Estaba escribiendo un post contra el comercial chafa ese de telerisa, pero no me convenció; creo que, para ser un verdadero crítico y darle una validez moral a lo que escribo, debo ser consecuente con mis actos. Lo que saca a cualquier nación de la crisis es el trabajo y el esfuerzo; no “la fuerza de nuestros corazones”. Neta eso se escucha muy nena.
El martes hablé al servicio técnico de Xbox y vinieron por el mío el jueves. Fue padre que en el portón de mi calle estuvieran gritando mi nombre (mal pronunciado, por supuesto) y ver que al tipo este venía en una camioneta negra con unos guardias de seguridad, como si fueran a recoger lana. Me lo regresan en 7 o 10 días. Por lo mientras le estoy dando uso de nuevo a mi Playstation 2, a falta de pan…
El miércoles fui a una churrería, como es usual no tengo dinero y no ordené nada. Me veía prácticamente del carajo, tanto que el buen Adán al verme me dijo que si estaba drogado o algo así. La verdad no, de hecho son las desveladas las que me traen jodido. No he dormido tanto como me gustaría. Debo también quitarme esa mala costumbre de agarrar sueño a altas horas de la madrugada.
La novela ahí va. De repente lo que me había costado meses se resolvió en un puñado de horas, mi idea es terminar esta historia para comenzar otra y así volver a buscar una beca. Digo, al Joséagus pidió una y no se la dieron hasta su tercer intento. Así me da la oportunidad para seguir escribiendo. Este mes, ya que no entro a lo del nanowrimo, me concentraré en concluir lo que empecé hace un año.
Ese es un problema grave, no puedo terminar lo que comienzo. Es algo que he tenido desde siempre, por eso festejo que siga escribiendo en un blog y que dure tanto tiempo, porque casi nunca puedo cerrar un proyecto, terminarlo o darle una continuidad. Por eso me es importante terminar la historia de Ernesto (el personaje principal). A veces parece que se escribe sola, hasta que me atoro en un aspecto o de plano no me llega a gustar esa parte que estaba escribiendo.
Espero a la brevedad encontrar un trabajo que me permita un poco de tiempo para escribir y lana para salir sin limitaciones. De veras en este año he aprendido a valorar, tanto el dinero como mi antiguo empleo. Tanto que desprecié lo que tenía que ahora la añoranza se vuelve castigo, consciencia taladrante que me perfora todos los días. Si alguna vez deseé estar como estoy, ahorita me arrepiento y maldigo ese día. Dustin Hoffma en la película “Toosie”, decía que “no conozco el infierno; pero conozco el desempleo”.
No sólo debo escribir más de la novela, también en el blog. No pasan cosas interesantes en mi vida y por eso prefiero escribir hasta que algo pase; sin embargo, el blog no sólo debe ser “lo que me pasa” sino “lo que pienso” o “lo que me gusta”. El hábito no debe tener pretextos, sobre todo cuando tengo tanto tiempo como ahora.
En fin, gracias a los que se pasean por aquí y aún más a los que comentan. Se es estima un buen! =)
Nos vemos en el futuro.
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