Hay momentos en los que me invade el miedo.
Era fácil pedirle a mi entonces novia que me leyera la mano y que me explicara el futuro. Aún así el miedo no se iba: si algo aprendí es que el porvenir siempre es ambiguo, nunca es exacto y carece de control. La vida se parece más a un auto a gran velocidad sin volante y con fallas en los frenos. El saberlo me causaba estrés, tanto que ya le debo mi colitis. Hay cosas que están fuera de tus manos y que inevitablemente afectan lo que está a tu alcance.
Mi trabajo es un reto todos los días y cuando comenzó a volverse uno más difícil sentí pavor. Pensé de inmediato en este blog. Son mis propias letras, lo que me gusta, la bitácora de mi vida. Durante seis años he buscado preguntas y respuestas. Nunca he querido ser una estrella o alguien reconocido por lo que escribo en mi blog. Tampoco vi este espacio como un reto para promover campañas, para cumplir expectativas de alguien o para ganar fama. Hacer algo a lo que no estoy acostumbrado me causa temor, la diversión se vuelve compromiso y uno se siente como pez fuera del agua: sin control.
Creo que este reto fue la gota que derramó el vaso. No pude más. El mundo me absorbió en su dinámica y me sentí intimidado. Lo importante, quizá lo más importante de todo es que no estoy sólo. Tuve consuelo y consejo en mi familia, ternura y firmeza. Era lo que necesitaba escuchar y si quizá eso no cambiaba las circunstancias, al menos me hizo desahogarme y sentirme bien de momento.
Hay que sumarle la incertidumbre del proyecto en el que estoy, también me invadió el miedo a no tener trabajo y eso me saturó. Pero después de apoyo me sentí mejor y tuve momento de pensar. No me queda otra que seguir echándole ganas a pesar de que las planeaciones las cambien como calcetines. Levantarme temprano, llegar a tiempo, cumplir con cada cosa que me manden y mantener esa alegría que he tenido con el pensamiento de que tengo trabajo y con ello puedo cambiar cosas en mi vida.
Pero, ya con mi quincena, con el caos organizacional y en la noche con un videojuego nuevo pensé ¿Por qué no estoy disfrutando esto? Por qué no me relajo y dejo que las cosas fluyan, qué tenga lo que tenga que durar. Mientras, lo tomaré con calma, gastaré en lo que quiera, sanearé mis deudas y me divertiré en el proceso.
Si alguien quiere divertirse conmigo la invitación está abierta; si no, será un excelente camino para disfrutar cómo cambio en estos momentos. =)
Nos vemos en el futuro.
1 comentario:
No queda de otra querido, "Flojito y cooperando" que le dicen por ahi, se desgasta uno menos.
Total, del suelo no pasas... jo!
Abrazos muchisímos.
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