[De Fondo: Rolling Stones - The Last Time]
Odio las despedidas, siempre me ha parecido un chantaje psicológico para que la gente te termine diciendo “por qué te vas” “no te vayas” “quédate un rato más”. En fin, después de tres años de estar enfrente de una computadora las cosas han cambiado…
Conozco ya mejor la blogósfera y a varios de sus inquilinos. De muchos me he hecho cuate, de otros un conocido, de muy pocos un enemigo y de muchos un perfecto desconocido.
Como saben al principio escribía sólo para mí, después para los demás y todo eso desembocó en cuidar qué decía para no afectar al fulanito o a perenganita. Y hubo un momento en el que me empecé a preocupar por las personas que entran aquí, de qué forma entran y cuantos son. Dejé de leer blogs y me fui de metiche a otras páginas. Subió mi microblogging y bajó la calidad y cantidad de mis post.
Asimismo durante todo ese tiempo he cometido innumerables estupideces que me han llevado hacia donde estoy: corté con mis ex novias por pequeñeces, besé a dos mujeres en la primera cita, me enamoré de dos mujeres que viven en el norte, me he alejado de los que sienten algo de admiración por mí, hice un post sexoso, no he conservado mis pocas amistades, ni tolerado las malas críticas… y el septiembre negro. Todas esas cosas dichas aún no las he podido superar.
Debo ser sincero: ya no disfruto estar aquí. Como lo he escrito en post anteriores, no me siento a gusto a la reunión a la que voy y se nota, siento como si estos casi cuatro años no me hayan servido para hacerme una buena reputación en algo. La envidia me come cuando leo que algo o alguien es mejor que yo. Me entristece que gente que consieraba un amigo para siempre ya no lo sea… o no lo sean tanto como antes.
¿Y sábes qué es lo peor? Que reconozco que todas esas cosas que me inquietan son nimiedades, que no es bueno sentirse mal por lo antes expuesto… pero aún así me afecta y no lo puedo negar.
Por eso mismo necesito levantarme un día y no prender la computadora, no revisar el correo y no usar el Messenger, no actualizar twitter o plurk, no enterarme de cosas mientras subo fotos a flickr, no escuchar música en el winamp, ni ver videos en youtube, ni bajar rolas en ares y, sobre todo, no postear o sentirme obligado a ello. Es momento de apagar la compu…
Necesito hacer ejercicio, respirar, que me toque el sol y que me abrace la lluvia, platicar con mi familia sobre su vida, irme a empedar con Leo, dormir temprano, levantarme de mañana y pensar otras cosas , perdonarme por tantas cosas y tantos años de no hacerlo, olvidar todo aquello que aún duele, valorar lo que tengo y comenzar de nuevo, desde cero. Lao Tse diría que habría que desaprender lo aprendido.
Por lo pronto me voy una semana, igual y si lo necesito sea más, serán como mis vacaciones de todo esto; aunque sé muy bien que no podría dejar la web 2.0 definitivamente. Una buena amiga dice que, una vez dentro, siempre uno se queda con la espinita del blogger y que todos (tarde o temprano) volvemos.
Hasta ese entonces… nos vemos en el futuro.
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