lunes, enero 25, 2010

EL PRESENTE

Hace dos semanas asaltaron a mi mamá. Un tipo se subió a una combi y con un arma de fuego le quitó las pertenencias a los pasajeros, excepto al conductor. Mi madre llegó furiosa a casa y con prisa buscó los números para cancelar la única tarjeta que estaba en la bolsa que le volaron. Sólo se perdió su credencial de elector, la de su trabajo, un celular viejo, los lentes, maquillaje y la bolsa de mano. Gracias a Dios ella estaba bien.

Hoy en la madrugada, después de ver una película me fui a dormir. En verdad estaba muy cansado y minutos después de apagar la luz escuché que “algo” golpeó el portón. Mi cuarto está en el primer piso y la ventana da a la calle, pero como está el portón y un domo no me deja visualizar lo que pasa frente a la casa. El carro descompuesto estaba en el garaje por lo que el otro se encontraba afuera de la casa. Logro ver unas personas en otra vivienda de la cerrada. Volví a escuchar otro ruido y a una persona que sale del punto ciego de mi portón. Lo supe. Con un grito avisé a mi papá y así desperté a la familia. Mi hermana y yo vimos desde mi ventana cómo un tipo se llevaba un par de llantas y otro escapaba con él en la reja que lleva varios días descompuesta. Minutos después salimos y vimos ladrillos en lugar de llantas en el auto. De mañana supimos que le habían quitado los neumáticos a otro carro más.

Si enciendo la tele el mundo no es mejor. Te pasan media hora videos de la tragedia en Haití, que son peores que los que recordamos de nuestro terremoto de 1985. Hoy fue una excepción, me enteré que le habían disparado a un futbolista paraguayo que juega en México, situación que puede ocurrirle a cualquier mexicano pero siendo figura pública ha copado la otra parte de los noticiarios. Lo inesperado y lo cotidiano en dos tragedias cuyos ecos resuenan en cada medio. El morbo cargado de miedo, de inseguridad, de miseria, de corrupción y de la locura que se respira todos los días.

Ayer yo tenía ese sentimiento de mi madre cuando la asaltaron: una rabia que proviene de la impotencia y el sentimiento de abandono. El sueño que tenía se fue y tardó mucho en regresar. Me invadían pensamientos como que la injusticia reina en las calles, las instituciones no funcionan, estamos desprotegidos: una circunstancia que no tiene fin en un futuro cercano.

Traté de hallar consuelo en otro pensamiento, dejando de lado la indignación. Ante esta situación ¿Qué tenemos? ¿Qué nos queda? Pues nosotros mismos. En verdad caí en cuenta que mi familia y mis seres queridos están bien, ellos están conmigo, me muestran su apoyo; tenemos salud que suele ser más importante que las cosas materiales que van y vienen. Lo importante es el presente, lo demás ya fue o todavía no existe. Y yo quiero que cada instante sea el mejor que pueda existir con todos los míos.

Es cagado que tuviera en la mente esta canción con la que cierro el post. No vi la transmisión en vivo del Unplugged y hace rato que no soy asiduo de la radio. Hace meses la escuché en el restaurante que comía allá por la colonia Del Valle. Hoy no puede ser más apropiada. Hay veces que hay que recordar qué es lo importante y valorar lo que se tiene:




♪El presente es lo único que tengo
el presente es lo único que hay
es contigo mi vida con quien puedo sentir
que merece la pena vivir ♫

Nos vemos en el futuro (el presente que viene).

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