DISCLAIMER: Este es un post FICTICIO, un ejercicio de desahogo (digno de mi blog) dónde divago sobre una persona que me gustaría ser en una realidad que no existe. Así de simple.
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Cumplí uno de mis más grandes sueños. Fui a la San Diego Comic-Con.
De joven me enteré que la convención de cómic más increíble de todas se realizaba en California. Tenía que conformarme con los eventos que se acercaban aquí y ninguno se aproximaba a lo descrito por tanta gente sobre la Comic-Con, la meca de los cómics, todas las editoriales norteamericanas, todos los dibujantes y guionistas en conferencias y firma de autógrafos, un orgasmo para el aficionado. Prometí estar ahí y quedarme todos los días que durara el acontecimiento.
¿Quién diría que mucho tiempo después no sólo sería de cómics, sino también para estrenos cinematográficos y de televisión? Con ese pretexto hace un par de años fui con el encargado de la revista de cine y le propuse si podía ser corresponsal. En ese momento él me dijo que ya tenían gente trabajando en ello. Desgraciadamente hubo algunos recortes la temporada pasada y ahora no fui yo el que pidió ir, sino él el que me dijo que iría, Sólo yo, con viáticos muy limitados y sólo sería un par de días, para revisar un par de novedades que se presentarían para cine. No me importó.
Eso fue a principios de año. Decidí tomar un poco de dinero que tenía ahorrando para darme el gusto de ir todos los días, el avión de vuelta y para gastar en la convención. Ya tenía todo arreglado para coordinar algunas cosas del trabajo desde San Diego, confío mucho en mis colaboradores y sabía que en esta ocasión no me fallarían. Era finales de julio y necesitaba una distracción. La vida amorosa no iba tan bien. Apenas había pasado el concierto de McCartney al cual fui solo. El viaje no pudo caer en el mejor momento.
Este párrafo lo he escrito varias veces y aún no puedo describir con precisión la experiencia de pisar el centro de convenciones de San Diego. Muchos stands, gente disfrazada, Stan Lee (con quien me tomé de inmediato una foto y le grabé un “Excelsior!”), compré varios cómics a un buen precio. Salí conmovido de las pláticas de Grant Morrison y de Humberto Ramos, respectivamente. Ver filas de dibujantes aspirantes a profesionales hacía fila para la revisión de sus portafolios (algunos con arte excepcional). Ah sí, y mi trabajo, uno que no se sintió como tal.
Estuve presente en lo que inicialmente sería una plática sobre las versiones cinematográficas de Capitán América y Thor (dos de mis héroes de la infancia). Después de una conferencia y sesiones de preguntas pasaron los respectivos tráilers vino lo inesperado. Se van los respectivos elencos de la película y llaman a algunos actores de Iron Man 2, regresan los actores del Capi y el dios del trueno, presentan al director y parte del elenco de la película The Avengers (grupo que une a varios héroes en el cómic). Mi éxtasis de fan nadaba entre los flashes que los fotógrafos le tomaban al elenco completo y en los gritos enardecidos de los fans que estaban atrás de nosotros. Fue un momento mágico que nunca voy a olvidar.
El otro se dio un día antes y fue de pura casualidad. Había entablado amistad con un compatriota al que descubrí twitteando en una conferencia de Marvel, me dijo que tenía un blog pero que también se había dado el gusto de ir a San Diego para este evento. De repente vimos una fila para lo que parecía ser una plática del creador del comic Scott Pilgrim. Pensamos que podríamos posponer la comida un momento para presenciar una conferencia más. Cual sería nuestra sorpresa cuando pusieron la película Scott Pilgrim vs The World y habían limitado la entrada a 200 personas en este sorpresivo pre-estreno. Salí extasiado, fue una excelente adaptación de un cómic que es uno de mis consentidos. Escuché a un periodista del New York Post decir que era la primera película de jóvenes donde no se sintió viejo. De la película hay una canción que me encanta de Metric que se llama Black Sheep, me gustó una estrofa que dice: I’ll send you my love on a wire… Aquí se las dejo para que la escuchen:
Llegando a México descubrí que para volver a ver la película tendría que esperarme hasta octubre mientras que en Estados Unidos la estrenaron apenas ayer. Luego se preguntan por qué prolifera la piratería… En fin, al menos pude verla sin esperar dos meses más como seguro lo haría mi personaje de Tierra-2. Él no hubiera podido estar en la Comic-Con, de hecho desde hace mes y medio lo mantengo en el status de desempleado y buscando chamba, también hace más tiempo que no viaja y seguramente sólo habría podido imaginarse lo que yo viví.
En fin, creo que debo viajar más seguido y es hora de planear mis vacaciones. Tengo muchas ganas de visitar a mi amiga Skene en Londres (una lástima que se fuera sola allá después de su separación, la extraño). En fin, creo que será momento de apartar los boletos.
Nos vemos en el futuro.
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