[De fondo: Chicago - Happy 'Cause I'm Going Home]
Antes de irse, entre los muchos regalos que me hizo, Skene me regaló un libro de Paco Ignacio Taibo I llamado Por el gusto de estar con ustedes. Al leerlo, dos meses después de su partida, no sólo entendí cómo es que un ser humano es por sí mismo, por sus raíces o por sus gustos particulares; es también por sus amigos, por aquellas personas que se atraviesan en tu vida y que dejan algo de sí en ella.
Cualquier pretexto es bueno para reunirse, para hacer sobremesa, para platicar sobre la vida, para ese dulce invisible que resulta la compañía de las amistades, para jugar, contar chistes, para tomar, para comer botana para reírnos o llorar de los sabores y sinsabores de la vida.
Hace un año, a mis amigos se les ocurrió hacer un brindis para cerrar el fin de año. Verán, fue un momento muy emotivo, todos expresamos lo que a nuestro sentir fue el final de un ciclo y el inicio de otro. Es curioso recordar ese momento y ver cómo han cambiado tanto las cosas en un año.
Y como en estas fechas los pretextos sobran para reunirse con las personas, qué mejor excusa que un brindis para disfrutar de la compañía de las amistades, para recordar todo lo que hemos cambiado y por qué no, cerrar un ciclo como se debe. Por tal motivo:
Ok, espero que, si alguno de mis lectores (que viva en el DF o que quiera darse una vuelta) gusta acompañarnos, sería genial verlos por allá y conbeber un rato.
Nos vemos en el futuro… brindis.
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