domingo, noviembre 14, 2010

AQUÍ

El viernes por la noche me asaltaron en el transporte público, en la noche, de regreso a casa.

Se subieron rápido al camión lleno, llevaban armas y pasaron a cada lugar a hurtar teléfonos celulares y dinero. A mí sólo me robaron lana. A un necio que no quería soltar su teléfono lo golpearon. Bajaron rápidamente. Así de rápido cambia la vida. En un instante tienes y al siguiente el viento se lo lleva todo. Todo cambia y a veces no estamos preparados para lo que deja de ser igual.

Ya mantengo suficientes miedos como para cargar otro. Tampoco diré que soy un valiente porque disto de serlo; sin embargo y desde la primera vez que me asaltaron (BTW, la única vez que me fui de pinta) me prometí quino tendría miedo y si me fuese posible, trataría de mantener la cordura en ese momento difícil.

Estoy vivo y ese pensamiento lo he tomado de consuelos mientras mis entrañas se consumen por el coraje. Trato de mantener la paz y doy gracias a Dios. Aprecio la vida aunque a veces quisiera la paz de los sepulcros. Trato de ver la vida como a una ventaja y quisiera lograr cosas imposibles como el sábado, donde hice rendir mi tiempo y logré hacer muchas cosas en un tiempo muy corto.

Aún hay cosas que no cambian en mi vida. Espero que con la misma rapidez con la que aquellos asaltantes llegaron y se llevaron cosas, así puedan suceder las modificaciones. Si todavía hay un poco de justicia en este mundo supongo que las cosas deberían suceder de esa manera. Mientras yo hago mi parte para que las cosas cambien, no me queda más que esperar y tener fe.

Ese mismo viernes recordé Aquí que Jumbo. Así me siento ahorita. Pese a las cosas que faltan o que no son como quiero, está mi esperanza que la circunstancia pueda ser variable en cualquier momento porque estoy vivo y sigo aquí:



Nos vemos en el futuro.

No hay comentarios.: