jueves, agosto 14, 2008

ESCRIBIR EL DESTINO

[De Fondo: Marisa Monte - Give Me Love (Give Me Peace on Earth)]

Mis lectores más antiguos saben que yo no creía en el destino… hasta que tuve una novia que me leía la mano y empecé a ver las cosas de otra manera. Aquí les dejo los tres post con los que me atreví a hablar sobre el destino.

Después pude ver la mano del destino en otras personas, como en Leonardo con todas las cosas que pasó, con Skene y su telenovela amorosa que tuvo un gran climax y demasiados detalles que los franceses comúnmente llaman “serendipity”; con mis propios padres y su buena temporada económica. Yo veía a todos ellos y a más gente cómo el destino trazaba sus vidas y yo siempre mirando de lejos, pensando que el destino nunca me alcanzaría…

…pero me alcanzó.

A los 11 años escribí un poema que me pidieron en la primaria; fue tan bueno que nunca creyeron que yo lo escribí. En la prepa conocí a Soledad, una chava que no era muy bonita pero que me movía el tapete, yo era muy nervioso y la única manera de comunicarle mis sentimientos fue escribiéndolos, le hice muchos poemas y no conseguí conquistarla. Pensé que las letras no servían para nada, que sólo eran desgaste del alma…

Yo era asiduo a foros de Internet, me salí porque siempre (aún ahorita) se siguen peleando, se habla mucho y siempre estás limitado. En los blogs encontré mi espacio, pero llegué aquí por casualidad, yo buscaba a un autor de cómics y encontré su blog… así han pasado casi cuatro años.

Después, en una de esas veces que acompañé a skene al sótano, vi un libro que un año después compraría. Lo que parecía una novela no era más que una autobiografía de José Agustín, me gustó tanto que decidí leer “De perfil”; una novela que me animaría a escribir, catalizó lo que ya había logrado en su momento “El amor en los tiempos del cólera” y “Diablo Guardián”. Después llegaría “La insoportable levedad del ser”…

La literatura me cambió… así de sencillo.

Después compré libros y mi ex me presto muchos más, con los que leí muchas cosas. De repente una idea se unió a otra y ya tenía algo de qué escribir. Así, en mis ratos libres, cuando hice mis prácticas en el gobierno, me ponía a escribir y una página se convirtió en dos, y dos en seis y seis en más de treinta páginas. Entonces decidí mostrárselo a los demás, todos decían que era muy bueno lo que escribía… hasta que alguien me dijo lo que realmente necesitaba escuchar.

A mi me gusta mucho la prima de un blogger conocido, a ella le di a leer un poco de lo que había escrito y me dijo que estaba “bonito” pero que necesitaba afinar muchas cosas y meterme a un taller de novela. Eso me pegó mucho y busqué en la red ¿Quién diría que exactamente en esa fecha había inscripciones abiertas para un taller?

Curso el taller pensando que estoy loco, mi madre me da el dinero cuando no casi no hay dinero en la casa. Presento mi proyecto, pensando que dirán que es una chaqueta mental pero no… les gusta, me apoyan y me animan a que siga escribiendo.

Hace un par de meses, cuando andaba en mi crisis “no encuentro trabajo desde casi un año” me llega un mensaje al hi5, ese que nunca uso en donde un amigo de la prepa, que sabe que escribo, para meterme a una beca. Me costó trabajo decidirme y de veras llegué a pensar en abandonar toda actividad de escribir si la gente que deliberaría en mi proyecto pensara que no tengo talento. Tuve broncas hasta para imprimirlo pero lo envié.

Si hubiese seguido con mi empleo nada de esto hubiera ocurrido…

Ayer por la tarde, recibí un email, donde me avisan de la Fundación donde apliqué para la beca que a tres escritores habían dado un fallo positivo hacia mi proyecto y que en menos de 15 días tendría que presentarme a una entrevista para una última evaluación.

Pensarán que estoy loco pero creo que eso no es más que el DESTINO!

A veces, cuando cierro los ojos, creo que Dios me deja ver un horizonte y en él un camino, como si todo lo que estuviera pasando tuviera una razón, como si el sufrimiento fuera un estado temporal, como si este tiempo fuese para aprender a tener paciencia y esperar…

Gracias a Dios que, de momento, me ha permitido ver mi esfuerzo reflejado en un mi primer paso hacia lograr algo. Tengo la certeza que mi destino es ser escritor, desde aquella vez en que la que luché por la bandera en la primaria, que di mi corazón en una rosa en prepa, o que celebré algún aniversario de mi blog.

Créanme que después de esto, todos los trolls, la mala vibra y aquellos a quienes les caigo mal pasan a segundo término.

También, no estoy seguro, creo que hay un asunto el cuál es destino... y hasta no estarlo no daré detalles.

Ya les contaré hacia donde me lleva mi destino, ese que el creador de todas las cosas trazó con un dedo en el horizonte.

Nos vemos en el futuro.

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