sábado, junio 14, 2008

OCHO HORAS Y UNOS TRAGOS DESPUÉS...

[De Fondo: Babasonicos - Fizz]

Son las ocho de la mañana y estoy despierto, con ganas de hacer cosas…

Ya lave los trastes, acomodé la mesa y me acabé la Coca-cola que había en el refri. Prendí la computadora y para mi sorpresa ya se había hecho el scan del antivirus cuando había regresado 40 minutos después. Puse música y escucho la rola con la que cerré ayer mi sesión: Time of the Season.

Me encanta ser puntual… y me encanta más que mis amigos sepan que soy puntual. Así que cuando yo llegué a casa de Leo, él ya estaba listo. Me contó lo bien que le está yendo en el trabajo y la motivación que tiene con la llegada de su hijo. Nunca lo había visto tan feliz y tan fortalecido, creo que ya se lo merecía.

Creo que él y yo podríamos pasarnos horas y horas platicando sin que el tiempo sea una molestia. Me gustó conocer a la hijita de su hermana, tiene unos ojos hermosos y se ve que heredará la belleza de su madre. Llegaron solo un momento para saludar y ya no las vi más.

También vi a Jorge (creo que ese es su nombre) al que todos le decimos “El Chaq” por antonomasia. Con anteojos de sol cuando el día nublado no dejaba asomar ni un poco de sol, que llegó justo en el momento indicado, en el que Leo y yo ya nos habíamos puesto al corriente de nuestras vidas.

Cuando hay carro, amigos y un poco de dinero… el paso lógico es ir por algo de beber.

Así volvimos con una deliciosa patona de Torres 5. Era raro porque, a pesar de que habían pasado cuatro meses de que había visto a mi amigo y como cuatro años que no veía al Chaq, estaba participando de la conversación y recordando algunas pedas y amigos en común, algo que nunca sucedía antes. No me había dado cuenta pero ya llevo cerca de ocho años en su mundo…

Después vi a Mary. Ya tiene 4 meses y se le nota su pancita. Recuerdo cuando los conocí a los dos. El verlos juntos ahora como marido y mujer me da una alegría inmensa, además me hace pensar que yo ya no estoy tan joven. Anímicamente muy sensible, noté que se le salían las lágrimas al ver lo contenta que estaba cuando su esposo hablaba con orgullo de su futuro vástago.

El Chaq se ofreció a llevarme a mi casa. No sabía que conocía bien la zona porque muchas veces pasa por aquí. En el camino Leonardo sacó las rolas más fresas existentes, contenidas en un celular que me gustó mucho. No me acordaba que es fan de las “Ella baila sola” jajajajaja.

Después, ya pedo entré a casa. Comí tacos que compraron para cenar y prendí la computadora… recuerdo todo lo que pasó después. =)

Ocho horas y unos tragos después, veo la luz del día y me dan unas ganas insólitas de hacer cosas, como si ayer me hubieran cambiado las pilas por unas nuevas.

Nos vemos en el futuro.

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