[De Fondo: Moloko - Forever More]
Creí estar deprimido, pero una vez que me puse a leer Nación Prozac de Elizabeth Wurtzel, vi que… sólo andaba de desidioso.
El leer a una persona que sólo estaba deprimida porque sí, que era algo que no podía controlar y que estaba más en el hoyo que yo me hizo comprender que mi situación, a pesar de todo, no es tan mala, y aunque no veo ahorita una solución, no quiere decir que no aparezca, creo que debo ver las otras cosas que hay a mi alrededor. En estos días me he dado cuenta que, lo que me pone contento es salir y escribir.
Me puse a escribir sobre el fin del mundo, y me salió un relato de ficción, tomando al fútbol como tema. Me puse a pensar qué se necesitaría para que la selección avanzara y sobresaliera en un mundial. Más que habilidad, quizá un buen técnico y un poco de suerte para llegar a la cima del mundo… antes de que éste se acabe. Lo que salió fue el ejercicio de Metatextos, cuyo resultado ahora sí no es tan malo.
Ayer salí con mi novia por las calles del centro. El plan era ir a la exposición que está en el centro pero mejor ella me acompañó a pagar unas cuentas, y yo la acompañé a comer ya que yo ya me había degustado unas sabrosas hamburguesas en casa (y eso que a mi papá no le gustan las cosas “americanas”). Después de tomar fotos en la tarde por Bellas Artes y de comprar unos Red Bull en un Seven (y sentirme nervioso al tomar el producto), nos lanzamos a un evento en el Pasagüero, a mi novia le habían regalado entradas para un evento que no de los que acostumbra ir, por lo que a veces la sentí fuera de lugar, pero al final creo que le gustó.
En ese evento encontré a una persona que trabaja en los medios a la cual admiro mucho, me tomé una foto, intercambié sólo un par de palabras porque me ganó el nervio y ps ya, fui feliz y contento, tanto que al llegar a casa me puse a escribir un post para Big Blogger. Si quieren ver a quien me encontré y el choro que me eché, pásenle por acá.
Hasta leer me está haciendo bien. Dejé el libro del antidepresivo para volverle a dar otra oportunidad al Carlos Fuentes en un compilado de cuentos que se llama “Cantar de Ciegos”. Ahorita las primeras líneas no están del todo mal, un poco rebuscadas y mamonas, pero comprensibles. Ya les contaré cómo me pareció.
Me espera un finde de podcast, cafecito y una que otra actividad para no estar en casa, haciendo lo que me deprime.
Después de los comerciales hacia las cosas que escribí, condimentadas con las cosas de la semana creo que ha salido un post potable que nuevamente ha vencido a la nefasta hoja en blanco. Lo logré! =)
Nos vemos en el futuro.
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