lunes, noviembre 21, 2005

GERSON A DIETA... :S

[De fondo: Kinky - Ejercicio #16]

"Qué mes tan feo fue éste..." era la frase con la que concluímos Leonardo y yo, el viernes pasado en el hospital: muerte, enfermedad, cansancio, despedidas y, lo que se me había olvidado comentarles: estar a dieta.

Hace dos semanas que empecé, no saben cómo he comprendido a mi hermana y mi mamá, que han salido y entrado de una dieta a otra como si se tratara de cambio de calcetines, y es que nunca , en mi vida creí que fuera tan difícil y drástico cambiar mis hábitos alimenticios.

Empezó como un simple experimento, es más, mi mamá lanzó la piedra el viernes en la noche: "¿Quieres meterte a la dieta?" yo acepté con mi desconocimiento y pensando que yo podría fácilmente dejar de a seis a mi familia y demostrarles que no era tan difícil mantenerse estricto a la dieta.

Fui a una modesta clínica, por lo que llegué a dudar de la eficacia del método o de la sapiencia de la que me atendía, pero eso lo dejé atrás cuando pasé a la báscula y me dijeron la realidad, mi peso :

86 kilos 200 gramos.

No saben cómo estaba... siscado, frikeado, como desconcertado porque durante meses nunca pasaba de los 82 kilogramos, nunca creí pasar ese límite y aunque me quedaban apretaditos algunos pantalones pues la neta no me importaba, ya que siempre he creido no importa cómo uno se vea sino como se siente internamente... esta noticia puso en perspectiva toda esa psedofilosofía.

¿En qué consiste el tratamiento? Lo Fácil: pues en la sesión me inyectan aminoácidos para disminuir el tejido adiposo (grasa) y me dan unas pastillas para controlar el apetito (no para que me lo quite, sino para acostumbrarme a comer saludablemente), que me debo de tomar una hora antes de desayunar y comer, respectívamente; lo difícil: Las restricciones, comer muchos vegetales, tomar mucha agua (2 litros mínimo) y frutas; comer moderádamente: arroz, cereal, manzana, pera y plátano y No comer: harinas, pan, toritllas, sopas de pasta, azucar y refresco.

No lo había meditado hasta la semana pasada pero toda esa comida prohibida era básicamente lo que comía día a día, así que mi cambio fue drástico, aparte que intenté ser lo apegado posible a las indicaciones de la doctora. No me quedó más que a comer con cubiertos, tomar agua, no tomar café para no quererle poner azucar, cero frituras, cero comer entre comidas, cero Coca-cola, cero desayunar enchiladas en la cafetería... tan sacado de onda estaba que ya el martes mismo había soñado que había mandado al carajo la dieta y volvería a comer normal.

A pesar de que en esos dos días, por el sepelio de mi abue rompí la dieta en dos cosas (el martes en la noche cené tacos y el miércoles tomé refresco), este sábado estaba nuevamente en la antesala de la báscula, con los nervios de punta, esperando a que me dijeran: "Muchacho, no has bajado nada, qué vengüenza de que no hayas seguido la dieta, creo que gastas dinero en vano" pero cuando me dijeron que pesaba:

83 kilos 500 gramos

... el alma me volvió al cuerpo, a pesar del dolor sentimental me puse de buen humor y hasta bromeaba con el doctor y después con mi mamá. Al final y como los dos habíamos bajado de peso, nos dimos un "regalo de bienestar" como dice ella, nos compramos un huarache (un tipo de sope pero con la forma ovalada con e tipo de calzado) con bisteck y lo dividimos a la mitad.

Así que, a continuar la dieta, para estar lomás flaco posible para mi viaje a Riviera Maya en diciembre.

Y para despedirme...
Gracias a los que me han dado su apoyo al enterarse de mis broncas en este blog, no pude postear este fin porque no hubo luz en mi casa hasta hoy en la tarde (chale, me perdí la goleade del Barcelona).

Saludos a los testigos de esta aventura.

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