[De Fondo:The Raveonettes - One Day At a Time]
El jueves viví un auténtico día de perros cuando me tardé el doble de tiempo en el recorrido hacia las prácticas. Fue terrible no avanzar en el metro y sobretodo esperar parado, solo cabía la resignación al hecho de que se llegará tarde. Tanto como el inexorable destino que sé que me aguardará a partir del viernes, en el que ya no vaya a las prácticas en el Senaado de la Repuública (dedazo intencional para librar al caché).
Todavía siguen llegando críticas por el asunto de big blogger y no los culpo. Pero creo que tiene razón una amiga que no es para tanto y que sí, debo seguir. Como ya se dijo en alguna parte, soy voluble, por lo tanto un blanco fácil (quiero mi playera de Chetes)… qué diablos, he estado haciendo una tormenta en un vaso de agua.
Recordé inmediatamente esa película de Cameron Crowe (uno de mis directores favoritos) llamada “Todo sucede en Elizabethtown”. En ella el protagonista comente el erro más grande de su carrera al perder casi mil millones. Pero las circunstancias hacen que vaya inmediatamente después a este pueblo a encontrarse a sí mismo y a superar ese fracaso, que, como todo en la vida, es algo que nos permite crecer.
He permitido que una infinidad de pensamientos inunden mi cabeza, pensamientos negativos de gente que no sabe dar un “por qué”, que me hicieron dudar de lo que soy capaz. De hecho ha sido ese tipo de pensamientos que no te dejan dormir, de los que te sugieren dejarlo todo y esconderte en un rincón, pero creo que se necesitaría más para sacarme de la jugada, más para que deje de aprender, porque sólo regándola se puede aprender más que de las victorias.
Por lo pronto ya escribí mi segundo ejercicio en Metatextos y me fue mejor que la vez pasada. Sé que debo trabajar mucho. Lo que escribo no es para llenar completamente mi ego, sino para aprender, creo que el aprendizaje es un camino que nunca debo dejar de tomar.
Aún me falta mucho por escribir, por leer y por releer. A pesar de los días difíciles, siento que voy por un buen camino, que no todo ha sido cagarla como a veces he pensado y que debería vivir más relajado, más acorde a la nueva vida que me espera.
He estado haciendo el resumen de ¡Las Traigo Muertas! para el taller de novela (mi profesor es blogger, qué sorpresa!). Me he sorprendido de cuánta historia falta por contar, mucha de ella (debo confesar) no la tenía ni contemplada, como el nombre del interés amoroso del protagonista, del lugar en común donde confluirán las subtramas, inclusive uniendo puntos que ni siquiera tenían cercanía o relación, usando cosas como cómics y referencias de películas malas.
A ver cómo me va…
Quizá mi destino después de las prácticas sí es inexorable, pero lo importante es no dejarme vencer por las circunstancias. En esa vida aparentemente perdida tengo amigos que me muestran que hay más, que reafirman lo que nunca debí olvidar: que estamos vivos, que la vida sigue y que aún falta mucho por hacer.
Nos vemos en el futuro.
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