Es una frase que le escuché a Octavio Rivas, psícologo de los Pumas, en una entrevista hace dos semanas. Hoy soy mejor que ayer y mañana seré mejor que hoy, es una frase que se repite el equipo Universitario durante la semana y a propósito de su mal arranque en el campeonato mexicano de Futbol soccer.
A este señor ya lo había escuchado antes en los documentales de Hazaña: El Deporte Vive que hace Clío y Televisa Deportes, en donde explicaba la forma de pensar del jugador mexicano y cómo había trabajado en el factor determinante de la mentalidad. Lo avala una Maestría en Psicología Aplicada al Deporte, y la experiencia con los futbolistas de la U.N.A.M.
Quizá Hugo Sánchez y su estilo de juego no me agraden, pero una cosa es de reconocerles, tienen garra, mentalidad y sobre todo confianza. Parece que cuando tienes todas estas cosas eres poco menos que invencible. A veces recuerdo la película de Rocky, cuando la habilidad no alcanza y cuando estas ante una situación límite, la voluntad, el coraje y todo esas virtudes que señalé de los Pumas, te dan ventaja, algo que en la tercerra parte Apollo denominara: Ojo de Tigre.
Decía Kaliman, un personaje ficticio, que el que controla la mente, controla el mundo, frase que considero cierta... ¿Cuántas veces se han picado con una aguja o cortado, todo sin darse cuenta, sin sufrir dólor sólo hasta que uno reconoce la herida? La capacidad de sugestión parece ser un púnto clave en el propósito de la frase, y quizá la mente sea lo más poderosos que tengamos, por lo que podrían cambiarse uno mismo si puede condicionarse.
El condicionamiento que inventara Pavlov, parece ser una explicación a esto. El paradigma estímulo-respuesta, en donde el cerebro ante un estímulo determinado puede condicir inexoráblemente a una reacción esperada y determinada. Ivan Pavlov con la corriente del conductismo quizá no haya pensado en los Tibetanos, que a base de disciplina y concentración del pensamiento, han aprendido a controlar su mente y que parece que pueden lograr las hazañas del hijo de la diosa Kali.
Así que entiendo cuando el doctor Rivas decía en aquella entrevista que la frase tenía que ser repetida 21 veces cada día durante dos semanas, pero preferiblemente una 54 veces diarias y se notaría una diferencia...que por lo menos sí se notó en aquél partido en el que le dieron un Baile a los Tigres.
Todo este choro fue para escribir que trato de seguir la receta del doctor, que me hace sentir bien, sobretodo en los momentos difíciles que he pasado en los últimos días, gano algo en confianza, y que ya no siento que cada cosa que hago es un error, sólo por repetirme (y creerme):
A este señor ya lo había escuchado antes en los documentales de Hazaña: El Deporte Vive que hace Clío y Televisa Deportes, en donde explicaba la forma de pensar del jugador mexicano y cómo había trabajado en el factor determinante de la mentalidad. Lo avala una Maestría en Psicología Aplicada al Deporte, y la experiencia con los futbolistas de la U.N.A.M.
Quizá Hugo Sánchez y su estilo de juego no me agraden, pero una cosa es de reconocerles, tienen garra, mentalidad y sobre todo confianza. Parece que cuando tienes todas estas cosas eres poco menos que invencible. A veces recuerdo la película de Rocky, cuando la habilidad no alcanza y cuando estas ante una situación límite, la voluntad, el coraje y todo esas virtudes que señalé de los Pumas, te dan ventaja, algo que en la tercerra parte Apollo denominara: Ojo de Tigre.
Decía Kaliman, un personaje ficticio, que el que controla la mente, controla el mundo, frase que considero cierta... ¿Cuántas veces se han picado con una aguja o cortado, todo sin darse cuenta, sin sufrir dólor sólo hasta que uno reconoce la herida? La capacidad de sugestión parece ser un púnto clave en el propósito de la frase, y quizá la mente sea lo más poderosos que tengamos, por lo que podrían cambiarse uno mismo si puede condicionarse.
El condicionamiento que inventara Pavlov, parece ser una explicación a esto. El paradigma estímulo-respuesta, en donde el cerebro ante un estímulo determinado puede condicir inexoráblemente a una reacción esperada y determinada. Ivan Pavlov con la corriente del conductismo quizá no haya pensado en los Tibetanos, que a base de disciplina y concentración del pensamiento, han aprendido a controlar su mente y que parece que pueden lograr las hazañas del hijo de la diosa Kali.
Así que entiendo cuando el doctor Rivas decía en aquella entrevista que la frase tenía que ser repetida 21 veces cada día durante dos semanas, pero preferiblemente una 54 veces diarias y se notaría una diferencia...que por lo menos sí se notó en aquél partido en el que le dieron un Baile a los Tigres.
Todo este choro fue para escribir que trato de seguir la receta del doctor, que me hace sentir bien, sobretodo en los momentos difíciles que he pasado en los últimos días, gano algo en confianza, y que ya no siento que cada cosa que hago es un error, sólo por repetirme (y creerme):
HOY SOY MEJOR QUE AYER Y MAÑANA SERÉ MEJOR QUE HOY.
Saludos a los incautos que lean este blog.
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