sábado, abril 25, 2009

LAS FORMAS DEL MIEDO

Desde hace mucho me di cuenta que si no es de quejas, mis frustraciones y memes, realmente no tengo de qué escribir. En estos días he cedido más a mi paranoia particular que a la colectiva.

Hace un par de días la histeria se masificó cuando el secretario de salud federal dijo que la influenza entraba en nuestras vidas y que se suspendían actividades públicas, entre ellas las clases en las instituciones públicas. Al día siguiente dijeron que era un virus que provenía de los cerdos, una mutación nueva, tanto que no habían conocido variante de la enfermedad en todo el mundo.

Es obvio que si el gobierno, sobre todo los medios, te dicen que existe una situación grave, un enfermedad mortal que se transmite de forma viral, lo más seguro es que te invada el miedo y tus acciones se vean afectadas. En esta ocasión decidí no ser partícipe, como aquella vez que hizo erupción el Popo y dos horas después seguían poniendo las mismas imágenes, trate de ver las cosas sin temor, apenas unos cuantos casos en tres estados de la república, 20 muertos identificados con la gripe porcina… siendo nosotros 110 millones de habitantes. Aún siento que exageran en las acciones preventivas.

Se nota el miedo, lo cuentan los que van a las calles y ven poca gente y todos con tapabocas, los acaparamientos y las compras de pánico. La burla que muchos hacemos en twitter parece ocultar un sentimiento más profundo, el de la incertidumbre, que la apariencia de tener la debilidad bajo control. Tenía la impresión de que tenía la actitud crítica, la capacidad de ver las cosas de forma más centrada y que eso me permite tomar decisiones correctas, porque me había sido ajeno cualquier miedo… eso creía.

No había querido escribir algo que no fueran frustraciones o memes, o alguna queja por lo que tengo o no en este mundo, ya tuve cuatro años de escribir todo eso. Así que el post anterior se quedó durante gran parte de la semana. Respeté el primer comentario, del segundo hasta me burlé, del tercero no supe si en verdad era Venusina, la verdad ahora no interesa.

El último comentario fue de Renato, lo leí, más tarde platicamos y al final terminé dándole la razón. Fue muy cobarde haber borrado el pedopost. Sé que es mi derecho saber qué poner o que no, pero en verdad tengo que decir por qué eliminé la entrada: tuve miedo, mucho miedo de lo que pudieran originar mis acciones que no fueron responsables.

En fin, ahí queda, no tengo otra más que aprender y seguir. Tal vez no cedí al miedo colectivo por la influenza de virus porcino, pero sí caí ante el miedo de verme descubierto. Soy humano ante todo, falible, perfectible, pero más que nada susceptible a tener miedo.

Debo aprender a superarlo.

Nos vemos e el futuro.

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