[De Fondo: Chicago - Does anybody really know what time it is?]
A veces creo que el tiempo es como un caballo, y que los relojes son riendas para controlarlo.
El viernes perdí mi celular. Además de haber perdido todos los números de mis contactos (si por ahí después los molesto en el Messenger o por mail, disculpen las molestias) desapareció la última rienda que me quedaba para contabilizar el tiempo, para saber a qué horas son, para medir mis tiempos, para corroborar las asistencias puntuales a cualquier lado, para darle cause a una obsesión por ganarle al tiempo.
Mis relojes se han quedado sin pilas y no pienso por ningún motivo ir con el relojero habitual porque la pila se acaba en cuatro meses. De repente salgo a la calle y me siento descalzo, con una interrogante que me hace sentir incómodo, una falta de peso que es una carga insostenible, un vacío que se te adhiere sin saber cómo quitártelo.
Mi cuarto, la sala y la computadora son los últimos relojes que me quedan. El reloj de pared me mi cuarto, tan viejo y tan sobreviviente a las batallas que le hace falta el segundero, es una pieza inmóvil que hace notar su movimiento sólo cuando no lo ves. El otro, el de la sala, más reciente y acorde a los tiempos, tiene un segundero que no se detiene cada segundo, que barre la circunferencia una y otra vez cada minuto, es elegante y confiable. Ojalá me lo pudiera llevar a todos lados. El de la computadora, que saluda a un lado del icono del Messenger, es el que noto cada vez que me pierdo en la incertidumbre del tiempo frente al monitor y el que me avisa que ya es hora de apagarlo.
Me acostumbré a cargar las medidas del tiempo, que me felicita cuando llego temprano, me insiste que es hora de levantarme y me despide a la hora de dormir. Me da la seguridad cada que veía mi muñeca o el frente de un teléfono, me devolvía con el tiempo al espacio donde mis pies se establecen. Ahora veo mi muñeca y está desnuda, no hay objeto que machuque mis vellos, que esté simétrico con mi lunar o que combine con mi ropa. Me acostumbré a no hacer la pregunta.
Por el momento, tendré que salir a la calle y preguntarle a aquel que posea un reloj:
Habrá post en nochebuena? Igual y sí. Ahora son las 4 am, momento de dormir. =)
Nos vemos en el futuro.
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