[De Fondo: Elis Regina & Chico Buarque - Noite dos Mascarados]
Este sábado fue un día de los que me gusta llamar como “completos”
Debo confesar que me hubiera gustado tomar miles de fotos de la marcha gai, pero en realidad tomé muy pocas, el día me tenía otro tipo de emociones preparadas, muchas que tienen que ver con el presente… y el pasado.
A mediodía fui a ver una película con Skene. No sé si es coincidencia cósmica o qué, pero siempre nos toca ver en su cumpleaños una película rara, de la cual no sabemos si nos gustó o si la odiamos. Eso sí, tengo que comprarme mi mezcalito jejejejeje.
Después me tocó visitar un lugar cerca de donde celebraríamos el cumpleaños de la zapatitus. Ahí encontré a mi pasado…
Como mis lectores más fieles lo saben, soy un fan empedernido de los comics, y durante un tiempo fui un… (Cómo no decirlo sin decir “un friki”) “activista” del cómic mexicano, un entusiasta que quería apoyar un arte que no es valorado en nuestro país. Vi a aquellos dibujantes a los que conocí en mi affair con la historieta nacional, que no hacen más que hablar y pelear entre sí; haciendo algo diferente por uno de los suyos, quizá el que menos habla y el que más trabaja…
Era algo que tenía que ver…
Conocía a casi todos dibujantes y fue agradable ver que me reconocían con una sonrisa, evocando viejos tiempos en los que no era más que un quinceañero que quería ser escritor de cómics. Fue una buena tarde en esa tienda “kitch” llamada “kong”, quizá el preámbulo para lo mejor.
Curiosamente el evento fue a algunas cuadras del sitio donde celebraríamos el cumple de Skene: el Non Solo Bar, lugar que ha sustituido completamente al fenecido Cuore Café.
Llegué un poco antes y no fui a comer hasta que llegaran todos, algo que pagué caro al tomar dos cervezas. De repente estaba de hiperactivo y con la lengua suelta, tan dicharachero como soy en las fiestas, pero agarré la onda mientras deseaba bajar por unos tacos, cosa que tampoco me permití.
Al fin mis tres mejores amigas estaban en un solo lugar, por fin a mi amiga la Pitonisa se le hizo conocer a mis otros amigos y a mí a una de sus amigas. También fue muy chingón platicar con el Yorch, un chavo al que admiro mucho por el entusiasmo que le mete a esta onda de los blogs y por lo “nais” que es. El alcohol fluía como sangre en cada botella del bar; las risas, los abrazos y el clásico juego de adivina la rola se hizo presentes.
Lo que más me gusta de un cumple, como de cada noche donde hay cerveza y amigos, es “el after”.
Así todo terminó con música y botana, se me hizo probar ese Malibú de las europas e inclusive olvidar en qué momento me dormí. Lo dicho… un día completo.
Aquí una foto de cómo acabó todo:
Nos vemos en el futuro.
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