Para mí este año fue de mucho aprendizaje y crecimiento. Revaloré mucho mi dignidad, también el hecho de no aceptar cosas que no están bien: en las relaciones personales, en el trabajo, en cualquier ámbito de la vida. Retomé mi camino hacia la libertad, me lancé hacia el azar y gracias a Dios salí avante. Mis sueños murieron y resucitaron como Cristo, como el Fénix, como Mario Bros. Mantuve la amistad con mis ex compañeros de trabajo. Aprendí a organizarme ante los retos que están por delante. Cada vez me levanto más rápido cada que me caigo. Crecí profesionalmente y lo mejor de todo: no me fue fácil.
También recordé que en el corazón no se manda. Que no siempre basta el amor para que las cosas funcionen, que es mucho mejor dar como recibir, que hay cosas que no se deben reclamar, que es mejor hacerse a un lado cuando alguien no te corresponde, que uno no se puede engañar a sí mismo. Fue el año que volví a mi soledad, pero ya fue diferente: soy más maduro emocionalmente.
Este fue el año musical que siempre pedí: tuve la oportunidad de ver a David Guetta, Comisario Pantera, GG Bross, Nortec, a Crystal Castles, a Chromeo, Vicente Gayo, a la Gusana Ciega y canté como si con ellos se me fuera el alma. Viajé a Toluca y Morelia (dos veces), León y Mérida y desee haberme quedado más en esos lugares. Hubo buenas pedas aunque difícilmente me emborraché. En este año me sentí muy solo hasta que algunas personas llegaron a sentarse en mi mesa: cada vez me quedo con menos pretextos para hacer drama.
Yo no olvido al año viejo, como dice la canción. Quiero celebrar por el 2011 que se va con todos los honores y el 2012 que luce flamante a la puerta, más que el el cambio de ciclo lo que se festeja es la vida misma: motivo suficiente como para estar contentos y hacer sonar las campanas. Quiero gritar de alegría por la retrospectiva que no me dejó un saldo tan malo como el que parecía en un principio: Tengo trabajo, tengo a mi familia a quien amo, también amigos que me quieren tanto como yo a ellos, tengo gente que si bien no está cerca siempre me muestra su apoyo, gente nueva a quién conocer; estoy en una posición cómoda como para encarar el futuro con buena actitud. Soy feliz y aunque todavía falten algunas cosas para lograr el "kwan", por el momento está bien.
Hoy por la mañana, antes de levantarme para terminar este post, vi en la tele el final de El Vagabundo con Germán Valdez "Tin-Tan". Recuerdo que la vi cuando era niño y me encantó el musical con el que cierra la película. "Año nuevo, vida nueva, año menos, año más..." decía la canción. El personaje veía la oportunidad de dejar atrás su vida pasada de vagabundo inocente para ser ahora el empresario del circo y aceptar el amor de una mujer que lo esperaba en la puerta. Sí, todo es nuevo e igual al mismo tiempo, pretexto para afirmar lo innegable: el pasado no existe y el presente es eso nuevo que construimos cada día. Quizá por eso me gusta hacer recuentos, para revivir con los recuerdos y atesorarlos, para que en retrospectiva digamos: valió la pena.
Les deseo a todos los que me leen un excelente 2012 lleno de éxitos, satisfacciones, logros personales, mucho amor y bastantes experiencias de aprendizaje y crecimiento para recordar en 2013.
¡¡¡FELIZ AÑO 2012!!!