Para Annie:
Tal vez no lo sepas (y digo “tal vez” porque las mujeres tienen el increíble don de la intuición), pero desde que te conocí no he dejado de pensar en ti…
Tal vez no lo sepas, pero recuerdo haberte visto hace 5 ó 6 años en Twitter y decir: ¡Qué mujer tan bella! También debo confesar que chasqueé los dedos cuando supe tiempo después que tenías novio. Deseé en ese momento hablarte como hoy te hablo y conocerte más. Nunca me imaginé que sería por esta red social que nos empezaríamos a hablar más y que habría chance de ser amigos.
Tal vez no lo sepas, pero en cada chance de verte en Twitter, quería llamar tu atención. A veces creo que comentaba cada cosa que ponías y me esforzaba en mis respuestas, quería que en ellas vieras quién era y creo que lo logré. Aún así, me sentía muy lejos. Éramos amigos en la red social y en ese momento creí que las cosas no cambiarían, porque no tuiteabas mucho y hubo un tiempo que te fuiste a vivir lejos.
Tal vez no lo sepas, pero fue muy sorpresivo para mí que Quique me dijera que me conocías, que me mandabas saludos y que ubicaras dónde trabajo. Eso fue lo que me dio pie a acercarme más, a pedirte tu WA, a invitarte a salir. Me preguntaba cómo serías fuera de Twitter, si serías igual de tierna, de directa, de buena vibra; si a pesar de ser de mundos tan distintos podríamos llevarnos bien. Nuestras primeros chats y el primer café me habían dicho que estaba conociendo a una mujer muy especial, una excepcional. Antes de ese día, habíamos quedado en salir antes y no se dio; pero tú no lo olvidaste. Me emocionó mucho que me quisieras conocer.
Tal vez no lo sepas, pero desde esa noche en Reforma 222, quería verte todos los días: Ese par de horas platicando me parecieron como 20 minutos. Se dio tu viaje a Europa y pensé que te olvidarías de mí; sin embargo, tu foto de Roma, evocando una de las películas que te recomendé alegró mi día. Los días que te mandaba mensajes calculaba 6 ó 7 horas más para enviarte mensajes a horas prudentes. No podía esperar a que regresaras e invitarte a los tacos, pero en vez de eso, me invitaste a tu fiesta de cumpleaños.
Tal vez no lo sepas, pero no me he divertido tanto desde hace mucho que en tus fiestas. Recuerdo que me encantó verte bailar tango, hacer esos juegos divertidos donde hay que beber. Me gustó mucho conocer a tus amigos y saber más de ti por lo que ellos recordaban de la amistado contigo. Ahí fue cuando supe en verdad dónde me estaba metiendo, descubrí lo noble, sensible y decidida que eras, lo fan de Disney que eres, lo mal que lo habías pasado en el amor anteriormente y lo bien que te sentaba ser el alma de la fiesta.
Tal vez no lo sepas, pero yo no entiendo cómo alguien no está decidido a pelear por tu cariño a pesar de todo. Cómo no pueden ver en ti la voluntad que necesita para llevar al barco de amor a buen puerto, la pasión con la que vives. No se dan cuenta que vale la pena enfrentar a dragones por ver tu sonrisa, tus ojos, hasta tus muecas todos los días. Desconozco cómo no se inspiran en ti para ser capaces de protegerte de todo mal.
Tal vez no lo sepas (o quizá sí), pero esto es lo que tú me inspiras…
Tal vez no lo sepas, pero he querido decirte esto desde hace mucho tiempo. Las idas al cine son las peores oportunidades para expresar lo que uno siente, porque el tiempo de platicar es muy poco. Quiero demostrarte que no soy como los demás hombres, que sólo necesito una oportunidad para hacer tu mundo más brillante; que no importa lo que nos traiga el futuro, sé que dos siempre será mejor que uno. Si algo me han enseñado los últimos años es que vivir es de valientes y yo soy uno por ti.
Tal vez no lo sepas, pero falté el día que querías ir por tacos porque era en mi horario laboral, no me importó ir a comprar los boletos hasta la taquilla de Altavista para ver esa película, ni concertar nuestras citas cerca de tu casa y lejos de la mía a altas horas de la noche, ni recorrer media ciudad para disfrutar de tu posada (la mejor para mí en años). Haría eso y más si tan sólo pudiera verte y escuchar tu voz, aunque sea tan solo unos minutos. A vece siento que me das el superpoder de hacer cualquier cosa: Así es la forma en que me gustas.
“Tal vez no lo sepas”, o quizá si… lo que te decía sobre la intuición: Era una duda que era más grande que mis ganas por contarte esto en el poco tiempo que a veces tienes. Tal vez no lo sepas, pero soy escritor y por eso tantos párrafos. Sé que esto puede ser muy directo, pero es la forma que más me gusta. Si a ti te gustó, podría escribirte cosas mejores, ya que te las mereces. Creí que ya era tiempo de que decirlo, porque desde que desde que te conocí no he dejado de pensar en ti.
¿Qué sigue? Ojalá podamos escribir el siguiente párrafo juntos…
Te quiere.
Gerson.