Para María Teresa Navarro Flores, mi mamá.
Cuando conversamos se abren nuestros horizontes, yo aprendo de ti y tú aprendes de mí. No hay límites para nuestras dudas, no hay cartas escondidas bajo la manga, tampoco existen reservas. El tiempo se hace agua y muchas veces no es suficiente para nuestras interacciones. Cuando conversamos crecemos hasta el cielo sin necesidad de metros.
Se revelan secretos que ninguno había considerado, nuestro punto de vista se hace más rico y nuestros conocimientos más amplios. Cuando conversamos hablo más de lo que podría en cualquier otro lado, soy más yo al momento de exponer mis palabras, de colocar sobre la mesa mis pensamientos, de entender y ponerme a escuchar más que con cualquier otra persona. Creo que, además de ser mi mamá, eres de mis primeras amigas, una que me escucha y trata de entender aunque muchas veces tengamos opiniones distintas de un mismo tema.
Cuando conversamos no pierdes ni un gramo de tu pasión, muchas veces es un duelo de posturas que recupera su respeto por nuestro cariño mutuo. Me gusta que, a pesar de ser una contreras con todo el mundo, muchas veces te serenas y buscas ponerte en mis zapatos. Cuando conversamos muchas veces nos herimos y al rato nos disculpamos porque en verdad nunca fue nuestra intención hacernos daño.
En mis momentos más tristes y en los que necesité consuelo lo tuve al lado tuyo mientras conversábamos. Siempre tuve tus brazos y tu hombro para llorar. A pesar de que piensas que nunca encontraste palabras para animarme o consolarme, el hecho de que me escucharas y que estuvieras ahí fue más que suficiente para no cometer una estupidez. Cuando conversamos sé que no siempre apruebas mis acciones y mis decisiones pero siempre me has sabido llevar a la reflexión sobre lo que es correcto, sobre lo que no debo olvidar hacer.
Así como tú me has dicho que extrañas esas veces cuando conversamos, debo confesarte que yo también añoro esos momentos que no han sido pocos. Hoy la distancia nos tiene un poco lejos pero eso no quita la posibilidad de que pronto volvamos a abrir nuestros horizontes y aprendamos, tú de mí y yo de ti, sin límites ni dudas para lograr que el tiempo juntos se vuelva agua. Siento que una forma de demostrarnos cuánto nos queremos es cuando conversamos.
Te amo hoy, mañana y siempre mamá.
Tu hijo, Gerson.
3 comentarios:
Gracias hijo siempre he admirado tu forma de escribir soy tu fans numero uno eres un gran escrito puesto que plasmas los sentimientos y describes los momentos mas íntimos que hemos vivido juntos sigue escribiendo y lograras tus sueños te quiero mucho
Hola Gerson! Está muy bonito lo que escribiste y me da más gusto que tu mamá sea tu fan. Te recuerdo porque juntos seguíamos el blog de Kletova. Siempre traté de encontrarla pero ya no pude ¿sabes algo de ella? Me gustaría leerla también.
Hola Melatomo:
Gracias por tus palabras. Respecto a Kletova, por ahí anda. Ya no escribe en su blog pero sí tiene una cuenta en Twitter, es @nanacretina. =)
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