jueves, octubre 06, 2011

AÑO 7: GAROTA DE IPANEMA

Un día como hoy, pero de hace siete años no tenía computadora, había escuchado sobre los blogs y a ver uno me decidí abrir el mío. Lo hice en un café internet.

¿Cómo dejé entrar a la Bossa Nova en mi vida? Fue una especie de catarsis de la cual la piratería tuvo la culpa. ¿Qué sabría yo que pasar por la calle de República de Argentina pondrían un disco de éxitos de este ritmo brasileño, que irremediablemente me llevaría al recuerdo de Saludos amigos y al personaje brasileño José Carioca? La fascinación me insistió en el 2001 a escuchar un disco de éxitos de Sergio Mendes en la pequeña tienda de cómics donde trabajaba para organizar una convención. Tuve que regresar para comprar el primer disco y en casa, en la comodidad de mi casa, esa música me incitó a soñar…

Como ya lo he explicado, lo que me fascinó de aquí fue escribir sin restricciones. Lo que no olvido es que en este tiempo fue que conocí a muchas personas, hice muchas cosas, amé, fui correspondido y no y lo más importante de cada experiencia es que compartí. Así es como resumí 7 años de mi vida enfrente a una computadora. Pero quizá lo que puedo agradecer a mi blog es que haya sido determinante para querer desarrollar mis habilidades para escribir; aunque en el intento haya elaborado muchos post malos y uno que otro que le gustó a los lectores de este espacio.

Antes de que fuera un servicio exclusivo para Estados Unidos (pinches leyes arcaicas del copyright) descubrí más del género de la Bossa Nova gracias a Pandora. Sus listas me hicieron conocer a Chico Buarque, a Os Cariocas, Tamba Trio, y más música brasileña. Escuchaba, apuntaba y escribía. El servicio de música hacía ameno mi primer trabajo. Mientras más experimentaba el ritmo, más soñaba y la ensoñación tuvo que desembocar hacia las letras.

Ha sido una relación amor-odio con las letras. Las quiero dejar pero el amor me gana. El bloqueo empieza mientras el deseo cava debajo del muro y por ello es tardado. La monotonía y el trabajo me quitan las ganas, mismas que resucitan al momento de extrañar el constate golpeteo a las teclas. Con musas o no, con inspiración o con oficio, con el exorcismo de letras o con el río poderoso que abre caminos sobre la hoja en blanco: ha sido un viaje maravilloso que me gustaría continuar, ya sea aquí o si por fin logro capitalizar mis ansias en proyectos literarios.

Un proyecto relacionado con Mauricio Garcés fue el pretexto perfecto para escribir sobre la bossa nova. Dotar al personaje de la novela que escribía de ese gusto musical encajaba perfecto con el ritmo de fondo de las películas del “galán de galanes”. Pero el no conseguir una beca, mi depresión y mi mala costumbre de no terminar lo que empiezo sepultaron mis cuartillas terminadas. Hoy, vuelvo a retomar mis letras (el taller literario ha servido de mucho), pero los sonidos del Brasil siempre estuvieron ahí: las pasiones verdaderas no se abandonan del todo, mucho menos después de 7 años recién cumplidos.

Aquella canción que escuché en la calle del Centro Histórico fue The Girl From Ipanema, Gatora de Ipanema en portugués. Canción que alcanzó fama mundial y que inmortalizó para siempre a sus creadores. En mi proyecto, el personaje silba la canción cuando acaba de follar con una mujer; yo la silbo cuando para una mujer realmente bella. Lo que descubrí hace poco es que el día que fue presentada la canción (y antes de que fuera popularizada con los arreglos de Stan Getz y la voz de Astrud) en un pequeño espectáculo, el triunvirato que creó la Bossa Nova (Tom Jobim en la música, Vinicius de Moraes en la letra y Joao Gilberto en la voz) hicieron una pequeña introducción musicalizada:

-Joao: Tom haz una canción que nos diga qué es el amor.
-Tom: Hola, Joaozinho. No sale si Vinicius no hace la poesía.
-Vinicius: Para interpretar esta canción me gustaría que la cantara Joao.
-Joao: Ah, ¿Pero quién soy yo? Yo estoy con ustedes. Mejor cantémosla los tres.




La chica de Ipanema, la que pasa y cautiva, la que va triste de amor pero en su paso ilumina con su impactante belleza al mundo: una de mis canciones favoritas de todos los tiempos y la que inaugura el principio del séptimo año de El Blog de Gerson Obrajero, en su octava temporada. Gracias por seguir conmigo en este viaje. Lo mejor está por venir ¿quieres compartirlo conmigo? =)

Nos vemos en el futuro.

1 comentario:

belona glamour dijo...

Me gusta la expresion "nos vemos en el futuro"...buen blog!