martes, julio 01, 2008

CRÓNICA DE UNA NOCHE ELECTRÓNICA

Era de noche en Insurgentes Sur, a la altura de la Col. Nápoles, cuando yo estaba sentado en las escaleras de la entrada del Velvet, mientras una cantidad impresionante de piernas en tacones negros desfilaba delante de mí. En otra circunstancia hubiera estado como niño en dulcería… pero no ese vez.

Había sido un día cansado tanto física como emocionalmente, tanto que estuve a punto de no ir, de usar el metrobús para llegar a casa en vez de matar tiempo. De repente me encuentro a las amigas de Minerva con quienes hice buena química y platicamos un rato en lo que entramos a unos terrenos que para mí eran desconocidos.

Con decirles que no voy a un antro desde 2004…

Dentro del Velvet

Lo elevadores nos condujeron hacia un universo azul, totalmente diferente: mujeres de vestidos entallados, hombres con camisa y gel en el cabello, meseros tratando de hacerse paso entre la gente, barras que se distinguen por su luz, esferas que redirigen la luz a cualquier punto, pantallas de televisión a las que nadie hace caso y, en un punto estratégico, un podium de colores que apenas dejaba ver a un hombre con audífonos al que el más neófito como yo reconoce como el DJ.

DJ Lights

-Esta es la parte aburrida, todavía no te diviertas- Me decía Sandra, al momento que Laura sonreía, asintiendo la frase de su amiga y a la espera del plato fuerte: Brian Cross y Marco V.

Las amigas de Minerva

Medio investigué en la semana sobre ellos y se que son los DJ’s residentes de un antro en Ibiza llamado Amnesia, el primero es catalán y el segundo holandés. De música prefiero no hablar porque mis acercamientos con la música electrónica han sido pocos, así que en ese momento no sabía lo que me esperaba, si me iría a gustar o si me aburriría cinco horas seguidas como antes lo había imaginado…

DSC07705

¿Cómo describir las siguientes cuatro horas? Haré mi mejor esfuerzo.

Es como si ese universo azul y alterno tomara otra dimensión, donde todos sus habitantes se rigieran a través de una sola ley: el ritmo. Era como si el DJ no fuera más que un director de orquesta, no de músicos, sino de emociones en donde todos hacían su parte. Las luces parecían salir de todas partes, era como una gloria artificial que nos cubría a todos. Las bebidas alcohólicas fluían como glóbulos rojos en el torrente sanguíneo. Todos bailando, saltando, sudando, olvidando, recordando…viviendo.

Era como una puesta en escena donde a tu alrededor podías ver de todo. Las amigas que fueron sin chavos al antro y que le echan ojo al chavo guapo que pase a su lado, la pareja que aprovecha la onda que nadie los mira para fajar sabroso, a la señora que no sabe por qué está ahí pero sin duda disfruta el momento, al tipo con lentes de sol y jersey del Madrid que le dice a otro que el DJ es chingón. Una de las tantas áreas reservadas con mujeres exageradamente operadas y sus acompañantes pudientes, el wey que bailando cierra los ojos y está en su pedo, las bailarinas del antro que intentan animar con sus propios métodos, los que sacan la cámara o el celular para guardar un momento de la noche, la del vestido amarillo entallado que mirábamos todos.

Marco V sonreía desde la tornamesa mientras Brian Cross primero firmó cualquier papel que se le atravesaba y en un acto inusitado (para mí al menos) se bajó con la gente, para tomarse fotos y saludarlos personalmente. El holandés se iba al backstage y el español, sin ser molestado se fue a acostar a un sillón vacío. Benjamín Hernández cerró la noche para los sobrevivientes de una fiesta que terminó como a las 5:30 de la madrugada y que tuvo en un solo lugar a más de mil personas, según fuentes extraoficiales (osea, lo que me dijo uno de los del Velvet).

Yo me la pasé de huevos. La fiesta, el ambiente, la música, la compañía fue lo mejor que me pudo haber sucedido, ya que salí cargado de energía, con las pilas bien puestas y con una alegría desconocida, contagiosa, sabrosa y diferente. Sí, definitivamente iría a otro evento como esos.

Por cierto, saqué muchas fotos, todas ellas pueden verlas en mi cuenta de Flickr.

Este post va con agradecimientos especiales a Minerva, a sus amigas y al Concepto Más Nescafé por la oportunidad de vivir una noche electrónica. =)

Nos vemos en el futuro.

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