martes, julio 10, 2007

EL ROCK DE JOSÉ AGUSTÍN

[De Fondo: The Doors – Alabama Song (Whiskey Bar)]

Hoy puedo añadir a alguien a mi lista de héroes personales, su nombre: José Agustín.

Recuerdo de niño haber visto esa película de Angélica María cuyo concepto me volvía loco. La trama versaba de una monja que al comer unos extraños hongos combinados con chocolate, la tímida mujer se convertía en una “Maneater”, que era la reina de las parrandas y podía pintar el cuerno al “Establishment” ejemplificado en una agencia internacional anti-crimen. En ese entonces no sabía que, el que había escrito esa guasa fuera el acapulqueño.

Sin duda los 60’s fue una época de trasformaciones sociales e intelectuales bien cabronas, tanto que yo deseaba saber cuáles eran la forma de pensar del momento, quería conocer a profundidad esa escena social que perneaba una década determinante en la vida del país. Un día pasaba por una librería y vi un ejemplar cuyo título evocaba aquella rola legendaria de Elvis: El Rock de la Cárcel.

Yo no soy un fiel a la literatura, puedo comenzar un libro y no agarrarlo en meses, por muy interesante que esté, no soy fan empedernido de leer . Pero ahora las circunstancias de un trabajo aburrido y de falta de actividades inevitablemente devolvieron el libro en mis manos. Quizá esta vez la palabra “autobiografía” puede resultar equivocada, porque a veces la realidad puede llegar a superar a la ficción.

Es increíble que un tipo haya fingido una boda para irse a vivir a Cuba antes de cumplir los 20, que su primera novela se la haya corregido Arreola, que quizá sea el escritor más representativo de “la onda”, que haya trabajado como guionista de cine sin haber acabado la universidad o la escuela de cine, que haya pasado un rato en Lecumberri, que haya escuchado el Sargento Pimienta junto a Angélica María… y que haya tenido un affair con ella!!!

Neta que sí es todo un cabrón este señor!!

Lo fascinante del asunto de leer a Agustín en este libro, es lo bien que retrata su vida en perspectiva de los cambios que se estaban suscitando en el país en esas épocas, de la incursión del rock y las drogas en su vida, de la descripción misma de un efecto psicotrópico, con el lenguaje de la onda que sin duda es un legado de muchas descripciones que usamos hoy día… es un libro que nos hace ver de dónde venimos.

Quizá sea una estúpida comparación, pero es como si estuviera leyendo todos los post de un blog que lleva años publicándose, contando las aventuras y desventuras de un hombre que, al paso del tiempo, va comprendiendo quién es, cómo cae, cómo se levanta, cómo se auto dirige o cómo el destino lo lleva sin rumbo fijo.

Leer a José Agustín en El rock de la Cárcel es sin duda como leer a un ser familiar, a un amigo, a una persona que te hace confidente del “Detrás de imprentas” de sus obras, de la efervescencia de sus manos en el momento de escribir una novela o un cuento, de las circunstancias que te ponen en la cima de las críticas o en los infiernos depresivos humanos.

Hoy José Agustín salvó mi día… Gracias! =)

Nos vemos en el futuro.

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