jueves, diciembre 29, 2011

PROPÓSITOS PARA NO CUMPLIR

El año nuevo renueva las ilusiones de comenzar desde cero, ya es una costumbre hacer propósitos para el periodo que comienza y mayor costumbre es no cumplirlos. Hasta cierto punto son inocentes las buenas intenciones en un mundo donde hay factores que no controlamos. El saldo rojo de las autopromesas en diciembre no es impedimento para volver a pensar en los votos para el año que viene.

¿Para qué engañarnos? No vivimos con el pensamiento fijo: “este año me prometí algo y lo voy a cumplir”. La mayoría no tiene esa vehemencia, no conservamos un checklist, ni siquiera tenemos la memoria suficiente como para acordarnos en junio (exageré, en abril). Este blog ha sido testigo que he logrado cumplir muy pocas cosas de todos los años en los que he realizado lista de propósitos. Solo son buenos deseos, bocetos de lo ideal, utopías de la época que se archivan concretamente en el olvido.

Con esta consciencia, escribir lo que se desea hacer para el nuevo ciclo es un acto de cinismo. Pero, ¿qué diablos? Seamos cínicos, para esos son estas fechas y desaprovecharlo siendo un amargado es no disfrutar de la borrachera emocional de la época. Por lo mismo, he decidido hacer una lista de propósitos para no cumplir. No sé, quizá termino haciendo más cosas en el año que alimentando una esperanza en forma de buena vibra enumerada. Si no, al menos podré decir que fueron las cosas que me propuse “no cumplir” y lo habré logrado. ;-)



  • Buscar un nuevo amor.
  • Tener mucho sexo.
  • Bajar de peso.
  • Tener mi primera tarjeta de crédito (putos bancos).
  • Escribir más y mejor.
  • Terminar alguno de los proyectos de novela que tengo (ahora sí).
  • Leer más (tengo varios libros en cola, esperando a que la desidia se desaparezca).
  • Ya no endeudarme tanto (no más mensualidades por ahora).
  • Pasar más tiempo de calidad con mi familia y amigos.
  • Ser menos amargado y quejumbroso.
  • Seguir echándole ganas al trabajo.
  • Ir más al cine.
  • Tramitar mi pasaporte.
  • Viajar a la playa.
  • Emanciparme.
  • Ir a más conciertos.
  • Comprarme un auto.


Los antiguos eran sabios al decir que desear no cuesta nada. Sería genial tener todas estas cosas para el año nuevo. Ya sabemos que la vida sigue materialices o no los propósitos establecidos el año pasado. La acción siempre será lo que cuente y el compromiso contigo mismo debe ser biodegradable, atemporal. Aunque el 2012 se presenta como un pretexto para volver a comenzar (o para decir que el mundo se va a acabar, una de dos), hay cosas que no deben esperar una fecha determinada para hacerlas realidad.

Yo valoro mucho las cosas que me cuestan trabajo, porque hay que tenerlo bien claro: el camino para cambiar ciertas cosas no es fácil, como muestra este divertido video de Los Morancos:



Sigue: 2011: YO NO OLVIDO AL AÑO VIEJO…

Nos vemos en el futuro.

1 comentario:

Jacka [Killer Queen] dijo...

Me encantó =D

Me atrae mucho más esta idea de descarado cinismo que la hipocresía de autoengañarse (o pretender ante los demás) con una serie de propósitos que muchas veces rayan en el estilo "discurso de aspirante a Miss Universo".