viernes, noviembre 27, 2009

NOVIEMBRE PASA RÁPIDO

Qué raro es no saber cómo empezar un post ni de qué vas a hablar en él. Sólo quiero decir que ahorita soy feliz, que ya me cansé de andarme quejando y enojando porque quiero abordar mis días de manera diferente. En verdad quiero cambiar.

Sólo me falta tener trabajo y lana para los siguientes tres o cuatro findes de peda; así como para las deudas del año. Ya me ando moviendo. Espero que vengan cosas interesantes que pueda contar más adelante en el blog.

La semana se ha ido rápido (contraria a la rola de Inspector y Ely Guerra donde versa que: noviembre pasa lento) y este en pocos días se acaba el mes. La música me ha ayudado a que sean los días más livianos y hasta he convivido más con mis papás.

El sábado promete y ya veremos si cumple como espero, porque habrá #chelanecesaria xD

Nos vemos en el futuro.

lunes, noviembre 23, 2009

HECHO PARA LA NOCHE

Creo que nunca le agarré el gusto al cigarro, no por la sensación momentánea de envenenarte los pulmones o una efímera tranquilidad que ofrece un momento para respirar. No me gusta que el olor se pegue en el aliento, mi ropa, en mi sudor; podré aguantarlo en otros (disfrutarlo en otras) pero en mí me da un asco tremendo al día siguiente. A veces me gustaría quitar el mueble de a lado de la cama que me impide ubicarme bien en la ventana y prender un cigarrillo en la noche mientras veo las estrellas.

¿Qué hago escribiendo tan noche? No lo sé (frase que debería decir “sí lo sé”, porque después viene la explicación del por qué lo sé), quizá es deuda que tengo conmigo de hacer más post aunque analytics diga que sólo me leen en promedio 20 personas diarias de forma recurrente. Me refugio en el nuevo videojuego para no retomar la novela. Ella está ahí esperando a que le meta mano, cual malquerida que vive a la sombra del macho clásico, que disfruta más de otros placeres que con los de casa.

No tengo sueño, me he estado durmiendo en varios momentos del día, como en el partido de la liguilla del mediodía (verdadero somnífero) donde el gol medio me despertó para volver a bostezar. El segundo fue cuando regresé a casa, no quise hacer nada más y volví a dormir. Ahorita como que vuelve el sueño. Para qué lo niego, estoy hecho para la noche. Ojalá hubiera más noches divertidas.

Hace una semana escribí en mi vicio twitter: “y si fuera más feliz? y si no fuera tan huraño como a veces soy? más alivianado? menos mamón?”. Sí, sería alguien diferente. En verdad me gustaría cambiar esas cosas también: levantarme una mañana con ganas de abrazar a todo mundo, no estar a la espera de juzgar a los que quiero, agarrar el teléfono y hablarle a mis amigos sin un pretexto para hacerlo, tomarme la vida más a la ligera, no ser tan pesimista y tener otra actitud ante la situación adversa. Sería tan distinto que creo que no me reconocería. Ando trabajando en eso, no es fácil cambiar de la noche a la mañana, pero creo que ahí voy.

Bajé de peso, no creí que hubiese bajado tanto. De pronto me vi probándome esos pantalones talla 32 que no me quedaban y me sorprendí que me quedaran. Le traigo ganas a esos dos jeans pegaditos y a los de batalla de hace años que aún están buenos. Debería hacer más por tener mi peso ideal, hay una playera azul con la imagen del maestro Garcés que me gustaría probarme.

No puedo dejar de pensar en 500 días con ella, película que sin duda des de las mejores que he visto. No me hubiera gustado ir sólo, sino compartir impresiones de la historia, la música, las referencias cinematográficas y cantar las rolas del soundtrack (que ya adquirí). Les dejo una de mis escenas favoritas de la peli, que describe un tipo de felicidad: lo que uno siente después de tener un #follonnecesario (ambientado con Hall & Oates, qué mejor!):



Sí, divagar en la noche rulea. En fin, comienza la semana y para mantener los planes hasta diciembre debo tener dinero y hallar maneras para conseguirlo.

