[De fondo: Beyonce - Irreplaceable]
Recuerdo como hace algunos años, cuando me clavé en esta onda del Internet era una persona completamente diferente…
Yo como cualquier puberto que tenga algo de libertad en las venas, quería comerse al mundo, cambiarlo, quería hacer de mi vida la más sublime de las aventuras, estaba dispuesto a luchar por una causa justa: fui un idealista, fui un entusiasta, fui un determinado, fui yo: un tipo al que todos conocían como el Tlalocman.
Bajo ese nombre, hice cosas que nunca hice jamás creí posibles. Tanto me sorprendí que creí que bajo ese nombre adoptaba una personalidad distinta a la de Gerson: el nick era mi máscara, mi coartada para ser alguien más, alguien que no arrastraba el miedo que tenía a vivir la vida… Creí que estaba cambiando al mundo.
Un día me desilusioné de todo lo que logré y decidí apartar a Gerson del Tlalocman, ver al superhéroe como parte de un pasado glorioso en el que fui diferente, en el que no fui yo. Claro, en ese entonces no pensé que ese “ente” usó mi cuerpo, mi voz, mi voluntad, mis sueños, y que no había nadie más, que la persona detrás de la máscara no era otro más que yo.
Después de que dejara el manto del Tlalocman decidí ser más yo, como si lo que viví no hubiera sido parte de mis triunfos o de mis fracasos. Creo que he sido un tipo muy honesto, pero no he vuelto a ser como en esos “años maravillosos”, tan entregado, tan idealista, tan determinado como cuando usaba el nick del señor de las lluvias.
Fueron maravillosos por lo que me atreví a ser, después vi que las circunstancias no eran tan grandes como yo las percibí en su momento…
Es raro como a veces las cosas inconclusas del pasado regresan a encararte y cómo esas situaciones límite te hacer reflexionar hacia dónde llevas tu vida, cómo te comportas, que es lo que debes recuperar y qué debes dejar ir. Recordé quien fui, recordé todo lo bueno que fui y eso me puede ayudar a construir cosas ahora, que es cuando más necesito de esa fuerza de voluntad indomable que me caracterizaba.
Ah! Esta cosa de madurar lo pone a uno bien reflexivo, sobretodo con ganas de hacer las cosas desde otro punto de vista…
Platicar con alguien como yo me ayuda enormidades, como que en estos días mucha gente me está dando consejos, como si algo grande y gordo se aproximara a mi existencia, como si el destino me preparara para “algo”.. o igual y son debrayes míos, una de dos jejejeje.
La vida es un juego y es el momento de comenzar a apostar… =)
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