sábado, septiembre 23, 2006

DÍAS DE SOLEDAD

[De Fondo: Ana Caram - Meditation ]

Así pensé que llamaría mi libro de poemas cuando estaba en la preparatoria…

Recuerdo que en esos días nunca estuve solo, sólo que me gustaba mucho una niña que se llama Soledad, que no me hacía caso y gracias a mis amigos no me puse mal. Fue una bendición tenerlos cerca, no se que hubiese sido de mí si hubiera estado sin nadie.

Nunca fui una persona dependiente de algo, juré a mi mismo no ser dependiente de ninguna persona o cosa para poder vivir. Conozco lo que es estar solo, no me sorprende que me encuentre, que me conozca y que me soporte en la soledad… no es fácil, es un camino lleno de huecos, como comer chocolate amargo, donde hay preguntas sin respuesta y respuestas a ninguna interrogante.

Yo soy de las personas que no obligo a quien sea a estar conmigo, aquel que lo está es porque quiere, muy pocas veces le he rogado a alguien para que se quede, para que me acompañe, nunca le tuve miedo a la soledad, la conozco bien. Aunque hay veces que comer enchiladas seguido cansa… así también cansa la soledad.

Hoy no me puedo quejar, de hecho no puedo: tengo la mejor vida social en años, tengo amigos fabulosos, hay tardes en las que termino con una sonrisa en los labios, hay veces en las que hay tantas anécdotas que difícilmente contaré en algún lugar para no trasladarlas de mi corazón; sin embargo, eso no ha logrado quitar mis días de soledad del todo.

Los jueves y los domingos, Dios me deja solito, increíblemente solito. He tenido reservas para comentar esto, hay veces que busco como sea hacer algo para no estar solo en casa, para no ir solo al cine, para no volver a una vida a la que no quiero volver. No se si esto sea necesidad, o aburrimiento, o depresión o no se que extraño sentimiento me inunda, o por qué hago post más pequeños cada vez, por qué quiero salir más y escribir menos.

Días de soledad es un título bastante poético, recuerdo haber escrito cosas tan cursis (sí, así he sido desde la secundaria) como “A quién le di una rosa, le di mi corazón, un corazón frágil que nubla mi razón” u otras más celebradas como “con mis ojos te he visto, con mis labios te he hablado, y con mi boca he declarado: estoy enamorado”. Eso de la poesía barata se me ha dado desde la primaria cuando escribí en una composición patriótica “en tiempos de cruentas batallas, se oía un grito de guerra: luchemos por la patria… y por la bandera”… tenía 10 años.

Desconozco el motivo de haber recordado tales cosas, quizá porque desde que Soledad salió de mi vida prometí no escribirle a alguien. Hace meses lo intenté de nuevo, ya no siendo tan niño al escribir, sino como me decía una compañera de clases: “eres más tú”. Me equivoqué, y ps ahora encontré a alguien más, a alguien a quien le he empezado a escribir como pensé no hacerlo antes y creo que es bueno, siempre y cuando no me clave tanto.

A veces las letras me acompañan, esas nunca me han abandonado, aún hoy cuando hay veces en las que me gustaría salir de mi jaula de oro, nunca pensé que los poéticos días de soledad volvieran.

Chale, creo que a veces también me gustaría postear videos como Skene jejeje.

Saludos a los testigos de esta aventura.

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