Salí disparado hacia adentro del Metrobús, me sequé las lágrimas con la mano izquierda mientras me tomaba del pasamanos con la derecha. Ahora el que corrí fui yo, entonces dije: Dios, ¿qué he hecho? Oré.
Ahora la historia me tocó de una manera diferente: me apropié de ese vacío que vivía la protagonista, y reafirmó ese sentimiento que tenia hace semanas: esa urgencia de estar solo.
Nuestro amor prometía volverse un círculo vicioso: cortar y regresar. Diana es la mujer más linda que conozco y yo ya no podía seguir haciéndole daño, no dándole lo que merecía. Pero la amo, lo que hacia difícil dejarla pero aún más retractarme.
Y pensar que cuando la conocí casi no usaba el twitter: mi novia era mi troll favorito ya que siempre cuenta en la red social que lloré el día que nos hicimos novios porque perdió el Cruz Azul. Con un DM me había recordado la fecha el martes pasado, a lo que escribí: "Hoy hace 10 meses dejé de ser #ForeverAlone. Besos @pauhx5: te amo! <3". Twiteé.
En la estación lloramos, nos besamos, nos despedimos, dejamos nuestro reencuentro al destino. Ya era tarde y si no me hubiera ido me hubiese quedado para siempre. Le di un beso de despedida y me lancé hacia la entrada del Metrobús con dirección Indios Verdes.
Casi 11 meses después de ver Eat, Pray, Love; volví a disfrutar de la película, un botonazo me avisó que subí de peso, revivió mi pasión por el Twitter y más por el Social Media (Gracias al Congreso de Marketing Digital al que fui), y por último agradezco a Dios que me haya permitido conocer un momento de mi vida a Diana Paola: sé fuerte, esfuérzate y no dejes de ser quien eres porque la ternura es tu mejor virtud. Siempre podrás contar conmigo. Te Amé. =*** Te dedico esta canción, una más para que nos recordemos:
Poder decir adiós es crecer. ='(