Estaba tan cansado a las ocho de la noche, creí que dormir podría hacer que me levantara más temprano. No aguanté ni una hora en la cama…
El día de las madres, falto a la costumbre fue un domingo normal, mi mamá empezó diciendo que es un día normal y creo que eso frenó cualquier intento de nosotros por hacer algo extraordinario. Así que hice lo usual cuando salgo con la familia en el domingo: almuerzo con las hermanas de mi papá, visita a la iglesia cristiana manipuladora donde va mi mamá y un regreso a casa para comer algo sencillo.
Vi un buen partido de fut en la tele y seguí escribiendo. De pronto ya no salían más palabras y me empezó a vencer el sueño. No sé si sea el calor, o la falta de costumbre, que ya sólo puedo dormir en las madrugadas. Desperté una hora después sin sueño, pero justo a la hora para cenar.
He estado penando y creo que ya dejaré en paz el asunto de Venusina. Algún día tendré que decirle todo, aunque también he pensado que no vale la pena. En verdad a ella no le intereso y no la culpo. Por mi parte tendré que ocupar mis pensamientos en otras cosas, como el nuevo proyecto para escribir y en hacer mi vida lo más normal posible (trabajo, responsabilidades, horarios pertinentes para dormir).
Tengo dinero para sobrevivir al mes, para la pachanga del domingo y para el cumpleaños; también quiero ir al cine (una ida con el cupón de cinépolis que me llegó y otra con la tarjeta de cinemex). Ver a mi crítica de cabecera, grabar y planear podcast. Arreglar de una jodida vez mi cuarto. Ir por una factura y cortarme el cabello… entre otras cosas.
Es la una de la mañana, tengo sed, puse Un lugar llamado Notting Hill en el DVD, el calor está de su puta madre, pongo un poco de música que ayude a hacer más leve el insomnio. Busco debrayes para terminar el post pero no encuentro nada, sólo me queda esperar al sueño.
Si me queda algún lector que quiera regalarme algo haré mi wishlist para mi cumple, igual y tengo suerte. Cuestión de fe.
Nos vemos en el futuro.
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