Este mundo carece de romanticismo, lo caótico de la vida ya no da cabida a lo fantástico. En nuestra cabeza la realidad funciona mejor y el destino se empeña en echarlo todo a perder. No, la realidad es tirana y hay veces en las que desearía poder cambiarla de alguna forma. Las letras, esos símbolos que al juntarse forman palabras, frases, que vuelven lo intangible del pensamiento en algo que tiene lugar en el mundo físico. Yo siempre me creí bueno en ellas: capaz de sacarles sonrisas a las personas, algunas lágrimas, hacer que reflexionen, inclusive hacerlos enojar. Pero mis letras no pueden hacer lo imposible: enamorar a alguien, hacer que regrese...
Alguna vez publiqué que estaba escuchando Writing To Reach You de Travis y alguien me dijo que el significado de la palabra "Wonderwall" (mencionada en una frase de la canción) era una persona en la que pensabas constantemente. No sé si sea esto verdad (al parecer tiene que ver con una película cuyo soundtrack hizo George Harrison; además de un muro que separa lo mundano y lo trascendental). Es imposible no pensar en la rola de Oasis, como usualmente lo hacía al oír la de Travis, que era una forma de parodiar la composición de Noel Gallagher. Pero esta definición me hizo escuchar con detenimiento la letra y me sentí profundamente identificado. Esas letras me hicieron pensar inevitablemente en ella.
Si tuviera al menos una oportunidad intentaría solucionar el hecho de que me odia y que no quiere ni que la salude. De hecho, esta situación es irreparable. Me alegro de que es feliz, que se encuentra bien, hasta de que ya le gustan los cómics y viaja fuera del país. En cambio yo, a pesar de que mi vida es estable (tengo un buen trabajo, gano para cubrir mis deudas, gozo de salud normal y de buenos amigos) no consigo olvidar esta situación. Hoy es su cumpleaños y ni siquiera la puedo felicitar. ¿Cómo le digo a mi corazón que esto ya no tiene remedio? A mi mente vienen los días ya lejanos en los que me sentaba enfrente de mi computadora o con el móvil, por Twitter, por Facebook o por correo electrónico escribiendo para alcanzarla, para llamar su atención, para conversar con ella, para invitarla a salir, para lograr que no se fuera, que regresara unos minutos más.
Así como la vida te trae canciones cuando más las necesitas, también te trae versiones interesantes, como esta de Fran Healey, escocés vocalista de Travis y compositor de Writing To Reach You. En la canción inclusive contempla la posibilidad de no alcanzar a esa persona, como la carta de intenciones que nunca llega a ser, el recado importante que no llega o el post que nunca lo lee la persona a quien fue dedicado. La vida parece un enorme cúmulo de desencuentros, de callejones sin salida, una maleza que no te deja ver si vas hacia la dirección correcta o si te diriges hacia el precipicio. Puedo sentir esa falta de noción del espacio que describe el autor "because my inside is outside, my right side's on the left side..."
Tengo la desgracia de ser un romántico, por eso (y como les comentaba al principio) mantengo la esperanza de que algún día mis letras lleguen a ella y cambiarán todo. No sólo las de este post, sino las que le he escrito a lo largo de los años en este blog para que sepa que en mí no hay más que amor, nunca hubo más ni nunca habrá menos. Mientras tanto, mañana será lunes y lo que sea que esté en mi ojo se irá, el iPod seguirá tocando lo usual y quizá me pregunte: "¿Qué es un Wanderwall, de todos modos?"
Nos vemos en el futuro.