Nos vemos en el futuro.

domingo, noviembre 22, 2009

LA LUNA AUSENTE

Era de noche y no encontré la luna, ya no digamos la estrella de la mañana…

Cuando tienes un deseo inconfesable y el motivo se aparece de improviso, como la vida misma, no haces más que pedirle al mesero otra cerveza y tomarte la que tienes en chinga. No haces más que enfocarte en otras ondas, en compenetrarte en terrenos que no son tuyos, con personas que no son las tuyas y adherirte a ellas como sea. Ignorar el deseo, hacer por un momento como si no existiera, como si nunca lo hubiera hecho, como si fuera la invención de un tipo aburrido que describe la perfección.

Es como esas cosas que rezas en las noches que sucedan. El deseo reprimido materializándose. La manifestación ante mis ojos. La revelación que confirma la fe del querer, una visión inesperada y yo no hacía más que negarla. Negarla porque no es mía, porque me meto en terrenos donde no soy invitado, donde mi timidez no me dejó entrar primero, donde hay un pinball del amor donde yo no soy ni la bola ni las esquinas. Cómo quería zafarme de mi zen, dejar el confort de la risa en donde estaba y abordar al doceavo pasajero.

Sería malo para jugar cartas, sin hablar puedo descubrir mis intenciones. Ya era tarde, tenía que emprender el camino del show del insomnio y se abrió la oportunidad de dejar el Shangri-la de la cerveza y la buena ondita para platicar con el elemento incómodo de una relación bizarra. No lo pensé porque sabía realmente dónde quería estar. Fue el destino y mi necesidad de desechar lo que provocó un momento de interludio, estuve a punto de reanudar el show hasta que volví a la jugada, para enterarme que siempre estuve afuera.

Ese mismo juego amablemente de redirigió al acostumbrado exilio. A pesar de la cortesía y de mis ansias por salir, el destino que es bien mamón (como lo afirma Juan Villoro en un guión para cine) no me permitía huir, haciendo que los minutos fueran eternos, siendo el invisible de siempre con ecos de apariencia que no me ocultaban nada. Sí, la info que me dieron aquella noche (curiosamente a pocos metros de ahí) donde también me chingué chelas en chinga era cierta, la había visto con mis ojos a pesar de que la luna no iluminara la verdad.

El crédito por un momento tampoco me dejó tomar el viaje mágico y misterioso, como si el sufrimiento de estar ahí tuviese que ser prolongado. High and dry sonaba en el Tlalocpod, creo que no había canción perfecta en ese momento, sentado viendo cómo avanzaba mientras los particulares se detenían, mientras yo trataba de asimilar la distancia entre la tierra y el segundo planeta del sistema solar.

En el camino que varias veces me ha visto derrotado alcé la vista, di vueltas con los ojos al firmamento y no había luna, no hallaba las estrellas y mucho menos a la estrella de la mañana. Sólo las luces de la calle que me escuchaban cantar en mi soledad y desahogo, pensando en qué hacer con mis sentimientos, si darles importancia y develarlos o guardarlos en el abismo del olvido. Han pasado horas de eso y aún no decido.

Espero que cuando vuelva la luna ausente me de luz para saber qué hacer con la habitante de Venus que tanto me gusta.

Nos vemos en el futuro.

domingo, noviembre 15, 2009

EL CONSEJO DEL AMIGO LEO

Son más de las tres, me perdí de Nortec pero a cambio la vida me dio alguno de esos momentos en los que dices: para eso están los amigos.

Si creía encontrar condescendencia en los que me aman, estaba equivocado. De mi amigo Leo encontré la crítica más dura, la incredulidad de mi situación pero la suficiente sinceridad para decirme “la cagaste”. Recibí sopa de mi propio chocolate, así, sin miramientos, honestidad brutal que es preferible a la dulce y digerible mentira. Lo sé por experiencia.

La conversación estuvo aderezada con ese Red Label que compramos a principios de Octubre a razón de su cumpleaños. Ayer la botella supo mejor. Fue como si el Sprite frío se hubiese convertido en Ginger Ale, adquirió tintes refrescantes que fueron lubricante para el alma. Sigo, como el protagonista de la peli del jueves, dudando del destino; sin embargo, esas crudas palabras de mi amigo era justo lo que necesitaba escuchar.

Desde cuando Leo se volvió tan sabio? Ha pasado por muchas cosas como la muerte de su padre y la depresión que le sobrevino por no conseguir trabajo Consiguió canalizar su don por las relaciones públicas, también una ambición que ha tenido como estandarte a su hijo. Así lo comprendí al analizarme, desmenuzando cualquier justificación mía y dándole una justa dimensión. Supe por qué es como es y por qué hace lo que hace. Reafirmé por qué lo admiro.

