[De Fondo: The Beatles - Get Back]
Me sentía mal, pero al ver a mi novia me sentí feliz.
Todo empezó en octubre de de 2007, cuando dejé de tener un buen tema de conversación y decidí dejar de hacer el podcast que hacía con Minerva, andaba todavía muy frescos los problemas de ese entonces y vi que era una buena opción dejar las grabaciones cuando mi estado anímico fuera mejor. Mine nunca estuvo de acuerdo con eso pero al final aceptó.
Había veces que citábamos a podcast y era lo que menos hacíamos, implica un trabajo de edición que en ese entonces sólo yo sabía hacer, nos costaba llenar una escaleta con contenido, ya que a veces no sabíamos que decir, la cuenta de mi novia en podomatic fallaba constantemente hasta que de repente desapareció. Todo eso me hizo decidir ya no seguir con La Hora del Café.
Durante las siguientes semanas, ella no dejó de insistirme que lo volviéramos a hacer, pese a que a que no estaba convencido de hacerlo. Alegaba que el podcast lo necesitábamos para auto promoción; aunque siempre he querido ser en ese aspecto como Donald Trump o Hugo Sánchez, esa vez pensé que sería mala idea. En ese tiempo salieron nuevos podcast que habían hecho lo que a nosotros nos faltó en el primer intento: promoción. Un público fiel a cualquier medio o emisión en un medio siempre es un aliciente para seguir, por mucho que intentes hacer de tu actividad sólo lúdica, el ego es un ser hambriento al que hay que alimentar.
Ya antes lo había intentado con algunas personas, pero con Minerva logré concretizar un proyecto que tiene su química, su chispa: ella una loca maniática que grita al hablar, me interrumpe, se pone a hablar de música electrónica y le copia al Alejandro Franco. Yo por mi parte, adapto como el roll del papá, aunque eso no significa que lo haga bien, casi me apodero del micrófono, de repente me falla la dicción y suelo decir incontables muletillas (que borro durante la edición). Debo reconocer que pese a todo hacemos una buena mancuerna al aire.
Les digo, ese martes vi a mi novia y ella me hizo sentir feliz. Volvimos a grabar, a hacer una escaleta y a tener ese sentimiento de no saber que decir, mismo que se desvaneció con el REC del programa que graba nuestras voces. El tiempo se pasó volando y cuando menos lo teníamos en cuenta, ya habían transcurrido 40 minutos. Entonces los dos supimos que volver era bueno y que esta vez sería mejor que lo que denominamos “la primera temporada”.
En fin, ya tenemos alojado nuestro podcast en un blog, así que espero que nos des una oportunidad de escucharnos, les prometo que pasaran un buen rato, con buena música y con grandes sorpresas que les tendremos en las emisiones por venir la segunda temporada de La Hora del Café.
Nos escuchamos en el futuro.
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