rompiendo récords y me levanté temprano y me dispuse para ir al cinito con mi amiguis Blackstar, vimos Las aventuras de Dick y Jane, una película buena, de esas en las que Jim Carrey no es el "mismos gestos" que conocemos, cosa que no creí capaz que pudiera lograr, en un guión que explota el humor negro hasta rayar en el placer culpable, uno no sabe si llorar o echarse a reir por las circunstancias de los personajes.
Hace mucho que no iba al cine con un amigo, desde aquella vez que fuí con Leo en Otubre pasado, realmente lo disfruté horrores, porque yo por lo regular voy solo y me compro chuchería y media que no me acabo, es padre de repente comentar qué estuvo chido de la película.
Después lo que le da título al post, una tarde de café y pláticas con Blackstar, fue muy agradable y platicamos de muchas cosas, tanto así que cuando menos nos dimos cuenta ya era noche y nos despedimos con un abrazo en el metro.
La cafeina nunca provocó sus conocidos efectos en mi hasta ayer, en que, mientras platicaba con mi amiguis, la mano izquierda se empezó a sentir extraña... un poco inquieta. Al llegar a la casa de todos ustedes, de repente me empecé a sentir muy extraño, tenía el block de notas en blanco y con la completa disponibilidad de escribir algo para este amado blog, cuando de repente empiezo a sentirme raro, primero fue como sacado de pex, después me sentí con mucha energía y el sueño que arrastraba desde el camión se había ido...
Me dormí a las cinco de la mañana... maldita cafeína.
Mi hermana siempre he ha recomendado el descafeinado, pero nunca hago caso y el Americano es siempre mi elección principal. Nunca sentí reacciones como las que mi hermana me ha descrito cuando se le había ocurrido tomar de ese café, pero bueno, nunca había probado el de Sanborns, que además de super cargado, es asqueroso... jajajajaja.
Al rato empieza mi seminario, voy a echarle todas las ganas del mundo para tener mi título y acabar con la larga etapa escolar. Dependiendo de la disponiblidad de tiempo, voy a ver si ya busco algo en un periódico o en algo para no estar en mi casita (jajaja... a ver si no me trago esas palabras).
Saludos de amanecer al mediodía.
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