martes, enero 22, 2008

EL FIN DEL SUEÑO OAXAQUEÑO

[De Fondo: Crowded House - Don't dream It's over]

El sueño Oaxaqueño terminó: sigo aquí en el DF, mejor dicho, en la Zona Metropolitana.

El clima durante lapsos del día es propio del invierno, especialmente de noche. La pared de mi cuarto que da al exterior es tan fría como un cubo de hielo, no alcanzo a conciliar sueño como hasta las cuatro de la mañana… y ya no me está gustando tanto despertarme más allá de medio día.

La compu está cada vez más lenta: tengo que ver la manera de vaciar algo de espacio en el disco duro. Ya va para tres años que tengo este equipo y me ha hecho panchos desde que quemó la tarjeta madre, ahora no puedo tener tres programas juntos porque empieza a ponerse idiota, ni las desfragmentadas le han ayudado a ser lo que era antes.

La buena noticia es que volvió Big Blogger y pues ya me puse a escribir ahí. Sin duda el descanso era necesario, ya que el ánimo de los que ya han publicado se ve notoriamente renovado. Yo por mi parte estoy feliz de volver a uno de mis blogs preferidos, sobretodo porque allá tengo más comentarios y sin duda es benéfico porque promociona a mi blog.

También decidí hacer un ejercicio para Metatextos. Fue muy divertido hacerlo, aunque debo confesar que por primera vez deseé que el ejercicio fuera mayor a las 300 palabras. Por otra parte, la novela ahí va: me ha ayudado mucho leer este experimento que varias mujeres bloggers están haciendo llamado “Manuela del Seductor”. Ampliamente se los recomiendo.

De los libros que me prestó mi novia, ahorita estoy leyendo Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende. Me sorprende mucho la capacidad narrativa que tiene, la fluidez de las historias relatadas y lo rápido que uno logra conectarse con el lector en cada uno de los cuentos, es realmente genial.

Hoy mi mamá y yo hicimos chilaquiles. Me recordó cómo hacerlos y nos salieron rico. Desde cuando teníamos antojo y aprovechando que teníamos tortillas duras, además de un antojo de días. Sólo era cuestión de comprar el jitomate, la crema, el queso y unas buenas piezas de bistec para comer, mi padre compró firjoles y con eso comimos. Al parecer sobró y me cenaré una torta de chilaquiles (que también les recomiendo hacerse).

En fin, no se hizo a fin de cuentas el sueño Oaxaqueño (por ahí una amiga ya me reclama que pudieron tener dónde caerle para ir a Huatulco jejejeje). Tengo que seguir buscando aquí, en la tierra donde nací, en la carrera que escogí y con todo eso que disfruto de mi vida e estos instantes.

Nos vemos en el futuro.

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