viernes, noviembre 05, 2010

COMER, TWITTEAR, AMAR

Durante este año he subido de peso. Eso siempre trae consecuencias al cuerpo y a la manera de vestir. Las tallas suben, el cansancio aumenta y la actividad física es inexistente. Durante este mes he evitado el refresco y las tortillas, como a mis horas con cubiertos y tomo un litro de agua. Yo no he visto resultados en este tiempo y eso me desagrada, ya que eso significa comprarse ropa nueva, tengo mucha que está en buenas condiciones y que no me gustaría dejar porque ya no me queda.

¡Pero qué rico es comer! Lo amo, es un placer que ha venido a sustituir muchos otros en mi vida. A la comida no le tienes que andar rogando ni acercarte tímidamente; deleitas el paladar con cada bocado, sientes cómo todo ese bienestar ingresa a tu cuerpo, percibes la textura, el sabor, los olores y mientras más sabrosa sea se disfruta más. Cómo he odiado no irme por una hamburguesa o unas quesadillas en la hora de la comida. El fin de semana me doy gusto tomando refresco y tortillas, comiendo comida grasosa y golosinas. Me siento libre de ese exilio de alimentación que vivo cada cinco días.

En otras cosas, por fin en twitter me hicieron caso y me mandaron un correo preguntándome si todo estaba bien. Ya les volví a escribir mi problema. Yo espero poder regresar a mi cuenta pronto, porque ahí es donde me siento tan a gusto. Quizá a mi regreso termine borrando a infinidad de contactos que no aportan algo. Si algo aprendí de mi nueva cuenta es que no necesitas seguir a más de 900 para tener un timeline agradable y sano. Cuando regrese daré unfollow a la mitad de los que tengo, de todos modos a veces ni contestan un saludo, ni te siguen la plática cuando tú lo haces. Sin querer se vuelven prescindibles. Con la ausencia de mi cuenta también empecé a retomar el gusto por twittear, aunque pocos me contesten, sólo lean o me ignoren.

Aún así extraño ese twitter de hace dos o tres años, cuando las cosas eran menos complicadas y sólo éramos un puñado de tipos que no querían ser twittstars, hacerle la barba a las estrellas o pedir follow. Ese en donde veías al de tu línea de tiempo con una sonrisa, planeabas el fin de semana por el gusto de la camaradería. Y sobre todo, extraño a la persona de la que me enamoré en ese tiempo.

Es inevitable no encontrar una foto suya sin querer en las redes sociales. Recordé por qué había capturado mi atención. Amo su forma de ser, me vuelve loco. Recuerdo aquellas veces de desvelo, de noche de confesiones, le dije todo menos que me tenía cautivado. Hoy está fuera de mi alcance, creo que anda con alguien. Me evade cuando la invito a salir. A veces siento que no le dije que me gustaba en su momento, no me fijé cuando fue que me enamoré, nunca lo vi venir. Hoy tengo que seguir adelante, tratando de superar algo que jamás fue.

Y por el título, sí, el domingo pasado vi Eat, Pray, Love, basada en el libro de Elizabeth Gilbert, protagonizada por Julia Roberts y dirigida por Ryan Murphy, guionista, productor y director de series como Nip/Tuck y Glee. Buena película pero se le nota lo “novato” al director en el final porque resuelve el conflicto muy rápido; sin embargo tiene escena memorables. Es un libro/película que no puedes dejar de revisar. Les dejo el tráiler para los que no la han visto:



Yo también ando planeando mi viaje… =)

Nos vemos en el futuro.

1 comentario:

Anai dijo...

Hey!!! me gusto tu entrada sobre todo por el titulo jajajajajaja.. ya sabes, yo tmb extraño el twitter de antes cuando no tenia que poner candadito ni esconderme.

Pero si pasa cuando sucede como dice ni papá, como sea quedemos con lo bueno q aun queda en esa red social ;)

Saludos!!!