[De Fondo: Gilbert O' Sullivan - Alone Again (Naturally)]
El Gran Tema es una iniciativa creada por el buen Roko. Durante algunas semanas le ha tocado a varios bloggers hablar sobre distintos temas con el fin de desarrollarlos y promocionar nuestras bitácoras. En esta semana me toca a mí.
Creo que la soledad, ya sea la circunstancia o el sentimiento de sentirse solo, me atrevo a afirmar que la mayoría de nosotros lo hemos sentido. Ya sea en un cuarto vacío o en medio de una multitud, que no te ve, ni te escucha y a quien no le interesas. Algunos la disfrutan, otros hacen lo posible por espantarla, por no sumergirse a todo lo que significa estar con uno mismo.
En mi caso, estar solo ha sido una actividad algunas veces necesaria, otras insoportable, circunstancial y muchas más inevitable. No recuerdo haber tenido amigos hasta después de los seis años. Siempre era yo y mis juguetes, mis padres, mi hermana, mis tíos. No tenía necesidad de salir a la calle porque en casa lo tenía todo y si salía era acompañado de algún familiar, sin despegarme, casi como una sombra.
En primaria y tenía amigos pero ninguno con quién salir a la calle. Ya vivíamos en nuestra propia casa y muchas veces me quedaba solo porque mis padres trabajaban. Era genial llegar a mi cuarto y ponerme a leer las historietas que compraba, jugar un poco nintendo después de hacer la tarea. Era mucho mejor que soportar a los tipos que querían golpearme en la escuela.
En la secundaria tuve amigos, novia y ese mundo era nuevo para mí. Aún así siempre tendría mi cuarto en el cuál subirle el volumen a la radio, ver mi programa favorito de televisión, leer, escribir y dibujar. No sé qué me pasó, quizá cambié o tal vez mi necesidad de interactuar con los demás se estaba haciendo más grande que me empezó a molestar estar solo.
Durante el final de la prepa y la mitad universidad, fue el periodo que disfruté menos la soledad, tanto que me costaba trabajo incorporarme a un equipo para hacer las tareas, no tener qué hacer en las horas libres y no disfrutar la compañía de los pocos que querían platicar conmigo. Fue difícil lidiar con eso hasta que volví a tener amigos y todo volvió a tener sentido.
Los que son escritores afirman que escribir es un arte que se desarrolla en la soledad, en un ambiente tranquilo, sin ruido o cualquier factor que te distraiga. Quizá por eso me gustan los blogs y hacer post de noche, porque disfruto del silencio que me ofrece, porque puedo leer sin presiones, en donde estoy sólo yo y mis pensamientos. En la soledad no tienes qué aparentar, no hay mentiras, no tienes que preocuparte por caerle bien a alguien, ni por pensar en cómo responder; pero tampoco tienes con quien compartir tus descubrimientos, con quien brindar, a quién demostrar tus sentimientos en cualquiera de sus formas. A veces me siento libre, a veces duele.
Hoy me siento solo, creo que por eso elegí el tema.
Nos vemos en el futuro.
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