[De Fondo: Dick Dale & his Del-tones - Misirlou]
Me levanté temprano en la mañana porque ya teníamos planeado un viaje al parque de Xcaret, un centro de diversiones muy padre en el que uno puede disfrutar de un día agradable disfrutando de la flora y fauna de esa paradisiaca regíon de la Riviera Maya.
Durante el desayuno reflexioné lo que me había dicho mi padre, que él ya se lo suponía que algo andaba mal, que lo único que quedaba es que resolviera mis problemas y sobre todo, que él como mi mamá y mi hermana me apoyaban. Creo que ese lugar en donde desayunábamos era el lugar en donde más chido me la pasaba y más disfrutaba de mi estancia en el hotel.
Durante la espera del transporte hacia Xcaret, que está a 10 minutos de la zona Hotelera de Playa del Carmen, nos estuvimos tomando unas fotitos, hasta que llegó un transporte muy chistoso por sus colores rosa amarillo y verde, pero que estaba muy cómodo, nos ofrecieron regresarnos al Hotel a las 1:30 para comer y regresarnos pero decidimos comer allá.
No era raro pero mi padre se sorprendió que todos los lugares estuviesen repletos de extranjeros, lo que es lógico ya que la mayoría de la gente en las principales ciudades del D.F. había regresado a las labores cotidianas, sus vacaciones había terminado y seguramente ya habrían visitado algun sitio vacacional. A la entrada nos encontramos a una persona que tocaba el arpa interpretando temas típicos mexicanos.
El primer reto fue el recorrido por el rio subterráneo, he aquí la primera particularidad también, sólo Cynthia sabe nadar... y con nuestro meido, decidímos aventarnos... fue una prueba de vida. Teníamos flotadores, pero eso no nos quitaba el temor de ahogarnos del todo, el primer cuarto del recorrido eramos como un lento trenecito ya que aunque flotábamos, era difícil poder avanzar, primero mi padre se soltó y después yo. Aunque hubo muchas oportunidades para salir y a mi madre y a mi nos habían dado calambres en una pierna, decidimos terminar todo el recorrido, y al final pudimos nadar fácilmente, superando nuestros miedos y con una vibra de SOMOS LOS REYES DEL MUNDO!!!!!!!!
Despues de eso fuimos a comer y de ahi a la caminata bajo el mar, en ese instante me puse a reflexionar cómo el hombre ha podido superar e inclusive controlar algunos de los límites que la tierra puso al hombre, pudimos conquistar el cielo al viajar por aviones y pudimos conocer las profundidades del mar (bueno sólo fueron 7 metros jejejeje) cosas que sólo Julio Verne se pudo imaginar hace dos siglos. Mi mamá ahora si sucumbió al miedo y decidió no entrar... al salir la apoyamos con una sonrisa, creo que disfrutamos de una de las experienias más chidas de nuestra vida, estar tan cerca de los peces y de los corales, caminar dentro del oceano.. realmente fantástico.
Pasamos de inmediato al acuario para dirigimos a la cereza del pastel, el show de Xcaret, el juego de pelota, el recuento mediante un espectáculo musical de la cultura, historia, nostalgia y territorio mexicanos, que da cuenta de toda esa riqueza que nos hace sentirnos orgullosos de nuestra nacionalidad, y que les muestra a los foráneos una miscelánea de la diversidad que nos constituye. De regreso y a pesar de que cerraban a las 10 pm el restaurant, alcanzamos a entrar y a comer muy rico.
Al final, mis padres estaban muy cansados y se fueron a dormir; sin embargo yo todavía me fui a tomarme unas cheves al bar, realmente estaba muy feliz por los últimos dos días y relamente no quería regresar a la cama, no quería que la diversión terminara, sabía que el domingo sería la última vez que vería el mar y que sentiría ese acogedor clima... relamente estuvimos en el paraíso.
Concluirá...
Me levanté temprano en la mañana porque ya teníamos planeado un viaje al parque de Xcaret, un centro de diversiones muy padre en el que uno puede disfrutar de un día agradable disfrutando de la flora y fauna de esa paradisiaca regíon de la Riviera Maya.
Durante el desayuno reflexioné lo que me había dicho mi padre, que él ya se lo suponía que algo andaba mal, que lo único que quedaba es que resolviera mis problemas y sobre todo, que él como mi mamá y mi hermana me apoyaban. Creo que ese lugar en donde desayunábamos era el lugar en donde más chido me la pasaba y más disfrutaba de mi estancia en el hotel.
Durante la espera del transporte hacia Xcaret, que está a 10 minutos de la zona Hotelera de Playa del Carmen, nos estuvimos tomando unas fotitos, hasta que llegó un transporte muy chistoso por sus colores rosa amarillo y verde, pero que estaba muy cómodo, nos ofrecieron regresarnos al Hotel a las 1:30 para comer y regresarnos pero decidimos comer allá.
No era raro pero mi padre se sorprendió que todos los lugares estuviesen repletos de extranjeros, lo que es lógico ya que la mayoría de la gente en las principales ciudades del D.F. había regresado a las labores cotidianas, sus vacaciones había terminado y seguramente ya habrían visitado algun sitio vacacional. A la entrada nos encontramos a una persona que tocaba el arpa interpretando temas típicos mexicanos.
El primer reto fue el recorrido por el rio subterráneo, he aquí la primera particularidad también, sólo Cynthia sabe nadar... y con nuestro meido, decidímos aventarnos... fue una prueba de vida. Teníamos flotadores, pero eso no nos quitaba el temor de ahogarnos del todo, el primer cuarto del recorrido eramos como un lento trenecito ya que aunque flotábamos, era difícil poder avanzar, primero mi padre se soltó y después yo. Aunque hubo muchas oportunidades para salir y a mi madre y a mi nos habían dado calambres en una pierna, decidimos terminar todo el recorrido, y al final pudimos nadar fácilmente, superando nuestros miedos y con una vibra de SOMOS LOS REYES DEL MUNDO!!!!!!!!
Despues de eso fuimos a comer y de ahi a la caminata bajo el mar, en ese instante me puse a reflexionar cómo el hombre ha podido superar e inclusive controlar algunos de los límites que la tierra puso al hombre, pudimos conquistar el cielo al viajar por aviones y pudimos conocer las profundidades del mar (bueno sólo fueron 7 metros jejejeje) cosas que sólo Julio Verne se pudo imaginar hace dos siglos. Mi mamá ahora si sucumbió al miedo y decidió no entrar... al salir la apoyamos con una sonrisa, creo que disfrutamos de una de las experienias más chidas de nuestra vida, estar tan cerca de los peces y de los corales, caminar dentro del oceano.. realmente fantástico.
Pasamos de inmediato al acuario para dirigimos a la cereza del pastel, el show de Xcaret, el juego de pelota, el recuento mediante un espectáculo musical de la cultura, historia, nostalgia y territorio mexicanos, que da cuenta de toda esa riqueza que nos hace sentirnos orgullosos de nuestra nacionalidad, y que les muestra a los foráneos una miscelánea de la diversidad que nos constituye. De regreso y a pesar de que cerraban a las 10 pm el restaurant, alcanzamos a entrar y a comer muy rico.
Al final, mis padres estaban muy cansados y se fueron a dormir; sin embargo yo todavía me fui a tomarme unas cheves al bar, realmente estaba muy feliz por los últimos dos días y relamente no quería regresar a la cama, no quería que la diversión terminara, sabía que el domingo sería la última vez que vería el mar y que sentiría ese acogedor clima... relamente estuvimos en el paraíso.
Concluirá...
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