Hoy acaba el Festival de la Palabra pero inicia una nueva etapa en mi vida...
Es padre recuperar las ilusiones que tenías en el pasado, creer que se puede cambiar el mundo con tu esfuerzo y que ningún problema es difícil de resolver mientras haya voluntad.
Es aún más agradable que la poesía haya vuelto a mi vida, era algo a lo que le huí, pero cuando ví a ese amor de la preparatoria quien me inspiró 100 poemas, lo fea que la ví, el guey feo con la que la ví... comprobé que esa etapa de mi vida ya había pasado y que mis letras no necesariamente están comprometidas con alguien más que conmigo mismo.
Por otro lado, el amor y yo tenemos un pacto de no agresión y difícilmente estaré buscando el amor como en mis épocas rosas, yo ya busco otras cosas... nuevas posibilidades. La amistad siempre será algo a lo que le agradezco a Dios por mandarme, me salvó de caer en mis peores momentos, pero por otro lado está el deseo, ese que tampoco se compromete con alguien más allá de una noche, que no pide cosas eternas y que reina en el éxtasis del momento.
He cambiado... ya no soy el mismo niño que soñaba que sus ideas cambiarían al mundo, ni el muchacho tímido que creeería que por ser como es nadie se fijaría en su potencial, ni tampoco un hombre que toma pocos riesgos y se lamenta de su pasado.
No, ya no soy el mismo...
Esta historia dista mucho de acabar
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