viernes, febrero 14, 2014

SOBRE CONSERVAR EL AMOR...

…y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
Mateo 24:12
Me gusta pensar que el hecho de no dejar de creer en el amor impide que venga el fin del mundo. Son raros estos tiempos porque vuelvo a estar sin una pareja y la verdad estoy bien. A veces me acuerdo de Itzel con quien nunca logré algo, después pienso que aunque los recuerdos son fabulosos la realidad es que ya ni chance tengo de que vuelva a ser mi amiga y trato de enfocarme en mi presente. La vida sigue y actualmente vivo un periodo intenso en el que la chamba ocupa gran parte de mi tiempo.

Las personas con las que me involucré sentimentalmente en estos años ya tienen pareja y es padre ver que son felices, lo malo es que el trato pues ya no es el mismo. Se me olvida que el cambio es la esencia misma de la vida, que lo que tenemos hoy puede cambiar mañana, en un mes, o cuando menos lo esperemos. En este caos en el que se regodea la existencia llego a este punto, ya casi tengo 32 años y apenas siento que estoy poniendo las bases de lo que será mi vida adulta. Bueno, al menos eso creo…

Ya saben, esas cosas que uno piensa y que ya pocos tienen como proyecto de vida: una esposa, hijos, un buen trabajo, una casa… hasta un perro. En el trabajo ahí voy, construyendo desde hace años mi carrera en el Community Management (algo que, como los que me han leído desde hace casi 10 años ni tenía en mente) y que al menos ya me da para mis gustos y gastos; pero falta la otra parte. Pienso también que cada cosa tiene su tiempo y esas oportunidades eventualmente se generarán. Lo importante es que aún hay amor a mi alrededor: el de mi familia, el de mis amigos y de personas que aún no conozco, que entrarán y saldrán de mi vida de igual forma.

Amar como ser feliz al final también pueden ser decisiones conscientes. No de un día, sino de todos los posibles (ya que la vida es una serie de momentos alegres, tristes, sorprendentes, cotidianos e inesperados). Yo decido ser feliz así como estoy, consciente de las vueltas que da la vida y de lo que tengo. La existencia es demasiado inmediata y corta como para sufrir por cosas que hacen falta o que ya no están.

Pero… ¿Por qué me nació escribir sobre esto después de semanas de no tocar un procesador de texto? Es muy raro: cuando caminaba hacia la chamba, miré hacia abajo y me encontré un corazón, estaba mal cortado pero la figura era reconocible. Fue sin buscarlo, como las mejores cosas. En este este 14 de febrero el cliché fue inevitable, sonreír, tratar ese amor que aún está en mí, que todavía no se ha enfriado y que seguro lo tendrá alguien que lo merezca. Así que junté mis dos pies ante aquel corazón, saqué esta foto, le puse un filtro y salió esto:



Como les dije al principio: Me gusta pensar que el hecho de no dejar de creer en el amor impide que venga el fin del mundo. =)

1 comentario:

pnd dijo...

Caí aquí por casualidad, y me quede un rato leyéndote, tú muy bien.