Y así desarmado y con una playera con un tiro al blanco en el pecho, todavía me da unas palmadas y me recuerda quién soy y para quién debo hacer todo lo que hago. Me recuerda mis responsabilidades y mi situación actual. Hace memoria de aquellas cosas por las que me admira y me dice que todo va a pasar y que volveré a tener una oportunidad. Lo importante es dejar en el olvido esos errores que tuve y no volverlos a cometer, signo vital para demostrar que has crecido.

Ojalá se de esa chance ir a un Starbucks cerca de su chamba y continuar esas conversaciones que hemos tenido desde la universidad. Tan leales, tan letales. Con la admiración mutua que tienen dos espadachines, la camaradería de dos ancianos que juegan billar, la hermandad que no conoce de sangre o códigos genéticos. Ya sea con café, chela, brandy o whiskey, las reglas no cambian entre estos dos amigos.

Qué raro fue también hablar de redes sociales y que ahorita él esté interesando en ellas. Aún más extraño fue escucharme a mí hablándole del tema, creo que no había demostrado mi entusiasmo a nadie fuera de este mundito loco. Fue padre tener un tema más de conversación.

Sí, me perdí de Nortec (dícese que fue uno de los mejores conciertos de año) pero a cambio obtuve lo que necesitaba en manos de alguien a quien le importo. Eso, para terminar como lo haría un indiscutible amo del cliché (que soy), es priceless.

Nos vemos en el futuro.

jueves, noviembre 12, 2009

CASI TRES SEMANAS DESPUÉS

Me paro ante la hoja en blanco sin alguna idea de lo que voy a escribir. Ya ha pasado mucho tiempo y el cierre no sólo fue editorial, sino de ciclos. No me gusta pensar en ciclos cerrados porque, a diferencia de los que creen que al cerrar un círculo terminas; yo creo que es como un perro que quiere morder su cola, un acto que se puede desarrollar ad infinitum.

Aquel error que cometí antes de entrar a chambear, aquel que aún no deja mi mente, me desmadró. Ahora tengo que replantear las cosas de nuevo. Nadie me dijo que la vida era una continua búsqueda de oportunidades, un salto de un lugar a otro, menos sabía que la estabilidad es un privilegio logrado por muy pocos. Ya no estoy en el desierto, ahí ya no volveré jamás.

Vida social, amor y esas cosas ahorita parecen lejanas. Bueno, no es de ahorita, pero como que lo siento más cuando el finde tienes ganas de salir a reventar y no hay nadie disponible. Aparte, tópicos como el noviazgo en estos tiempos suenan bastante desgastados. A veces me siento un anticuado con mi forma de ser y con mis deseos. Debí nacer en 1942 para que fuera más fácil crear una familia nuclear.

Hoy vi 500 días con ella. Qué buena película, me recordó harto a Annie Hall de Woody Allen con toques a La Ciencia del Sueño. Hay algunas referencias musicales y de películas que se mezclan con escenas que a cada rato me dibujaban una sonrisa. La vi en el WTC, desde hace un buen rato que no iba a ese cine, me hizo recordar las veces que lo he visitado con gratas compañías.

De pronto escucho algo de bossa nova y eso me recuerda que tengo una deuda pendiente con la novela. Ahí está, lista para que termine con ella y ahora con el tiempo para tratarla. Es una de esas cosas que también debo replantear, ya no soy el mismo de hace un par de años y quizá deba hacerle uno que otro cambio. No lo sé, en su momento lo veré.

Perdí mi iPod azulito y me compré un Touch de 32 GB. Ya le metí toda la música que me gusta. Sin duda es una oda a la melomanía. Lo he convertido en un dispositivo que te puede poner una canción diametralmente opuesta si está en modo aleatorio. Es padre, aunque creo que sólo yo puedo ser el único capaz de disfrutar la mezcla brutal de géneros que se pueden encontrar en el recién bautizado Tlalocpod.

Pues qué me falta? Creo que ya es todo. Saludos a los que pasan por aquí (creo que los trolls y aquellos que me linkean en la-cosa-esa-de-tequila no han tenido mucho de qué hablar). Tenía ganas de venir a escribir pero nunca sabía cómo empezar. Creo que ahora todo será diferente.

Nos vemos en el futuro! =)