Como diría Juan Villoro en su guión para la pelí Vivir Mata: “ya ves cómo es el destino de mamón”.
No quiero entrar en el mood de las mosquitas muertas y preguntarme “por qué me odian, qué les hice, por que me tratan así” porque la neta no soy así, es natural no caerle bien a todos “nadie es monedita de oro”. Aunque a veces me imagino como si despertara, tuviera un arma en la mano, muchos cadáveres alrededor y no supiera el por qué de la escena “pero si yo no maté a nadie”.
Así, a lo largo de estos cuatro años y cachito hay gente que me ama, que me odia y que simplemente no me pela. Así es esto de las gelatinas, no voy a patalear porque no soy un blogstar, pero tampoco dedicaré a mi vida a alimentar trolls o convencer a gente que no quiere convencerse de algo. No me siento mejor que nadie y tampoco peor, yo simplemente soy y todo lo que a mí respecta es mí problema. Hay quienes pueden manejar eso y hay quienes no. Eso a decir verdad no me interesa.
En todo eso estaba pensando ayer en mi cuarto cuando me paré en un micrófono y en la Roma una amiga también estaba ahí. Estábamos a punto de grabar a distancia, como lo hacía con Mine y todo empezó a fluir. He tenido la fortuna de estar en proyectos que tienen esa magia para colocarte en otro nivel, más allá de tus problemas, un estado de la mente en el que te dispones a realizar cosas que al final salen bien.
Después de estar con mi familia un rato y ayudarles con sus teléfonos celulares (yo tampoco soy mucho de poner tarjetas SIM o micro SD pero ahí andaba) me dispuse a editar. Esta vez no será tan fácil unir mi audio con el otro porque tuvimos dos pausas, en una de ellas se cortó por lo que había diferencias de tiempo. Era un reto intentar que eso no se notara en nuestras voces y después lo de siempre: quitas un “e” por aquí, un “este” por allá, un tartamudeo y cuando menos lo pensé ya le había puesto los cortes, el fondo y la rola final.
Debo confesar que acabé casi hasta la media noche. Bumen ya no estaba en línea y a las primeras horas de hoy se publicó de manera oficial el primer episodio de parabús. Ayer en la noche me fui a dormir y no sabía qué esperar. Al despertar la cosa fue distinta, pude ver que en un puñado de horas en las que se publicó el podcast ya teníamos varios comentarios y el “buzz” estaba fuerte en twitter. Digo con sinceridad que no me lo esperaba y que se siente bastante chido.
En fin, gracias a todos los que ya han escuchado el podcast y esperen el de mañana. Sí, mañana grabamos de nuevo así que será genial, no se lo pierdan. A mis detractores, personas a las que les caigo gordo y que a pesar de todo eso me leen, les dedico esta rola:
Nos vemos en el futuro.
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