Fue hace más de diez días… no me había enterado hasta hace poco. Era uno de los historietistas más prolíficos en un medio inexistente. Su nombre: Alberto Hinojosa (1968-2007).
A él lo conocí en el 2001, cuando hice entrevistas para “Los Especiales de Radioactivo” a gente del medio del cómic en nuestro país. Quizá mi admiración era que, a pesar de las tendencias en ese momento iban al manga, siempre respetó un estilo clásico, tomado de gente como Will Eisner (fallecido también), de quien siempre se declaró fanático, tanto que se impregnó en un cómic que salió contra viento y marea: Gallardo.
En él, como suplemento a las historias del valiente detective protector de los animales, venía una historia llamada Dick y Sam (que había sacado hace 10 años con el nombre de Diamante y Espada), que eran las que más disfrutaba. En las que un detective fantasma ayuda a un joven detective a resolver casos. Sam era un homenaje (como lo hiciera en su momento Woody Allen en la película/obra de teatro: Play it Again, Sam/Sueños de un seductor) a Rick, encarnado por Humphrey Bogart en el clásico de todos los tiempos, Casablanca.
Me volví muy fan de esas historias…
En aquella entrevista, con un carácter sobrio y de pocos amigos, Hinojosa resaltaba las vicisitudes que había tenido que cruzar para que el fuera publicado su cómic, pesar de que él entregaba en tiempo y forma (cosa que muy pocos comiqueros pueden enorgullecerse de ello), que su cómic no iba con las tendencias del mercado, que las ventas se mantenía y podía llegar a un número 5. Aún recuerdo el consejo que dio a los historietistas nóveles: “Que trabajen”, para después decir que el 10 % correspondía al talento y el otro 90 al esfuerzo.
Su cómic fue cancelado dos meses después, por lo que, por sus propios medios, logró hacer un tomo recopilatorio que vendía en ferias e incluso festivales de libros. Yo lo volvía ver en el 2003 en el WTC, en el que, además de presentar el libro mencionado, también presentaba un video de cómo realizar una historieta. Un proyecto en el que queda de manifiesto el oficio de Alberto para elaboración de sus amados cómics, sus creaciones, sus “hijos”, como él los llamaba.
Entre sus creaciones, además de Gallardo, Dick y Sam, se encontraba Johanna la Gitana y “El Gato”, tira cómica que salía en el periódico Metro. Se sabe que era una persona solitaria, así que no se sabe que será del destino de sus originales y de las historias inéditas que pretendió publicar. Ojalá que su obra y legado no quede en el olvido, es la peor muerte que uno puede tener.
Siempre trabajando, sin pretextos, es una de las personas de las que debo aprender, siendo que estoy vivo, a que no existen pretextos cuando uno tiene vocación y amor a lo que hace, que a pesar de todas las trabas que tuvo para publicar, nunca perdió la esperanza de ver su trabajo materializado. Por eso hoy este blog le hace un merecido homenaje.
Fotografía del Ka-Boom Estudio, de mi cuate Óscar Gonzáles Loyo.
Una de las historias hablaba de una joven dark que murió, que nadie sabía quien era o qué hacía, que las causas de su muerte eran desconocidas y que, al final casi nadie iba a su funeral, excepto el detective que más tarde investiga su muerte. Al final, en su tumba, llega su gato (quien era la única persona con quien vivía) a posarse con cariño en la tumba. Sin duda este cómic define la vida de un hombre que vivió entre viñetas.
No más palabras.
1 comentario:
Muy interesante post sobre Hinojosa.
Nosotros tuvimos ocasión de compartir algunas cenas con él, cuando comenzábamos a planear un proyecto de revista sobre historieta, en el que esperábamos participara activamente.
Lamentablemente la muerte su muerte nos sorprendió. El proyecto siguió adelante, y de hecho, en el número más reciente de la revista independiente que editamos, Comikaze, dedicamos un artículo a su obra, así como una de las contraportadas.
Si gustas, visita nuestro blog, para que puedas ver la ilustración-homenaje que hicimos al talentoso Negro.
www.revista-comikaze.blogspot.com
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